En el país hay
consenso de la gravedad del momento, de que no hay gobierno: Maduro no da para
más. La escasez de alimentos, la carencia de medicinas, los salarios no
alcanzan para nada, la impunidad se adueñó de Venezuela, el poder judicial está
carcomido por la corrupción, 27.000 homicidios solo en 2015, peligrosos
criminales se adueñaron de las cárceles, es decir, no hay gobierno. La
palabrería, la mentira, la puesta en escena de utilería, son parte del teatro
que trata de ocultar el fracaso más absoluto. Luego de despilfarrar y robar los
recursos del pueblo ahora quieren imponer el “yo no fui” para ocultar su
absoluta incapacidad y evadir el hecho de que Maduro y el chavismo son los
responsables directos de la tragedia que padece Venezuela.
Los 112 diputados
electos el pasado 6 de diciembre recibieron un mandato claro: la gente no
aguanta más y exige un cambio político inmediato, es decir, la salida de Maduro
y su clan.
Las opciones
constitucionales nos permitirían activar de inmediato, por iniciativa de un
partido político, la convocatoria a un referéndum revocatorio. A partir de
marzo, con la recolección de las firmas y las huellas dactilares, estaríamos
iniciando el cambio de rumbo que la nación reclama con urgencia. Así mismo, la
AN debería revisar la conformación del CNE y designar a los rectores al no
existir ya la omisión constitucional que le permitió al TSJ hacer la
designación temporal de algunos de sus miembros actuales. Tenemos la mayoría
calificada para hacerlo.
Llegó la hora de
convocar con la mayor amplitud a una jornada de movilización, diálogo y de
unidad nacional para lograr el cambio de gobierno que haga viable las
soluciones que de manera inmediata deben aplicarse para evitar el colapso total
de Venezuela.
La caída de los
precios del petróleo ha puesto en evidencia, una vez más, las principales
características de este fracasado modelo militarista y populista:
improvisación, desorden, incapacidad y corrupción. Mientras otros países
petroleros optimizaron sus ingresos con ahorros y buenas inversiones, logrando
aumentar sus niveles de producción de crudo y derivados, diversificando sus
economías y mejorando así la calidad de vida de sus ciudadanos, en Venezuela se
impuso el despilfarro y el saqueo de los dineros públicos.
Estamos ahora en una
situación de emergencia. Frente a la voluntad popular que exige cambio, Maduro
responde con ataques y amenazas. El acto realizado en el TSJ con motivo del
inicio del año judicial recuerda aquel nefasto episodio de jueces gritando
“Chávez no se va!”. En lugar de sumarse al deseo mayoritario de cambio y
rectificación, Maduro y sus jueces tratan de imponer al país una guerra de
poderes.
En la MUD se han
discutido otras opciones como la enmienda, la reforma constitucional y la
convocatoria a una asamblea constituyente. Considero que lo más viable en este
momento es la activación del referendo revocatorio . Los 112 diputados están
obligados a asumir el liderazgo de una gran convocatoria nacional de protesta
por la escasez de productos esenciales para la supervivencia, por la caída del
salario, contra la inseguridad, la violencia , contra el gran saqueo que sufre
el país a través de la corrupción y la impunidad . Deben exigir que los que se
robaron el dinero de los venezolanos sean castigados ejemplarmente y aprobar la
Ley de Recuperación de Bienes vinculados a la Corrupción propuesta por el
diputado Freddy Guevara, presidente de la Comisión de Contraloría y otros
actores políticos, para recuperar los fondos robados por los corruptos y sus
testaferros. Dónde están los reales? Por ejemplo, sabemos dónde está lo que se
robaron Roberto Rincón y Diego Salazar, por lo tanto, podemos llegar a la
fortuna de Rafael Ramírez.
El referéndum
revocatorio será una nueva rebelión electoral, mucho más contundente que la del
pasado 6 de diciembre. El pueblo está bravo y no tiene miedo.
Carlos Tablante
carlostablanteoficial@gmail.com
@TablanteOficial
Caracas – Venezuela
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