El artífice de la proposición de relegitimar a todos
los poderes fue por supuesto el mismo Hugo Chávez, que de esa manera ganaba un
año y medio más en su cargo de Presidente, que era el lapso que ya había
ejercido desde su elección en diciembre de 1998. Ganaba Chávez también un nuevo
Poder legislativo, donde obtuvo más de los 2/3 de los diputados, una
composición más acorde con sus intereses hegemónicos. Ganó todas las
gobernaciones menos siete y la mayoría de las alcaldías. No sabía en ese
momento que recibiría una ayuda inesperada en el año 2002, cuando la
Coordinadora Democrática echó el resto, “pues el país no soportaba más la
tiranía asesina existente”. Tiranía de un Chávez que todavía no controlaba ni
conocía todos los hilos del poder.
Esas fueron unas mega elecciones en las que Chávez
ganó la Presidencia contra su compadre y amigo Francisco Arias Cárdenas, quien
fue postulado nada más y nada menos que por la Causa R. La abstención fue del
43,7 por ciento de los inscritos, lo que significó más de 5,1 millones de
votos, una cifra muy superior a los 3,8 millones obtenidos por Chávez. Si
hubieran votado ganaban con amplia ventaja, sin tener que hacer alianzas con
Arias Cárdenas; hubieran podido elegir a Claudio Fermín, tercer candidato que
sólo obtuvo 171 mil votos. Por eso, cada vez que oigo que quienes votamos por
Chávez somos los culpables del desastre actual, casi me les carcajeo en la
cara.
Las mega elecciones que Maduro y parte de la oposición
democrática están proponiendo no son por lo tanto nada mega, pues les faltarían
las presidenciales, las de AN y las de concejos municipales. Estas elecciones
no tienen el respaldo de ninguna decisión de la fenecida ANC, por lo que no se
deberían hacer si respetamos aquello de que “dentro de la Constitución todo,
fuera de la Constitución nada”. Además, es público y notorio que una parte de
los partidos opositores de las elecciones de diciembre no están de acuerdo con
esta violación tan temprana de la Carta Magna. Tan temprana digo en referencia
a la decisión que debería tomar la AN para que las mismas pudieran ser
convocadas.
No comprendo la prisa opositora, pues vienen de sufrir una derrota grande por el PSUV de la que requiere recuperarse. Con ventajismo y todas las ilegalidades que sabemos, que además estarán presentes en las elecciones que vengan, sean micro o “mega”. Los comicios que tocan según la Constitución son los de gobernadores y consejos legislativos. La oposición necesita 23 candidatos y además debe tratar de acordarse en torno a los mismos. Debe acordarse también en las candidaturas a los consejos legislativos: varios centenares de candidatos. Deben derrotar a la abstención, su reto mayor. Hay que ser un tanto insensato para meterse en una contienda que incluya además a los 335 alcaldes. Creo que el gobierno quiere hacer caída y mesa limpia y no entiendo que se trabaje para permitírselo.
Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
Venezuela
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