viernes, 21 de abril de 2017

OMAR ÁVILA, NUEVO DICOM. MÁS DE LO MISMO

GATOPARDISMO

Termina la Semana Santa y esperamos por la promesa de Maduro del anuncio del próximo sistema cambiario, un “nuevo Dicom” donde supuestamente se realizarán dos subastas de divisas semanales. A mi juicio es otro cuento de Nicolás, porque la verdad es que no hay controles de cambio buenos y malos, realmente ninguno sirve, así es que esta nueva variante  tampoco funcionará y mucho menos será la solución para resolver los problemas económicos.

A los únicos que les resultará es a los enchufados que seguirán comprando los dólares de todos los venezolanos a precios muy por debajo de su valor real y revendiéndolos para hacer fortunas instantáneas; eso sí, como siempre esta “nueva medida” será hecha en  nombre de los más pobres, mientras la realidad es que un tercio de los venezolanos se acuesta sin comer y la hambruna continua creciendo, así como  las cuentas bancarias de los funcionarios del gobierno se siguen llenando.

En el evento recién terminado, “Expo Venezuela Potencia”, Maduro se autodenominó “amigo” de los empresarios, mientras a través de  los Clap y los colectivos continua tomando establecimientos privados, como lo hemos visto con las panaderías. Como reza el dicho: “Con amigos así, no se necesitan enemigos”.

En fin, todos los males, abusos e iniquidades, que la izquierda retrógrada le asigna a los empresarios, comerciantes, y en general al capitalismo, jamás son causados por una economía no regulada o por un libre mercado, sino precisamente por la intervención gubernamental en la economía.

Los gigantes de la industria globalizada, fueron y son autodidactas que ganaron sus fortunas por su ingenio y habilidad personal actuando en esta sociedad del conocimiento ejerciendo el libre comercio en un mercado liberalizado; pero la revolución ha creado otra clase de empresarios producto de una economía controlada, hombres y mujeres con influencia política -testaferros- quienes hacen y aumentan sus fortunas por medio de privilegios especiales que les son concedidos por el gobierno. Es el poder político corrupto detrás de las actividades de "los bolichicos", el poder de los privilegios forzados, no merecidos, económicamente injustificados, el que ha causado las desarticulaciones en la economía.


En conclusión, con este modelo económico el escenario para la inversión en Venezuela no es alentador, por el contrario sigue generando desconfianza en posibles inversionistas nacionales e internacionales. Lo que se necesita en el país para producir, crecer y ser autosustentable, es más libertad, menos controles y contar con instituciones confiables.

Omar Avila
oavila1973@gmail.com
@omaravila2010
Diputado a la AN
Miranda - Venezuela

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