Mientras la dictadura cubana desplegaba una intensa campaña publicitaria
a favor de la excarcelación de cinco de los convictos de la red Avispa,
aparentaba ignorar que otro de sus
agentes, Ana Belén Montes, mucho más eficiente y productiva, cumplía
sentencia por espiar a su favor.
La gestión internacional a favor de los cinco fue intensa y extensa. El
aparato propagandístico internacional del castrismo se empeñó a fondo. Recurrió
a todos sus asociados alrededor del mundo
para que trabajaran a favor de sus espías.
En la isla la campaña cobró niveles de paroxismo. La épica castrista
necesitaba nuevos héroes para revivir el eterno cuento de la patria amenazada.
Los espías presos en Estados Unidos fueron muy útiles en esa encomienda. Otro
espectáculo aparatoso que trataba de aplacar la frustración de la población,
que había perdido la confianza en una
dirigencia que solo cosechaba fracasos.
Mientras, Belén Montes languidecía en una prisión estadounidense sin que
el gobierno de La Habana hiciera conocer al pueblo de la isla, los importantes
servicios prestado por el topo que habían sembrado en la Agencia de
Inteligencia de Defensa, DÍA, una importante agencia de los servicios de
inteligencia de Estados Unidos.
Contrario a los convictos de la red Avispa, Montes perjudicaba el
montaje de esta otra epopeya. No era cubana,
por lo tanto era imprudente usarla como paradigma de una nación en
crisis, segundo sus actividades como
espía no podían cubrirla con el sofisma de que estaba defendiendo a su
país de amenazas terroristas.
Ana Belén Montes, espió por años a favor del gobierno cubano y está
presa desde el 2001. Ocupó la posición más importante entre los agentes que
atendían a Cuba, también coordinó la agenda de las reuniones de las agencias de
inteligencia estadounidenses que recaban
información sobre el gobierno de los Castro.
Este personaje tuvo acceso a secretos de la Defensa. Su posición
le permitió ejercer influencia en la elaboración de políticas hacia el
gobierno de La Habana.
El 19 de marzo del 2002, Montes se declaró culpable de espiar a favor
del gobierno de Cuba por 16 años y de pasar información secreta a la
inteligencia cubana. Su último contacto ocurrió cinco días después de los
ataques a las torres gemelas de Nueva York y según la información el mensaje
codificado fue enviado a un localizador que, según las autoridades
estadounidenses, pertenecía a la misión cubana en Nueva York.
Las autoridades acusaron a Belén de: “comunicar, entregar y trasmitir al
gobierno de Cuba y sus representantes, funcionarios y agentes, información
relacionada con la defensa nacional de Estados Unidos, con la intención y
creencia de que sería usada para perjudicar a Estados Unidos en beneficio de
Cuba’’.
Parte de la información que Montes suministró al régimen de La Habana fue traspasada a países como Libia, Irán y otros que podrían
haber tenido contactos con la red terrorista de Al Qaeda. Se supone que esto
fue en parte lo que motivó el arresto anticipado de la espía, que a pesar de estar bajo vigilancia,
seguía teniendo acceso a información muy sensible.
El gobierno de La Habana guarda bien sus secretos y determina sus
prioridades sin que importen como son afectados los intereses de terceros, por
eso decidió congelar a la Belén y esperar el momento oportuno, no para reconocer que espiaba a su
favor, pero si para montar una campaña
por su liberación tal y como ocurrió con sus pares cubanos.
El Comité por un Trato más Humanos para Ana Belén Montes, pronto
derivara a uno que demandara su excarcelación sin condiciones, a la vez que
procurará mantener la imagen de que es una organización independiente del
gobierno cubano, a pesar de que su directiva está integrada por personas
estrechamente vinculadas al régimen castrista.
Por ejemplo, Néstor García Iturbe, director del Comité, está identificado como coronel en condición
de retiro de la Dirección de Inteligencia castrista, profesor del Instituto
Superior de Relaciones Internacionales, también trabajó como diplomático en la
oficina de Cuba ante Naciones Unidas en Nueva York, la última dependencia
castrista en tener contacto con Belén Montes.
Entre el resto de los directivos
vale destacar a Douglas Calvo, profesor de un Seminario Evangélico que entiende
mejor las escrituras de Fidel que las del Cristianismo y David Manuel Orrio, un
infiltrado de la inteligencia cubana en los grupos de la oposición que fueron
arrestados en la Primavera Negra cubana del año 2003.
El Comité pro Belén Montes es otras de las muchas instituciones del
castrismo que paga el pueblo de Cuba para lavar la imagen de la dictadura
mientras conservan el poder.
Pedro Corzo
pedroc1943@msn.com
@PedroCorzo43
Estados Unidos
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