Hace una semana vimos y escuchamos a un sujeto de
aspecto extraterrestre que leía con dificultad en el telepromter el texto
redactado por sus lacayos. Pero, en realidad, Biden no es un sujeto real.
Quizás esa sea la razón por la cual habla como un muñeco manejado por un
ventrílocuo. Biden ha estado viviendo en reclusión absoluta por más de un año.
No ha hablado con ningún ser humano que no sean sus compinches. No ha conducido un automóvil o se ha sentado sobre
la hierba para contemplar el cielo o viajado a parte alguna o realizado
cualquier actividad que no sea posible dentro de un ambiente totalmente
controlado. ¡Qué horrible precio ha pagado Biden por alcanzar la meta fugaz de
la presidencia después haber fracasado tan bochornosamente en dos ocasiones!
En 1988, durante una de sus infructuosas campañas
presidenciales Joe Biden reconoció haber plagiado el trabajo de otro autor
cuando era estudiante de primer año en la Facultad de Derecho de la Universidad
de Syracuse. Un año antes, en 1987, Biden también admitió haber usado sin
atribución en sus discursos porciones sustanciales de los discursos de Robert
Kennedy y Hubert Humphrey, así como del líder del Partido Laborista británico
Neil Kinnock.
El precio al que hice referencia en el primer párrafo
de este trabajo es el de convertirse en el "Caballo de Troya" de una
izquierda que jamás habría ganado la presidencia con un candidato de su misma
ideología como Bernie Sanders. Porque la transformación de Joe Biden ha sido
galáctica. Desde alumno del senador Robert Byrd− quién había sido miembro del
grupo racista Ku Klux Klan− proponente de una inmigración controlada y opositor
del transporte escolar para integrar las escuelas hasta instrumento de esta
izquierda que quiere erradicar las fronteras, destruir los símbolos patrios,
borrar la historia americana, adulterar las escuelas, renegar de Dios y
transformar radicalmente a la nación americana.
Pero, si analizamos su historia, la transfiguración de
este diletante no debería de resultarnos una sorpresa. Por ejemplo, hay muchos
tipos de mentirosos como los chistosos, los causales y los oportunistas. Biden
no es ninguno de ellos sino el "Mentiroso Plagiario" que es nada
menos que el que ha alcanzado una especie de "Doctorado en la
Mentira". Dicho en términos médicos, Biden es un plagiario y mentiroso
congénito.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española adjudica dos definiciones a la palabra "congénito". 1- Que
se engendra juntamente con otra cosa. 2- Connatural y como nacido con uno.
Mentiroso desde el mismo momento en que salió por la vagina de "la madre
que lo parió" y no lo abortó como es su política de asesinar no natos en
estos momentos. Mentiroso y plagiario para trepar a niveles de prosperidad y
respetabilidad que no podía alcanzar por sus propios méritos. Vive en una casa
de 8 millones de dólares financiada con nuestro dinero y con el de quienes le
compraron sus favores políticos. Mentiroso y plagiario para vivir de nuestros
impuestos durante cincuenta años en el pantano de Washington. Mentiroso y
plagiario para robarse la presidencia de los Estados Unidos.
Y lo peor, corrupto hasta los tuétanos como para
erigirse en "capo" de la familia mafiosa de los Biden. Su hijo Hunter
y sus dos hermanos varones Frank y Jim Biden son los soldados más productivos
de esa mafia. Aunque cuentan con el amparo de la prensa cómplice que los
ampara, las conductas delincuenciales de los tres están más que documentadas.
Hunter ha hecho negocios al nivel de 1500 millones de dólares con el Comité
Central del Partido Comunista China, Jim ha "administrado" millones
de dólares en la construcción de viviendas en Iraq y Frank las ha construido en
Haití. Hay que creer en la Caperucita Roja para pensar que Joe Biden no recibió
su parte del soborno "por debajo de la mesa" como decimos los cubanos
de mi generación.
El mismo Joe Biden que es hoy el Primer Mandatario de
la mayor democracia del mundo y Comandante en Jefe del Ejército más poderoso de
la Tierra. Suficiente riesgo como para no dormir tranquilos después de sus
obvias mentiras y sus amenazas veladas en su discurso a la nación de hace una
semana. Veamos algunas de sus lindezas. "Con un plan para vacunar a los
maestros y al personal escolar podremos poner en marcha un plan para acelerar
nuestro esfuerzo para reabrir las escuelas". ¿Habrá mayor cinismo por
parte de un hombre sometido a los intereses del sindicato de maestro?
"Siento mucho haberte puesto un ojo negro" nos dijo al mismo tiempo
en que nos daba un trompón en la cara. Fue algo increíble. Pero todo el
discurso fue así. Tuvo una cualidad de alucinación , como algo que no es real.
Como alucinante fue su afirmación de que estaba
creando nuevos empleos. "Hoy yo he firmado un Plan de Rescate a América
que crea millones de nuevos empleos". La afirmación de un mentiroso sin
pudor que acaba de eliminar por decreto los 12,000 empleos bien remunerados del
oleoducto de Key Stone para complacer a esa izquierda que promueve el plan de
"América Ultima" , solo para
destruir la "América Primero" de Donald Trump.
Por otra parte, como sujeto pequeño, envidioso y
taimado Biden atribuyó a Donald Trump los obstáculos que actualmente confronta
su gobierno en la distribución de las vacunas contra el Covid 19. "Hace
dos meses este país no tenía suficientes vacunas para inocular a todos sus
habitantes." No fue capaz de darle crédito a Donald Trump por la creación
en meses de unas vacunas que con frecuencia demoran años en ser desarrolladas.
Y entonces la amenaza velada. "Si todos ponemos
de nuestra parte y nos mantenemos unidos, existen altas probabilidades de que
el 4 de julio podamos celebrarlo en compañía de nuestros familiares y amigos.
Pero eso no quiere decir reuniones numerosas, sino grupos pequeños." Ante este gesto de "generosidad" no
podemos negar que Joe Biden es un hombre de buen corazón. Aquí nos está
ofreciendo−con algunos consejos médicos del mismísimo Dr. Anthony Fauci−el
derecho a cocinar nuestros propios perros calientes. La reclusión en el sótano de su residencia de Delaware le ha
impedido a este fantasma enterarse de que los americanos se están reuniendo
desde hace mucho tiempo sin esperar por su permiso.
Y concluyó destacando la capacidad del estado
todopoderoso de controlar las vidas de todos los ciudadanos. "Pongan su
confianza y su fe en el propósito del gobierno de realizar su función
primordial de proteger al pueblo americano." Hablando francamente los
ciudadanos tienen el derecho de tomar todas las decisiones relacionadas con su
salud y su seguridad. Esos derechos están contenidos en la Constitución de los
Estados Unidos. Joe Biden prometió que nunca violará ese derecho.
Ahora bien, si usted no se pone las vacunas que Joe
Biden quiere que se ponga−si usted persiste en tomar sus propias decisiones
sobre su salud personal−entonces Joe Biden se verá forzado a cerrar de nuevo el
país. Para usted no habrá distancia social ni tampoco asado a la parilla.
Tendrá que comerse su perro caliente en total aislamiento.
alfredocepero@bellsouth.net
@AlfredoCepero
Director de www.lanuevanacion.com
Cuba-Estados Unidos
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