sábado, 26 de diciembre de 2015

NEURO J. VILLALOBOS RINCÓN, LA FELICIDAD COMO PROPÓSITO

 “No es el error, sino la mentira, lo que mata el alma.” Miguel de Unamuno.
Llegamos al final de un año inolvidable, tanto en lo económico como en lo político. La situación económica ha colocado a la gran mayoría de venezolanos en niveles de sobrevivencia, pero, también ha puesto de manifiesto el valor de la solidaridad. En lo político, los resultados de las elecciones parlamentarias del 6D ha devuelto el ánimo, la alegría y la esperanza de vivir una vida mejor. El cambio es posible porque se ha instalado en la psiquis colectiva del venezolano su deseo de progresar, de rescatar su dignidad ofendida y su libertad ultrajada.
Por costumbre, por esta época suele hacerse un balance muy íntimo acerca de logros y fallas. De manifestar la bondad y el amor que nos distingue como seres humanos; y también de reflexión sobre el porvenir. No está de más recordar la  sentencia Kafkiana: “Quién puede juzgar al hombre? Quién lo absolverá o condenará? Su propia conciencia.” Es preciso tener en cuenta que el poder no es eterno y que su cualidad es la de servir a la humanidad; igualmente, los bienes materiales no hacen la felicidad.
 En mi artículo anterior manifesté que hay quienes proponen un nuevo indicador para la medición del desarrollo. El pequeño reino de Bután mide la Felicidad Interna Bruta en lugar del producto interno bruto. Indicador bien complejo de medir tanto por su relatividad como por su apreciación muy subjetiva. Tanto más aún si asumimos que la felicidad es un trayecto y no una meta. El amigo Vinicio Semprún nos escribe que por esta época en que “se renueva el espíritu del amor de Dios, es propicio para desprendernos de tres grandes enemigos de la felicidad como lo son el apego, la culpa y el resentimiento.”
Yo por mi parte les recomiendo a mis lectores, en sus meditaciones, tomarse muy en serio algunas de las estrofas del último poema del inmortal Jorge Luis Borges. “Si pudiera vivir nuevamente mi vida.. .en la próxima cometería menos errores. No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más….. correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres. Tendría más problemas reales y menos imaginarios. . . .  Si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos. Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos, no te pierdas el de ahora.” Sé que estas navidades han sido distintas, ha habido más unidad familiar, social y política para darle un propósito a nuestras vidas. Deseo que el próximo año tengamos mejores momentos.

Neuro Villalobos
nevillarin@gmail.com
@nevillarin

Zulia - Venezuela

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