Después de más de 4 años en hiperinflación, aún existe en Venezuela la más alta inflación del mundo, lo que se traduce en que tenemos la moneda más proclive a perder capacidad de compra en todo el planeta.
Es necesario destacar que si los actuales precios del petróleo simplemente se mantienen, incluso sin tomar como referencia el aumento del crudo producto del conflicto Rusia-Ucrania, así como los niveles de producción, el Estado podría recibir 70% más de ingresos por este concepto, que lo recibido durante el año 2021 por el mismo.
Con esto quiero significar, que por primera vez el gobierno nacional pudiera estar realizando una corrección salarial sin tener que recurrir a dinero inorgánico, sumado a que alrededor de 80% de las empresas privadas -desde hace rato- están cancelando sueldos muy superiores a los 30$. Esto quiere decir que este incremento no va a impedir que la inflación continúe bajando.
Luego que Nicolás Maduro anunciara el nuevo salario mínimo, como ya es predecible, casi la totalidad de la dirigencia insinúa que el mismo es “insuficiente”, y desde la acera de los que apoyan al régimen dicen que el nuevo sueldo “es una maravilla”.
No cabe duda que la Administración de Maduro tiene una deuda más que moral con los trabajadores, no solo por el salario como el común siempre lo manifiesta, sin entender que este no es un tema tan simple y llano, como lamentablemente siguen viendo todos y cada uno de los problemas que nos aquejan a los venezolanos.
Digo esto porque para recuperar el poder adquisitivo de los ciudadanos, y por ende su calidad de vida, existe una serie de elementos que hay que rescatar en lo que a la seguridad social se refiere, y que producto de la mala política económica, se fueron perdiendo a lo largo de estas dos décadas, como lo son: fideicomiso, caja de ahorros, HCM, prestaciones sociales y un conjunto de logros laborales que se disolvieron en medio de medidas económicas erráticas.
No se trata además de controlar la inflación, este es un elemento más que se suma a la larga lista de variables que se deben controlar para poder alcanzar la tan cacareada “recuperación económica”. Esto incluye, entre otras cosas, lograr construir la confianza necesaria para que se incrementen las inversiones y con esta la productividad.
En resumen, todo apunta a que el gobierno está rectificando, situación que desde Unidad Visión Venezuela aplaudimos para poder -poco a poco- ir recuperando el bienestar perdido, producto de sus políticas equivocadas. Ya era tiempo de recobrar la sensatez y lidiar con las normas racionales de la economía.
Omar Avila
oavila1973@gmail.com
@omaravila2010
Diputado a la AN
Venezuela
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