martes, 2 de febrero de 2021

CARLOS AGUILERA , LIBERTAD DE PRENSA, ESPEJISMO DE LA DICTADURA

Vitelio Reyes, era el censor de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y recuerdo cuando a mis 17 años me iniciaba en el oficio más hermoso del mundo, el periodismo, como afirmaba el Premio Nobel Gabriel García Márquez, en el diario La Esfera, se apersonaba en la Redacción para revisar el contenido de lo que al siguiente día publicaría el medio, propiedad del eminente abogado y Director del mismo, Ramón David León. Era sin duda alguna, una feroz censura que mantenía la dictadura para evitar se publicaran informaciones que no agradaran al régimen dictatorial. 

Hoy en Venezuela, la prensa vive uno de los momentos más dramáticos jamás visto, pues no se trata solamente de la libertad de expresión como tal, sino la criminal arremetida contra los medios impresos, audiovisuales y redes sociales, y lo más grave la agresión verbal y física a los comunicadores que cumplen su cotidiana labor profesional. Contradice abiertamente lo que presume el régimen de Maduro, de que en nuestro país existe total y absoluta libertad de expresión. Una falaz mentira que salta a la vista de propios y extraños, y que cínicamente afirma Maduro cada vez que tiene ocasión en su culebrerica cadena, que casi a diario realiza por radio y televisión. 

Venezuela es hoy día paradigma de un país que no garantiza la libre expresión ni la seguridad para sus periodistas, pues ejercer la profesión de manera responsable y con irrestricto código de ética, en el que no hay concesión para la más mínima tolerancia a la corrupción, tiene un costo muy alto, por cuanto de inmediato es víctima de amenazas, agresiones, persecuciones, acuso judicial, exilio y más. Bien lo definió la periodista  Bashana Abeywardane, de Sri Lanka, hoy en el exilio tras responder con su palabra de poeta una pregunta: “¿Cómo sería el cuarto en el que dormirá en el exilio? “Es el reino de la penumbra eterna.” Le agregaríamos, “como es el periodismo en un régimen dictatorial”. Mario Vargas Llosa, expresó en cierta ocasión que  la “dictadura perfecta” controla, amordaza, y toma represalias pues si ésta la resulta demasiado incómoda o contestataria, simplemente la elimina, como es el caso venezolano con el diario El Nacional, hace dos años, y otros medios impresos de la provincia: La Nación de San Cristóbal, El Impulso de Barquisimeto y Radio Caracas Televisión (RCTV) el 27 de mayo del 2007, es decir, hace casi ya 14 años. 

Un caso más reciente es el del periodista Rolando Carreño detenido el 26 de octubre del 2020, por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en Caracas,  acto que se ejecutó sin orden de detención, en horas de la noche hace tres meses y 10 días. Fue imputado por conspiración, tráfico ilícito de armas y financiamiento al terrorismo, por la justicia roja, rojita, bajo las órdenes del inquilino ilícito de Miraflores. El pecado de Carreño es haber alzado su voz contra las violaciones de los Derechos Humanos, lo cual constituye un delito de lesa humanidad, por el cual por cierto está acusado Nicolás Maduro. 

El régimen socialista, marxista y mal llamado bolivariano no podrá silenciar la verdad, ni callar los voces de quienes día a día arriesgan sus vidas para llevar al pueblo la información necesaria del diario acontecer de la vida del país y del exterior, como debe ser en una sociedad libre, plural y democrática. Oportuno es recordarle a Maduro y sus séquitos gubernamentales y partidistas, que quienes atacan a los comunicadores sociales, son enemigos de la libertad de expresión, enemigos de la sociedad y obviamente de la democracia. 

Frente al aciago panorama que vive Venezuela, por la tragedia económica, social y política, en lo que se refiere a la libertad de expresión, cada ataque a un periodista es un agravio al corazón de la sociedad, porque sin una prensa libre y desinhibida, la democracia y la libre expresión son una mera utopía. 

Carlos Aguilera
careduagui@gmail.com
@_toquedediana
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
Venezuela

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