sábado, 26 de diciembre de 2020

JOSÉ ANGEL BORREGO, INDECISIÓN

Aún hay políticos valiosos. Me refiero a políticos en el sentido universal de la acepción. No dirigentes u operadores que trasiegan la política de un recipiente a otro sin extraer provecho social. O mejor, más que buenos políticos hay prototipos, no muchos, que tienen pedigrí para hacer gerencia política ajena a la chapucería usual. Llegará el momento en que el lenguaje politiquero nos obligue a pasar la página. Ojalá, antes, algún buen político asome las narices. 

Hemos observado a personajes considerables como buenos políticos. No son muchos, repito, la cosecha es tacaña. 

Amagan, pero pueden hacerlo mil veces mejor de lo gestado hasta ahora. Disponen de capacidad intelectual. Son carismáticos. Tienen excelente verbo y sagacidad política. Exponen, en el discurso, buena visión de conjunto y de estructura panorámica. Y hasta caen bien a quienes aún creemos en la política como método (más que herramienta) para lograr objetivos de Estado. 

¿Pero, qué pasa?, se habrá preguntado más de un deferente lector. Idéntica interrogante la hacemos nuestra. No hay una respuesta coherente. Nos aventuramos a la indulgencia de pensar que se espera por tiempos mejores, pero es posible que cuando los haya, que los habrá, mantengan idéntica la actitud de perdonavidas. 

Tal vez temen algo que no atinamos a deducir; o no confían en sus testículos. Sea como fuere, mientras ese devaneo se gesta el país pierde, retrocede, e igual al PIB, se hunde. 

Se les ha proveído de fórmulas para dinamizar el PIB a base de productividad que compulse el consumo y este al desarrollo. Propuestas humanas, sencillas y auditables. Planes que no lucen difíciles ni extemporáneos. Al contrario, con tan fértil terreno, abonado por minusvalías cognitivas de mandantes en ejercicio, resulta oportuno sembrar apostando a cosechar. Apenas se requiere talento político que pareciera poseen, aunque inhibido. (Tara devenida por obsolescencia comunicológica). 

Quizás en enero, año nuevo, década nueva, nuevas expectativas y ¿vida nueva? conozcamos alguna respuesta al SOS del país. 

José Angel Borrego

periodistaborrego@gmail.com

@periodistaborr1

Venezuela

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