La parroquia de Petare, en las cercanías de Caracas, hace tiempo fagocitada por nuestra capital federal, arriba a sus 400 años y a pesar de los cambios que se suponen ocurridos en mi país, la celebración luce copia de cualquiera de las anteriores.
Entre
cachitos y licor barato, con la presencia del gobernador y del alcalde,
aprovechando la vecindad del Carnaval… nuevamente como suele ocurrir en esta
fecha… se escucharon con fondo musical discursos manidos, de los cuales salvo
por adaptaciones a los tiempos se pudiera decir que son piezas oratorias
copiadas de cualquier populismo anterior.
Mucho
ditirambo soltaron los oradores e invitados a las radios y la TV, recordando
orgullosos que “Petare es el mayor de los barrios latinoamericanos”… como si
esa colección de pobreza fuese motivo para presumir en vez de estar
avergonzados.
Y por
supuesto la polarización hizo también en este año sus estragos: unos señalando
al gobierno como gran culpable… mientras que el oficialismo bolivariano se
apegó al guión culpando a los gobernantes anteriores… de los que pocos se
acuerdan porque 20 años pesan aunque un tango famoso pretenda lo contrario.
Si se
quiere ser útil cuando uno emborrona estas líneas me siento obligado a decir
que Petare no es motivo de orgullo y más
bien es un desastre en el que casi obligados viven cientos de miles de
venezolanos y extranjeros… desastre cimentado durante los 40 años del
Puntofijismo… y engrandecido si se quiere en los 20 del chavismo.
Dos
días antes del cuarto centenario de Petare, en uno de sus casi 100 barrios, la
policía asesinó a sangre fría un joven cuyo delito era haber acompañado a otro
compinche que en medio de una pelea de “champeta” asesinó al tío de uno de los
policías que cual vaqueros yanquis desaforados… tomaron venganza con el primer
bobo que agarraron.
Los
detalles dan para escribir una novela que incluye al joven delincuente
asesinado… arrodillado en medio de una redoma… con los policías ordenando armas
en la mano a los vecinos… “cierren las ventanas o no respondemos”… una escena
del crimen preparada para simular enfrentamiento… y los investigadores del
CICPC negándose a firmar el acta porque una valiente galena forense gritaba
“esto no es así”.
En
descargo de Petare señalo que pocos días antes… en Baruta… durante otra
“champeta” que duraba los 2 días del Carnaval… hubo un enfrentamiento entre
bandas rivales con un saldo de 4 muertos y 10 heridos.
Antes
de volver a Petare doy fe que los barrios de Baruta no están tan densamente
poblados como los de Petare… a pesar de que ellos también son producto de la
irresponsabilidad de concejales y alcaldes que en estos lares han permitido que
invasiones que pudieron con el tiempo ser urbanismos… se convirtieran en sitios
inhóspitos de los que la gente si pudiera… huiría.
Igualmente
aclaro que esas fiestas “de champeta” donde se vende cerveza en las calles y no
se deja descansar a los vecinos con el nivel del sonido ensordecedor… aparte de
ser de importación colombiana y con logo del narco… están prohibidas por las
ordenanzas municipales… metropolitanas… y leyes nacionales.
Bien:
Petare y en general todos los conglomerados populares en las ciudades nuestras
–salvo pocas excepciones- son producto de invasiones a terrenos “de las
afueras”… patrocinadas por los partidos de la democracia… en tiempos en que el
dueño de los terrenos permitía tan democrática invasión… “porque los gobiernos
resarcían las pérdidas… con ayudas nunca pagadas”.
Invasiones en las que la demagogia politiquera de aquellos tiempos, a los que algunos buscando pescar en río revuelto, les dedican odas como si el objeto de tanta poesía no fuese la base del actual desastre… careció de voluntad para organizar los lotes de terreno entre las familias invasoras… y tiempo después concejales y alcaldes irresponsablemente permitieron… a cambio de votos… que donde pudo vivir dignamente una familia… se metieran siete… o más.
El
Petare actual no tiene la culpa de que políticos de los que ya nadie recuerda
sus nombres irresponsablemente permitieran que un terreno propicio para ser
ocupado “dignamente”… se convirtiera en guarida de malandros que a pesar de ser
una minoría… tienen acoquinada a la población decente que es la inmensa
mayoría.
Uno de
estos delincuentes… asociado políticamente con el autojuramentado y supuesto
interino… se permitió retar al Presidente “a que lo fuese a buscar aquí”… dando
a entender que Petare para ellos no es Venezuela… sino Somalia.
De eso
no es responsable Petare o cualquier otro sitio… pero sí lo es por elegir
lacras demagogas… incapaces hasta para aplicar las ordenanzas que ellos
conciben.
El
dilema no es votar o no… es elegir un futuro digno… o seguir con la guachafita…
y para ello quizás lo primero no sea lograr un CNE “equilibrado”… sino un Poder
Electoral apegado a la ley que salvo la cambien… prohíbe militantes partidistas
como Rectores.
Esa si
sería una condición por la cual vale la pena luchar “hasta vencer”.
doalra@yahoo.com
@DomingoAlbertoR
Venezuela
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