GATOPARDISMO
Termina
la Semana Santa y esperamos por la promesa de Maduro del anuncio del próximo sistema
cambiario, un “nuevo Dicom” donde supuestamente se realizarán dos subastas de
divisas semanales. A mi juicio es otro cuento de Nicolás, porque la verdad es
que no hay controles de cambio buenos y malos, realmente ninguno sirve, así es
que esta nueva variante tampoco
funcionará y mucho menos será la solución para resolver los problemas
económicos.
A
los únicos que les resultará es a los enchufados que seguirán comprando los
dólares de todos los venezolanos a precios muy por debajo de su valor real y
revendiéndolos para hacer fortunas instantáneas; eso sí, como siempre esta
“nueva medida” será hecha en nombre de
los más pobres, mientras la realidad es que un tercio de los venezolanos se
acuesta sin comer y la hambruna continua creciendo, así como las cuentas bancarias de los funcionarios del
gobierno se siguen llenando.
En
el evento recién terminado, “Expo Venezuela Potencia”, Maduro se autodenominó
“amigo” de los empresarios, mientras a través de los Clap y los colectivos continua tomando
establecimientos privados, como lo hemos visto con las panaderías. Como reza el
dicho: “Con amigos así, no se necesitan enemigos”.
En
fin, todos los males, abusos e iniquidades, que la izquierda retrógrada le
asigna a los empresarios, comerciantes, y en general al capitalismo, jamás son
causados por una economía no regulada o por un libre mercado, sino precisamente
por la intervención gubernamental en la economía.
Los
gigantes de la industria globalizada, fueron y son autodidactas que ganaron sus
fortunas por su ingenio y habilidad personal actuando en esta sociedad del
conocimiento ejerciendo el libre comercio en un mercado liberalizado; pero la
revolución ha creado otra clase de empresarios producto de una economía
controlada, hombres y mujeres con influencia política -testaferros- quienes
hacen y aumentan sus fortunas por medio de privilegios especiales que les son
concedidos por el gobierno. Es el poder político corrupto detrás de las
actividades de "los bolichicos", el poder de los privilegios
forzados, no merecidos, económicamente injustificados, el que ha causado las
desarticulaciones en la economía.
En
conclusión, con este modelo económico el escenario para la inversión en
Venezuela no es alentador, por el contrario sigue generando desconfianza en
posibles inversionistas nacionales e internacionales. Lo que se necesita en el
país para producir, crecer y ser autosustentable, es más libertad, menos
controles y contar con instituciones confiables.
Omar Avila
oavila1973@gmail.com
@omaravila2010
Diputado a la AN
Miranda - Venezuela
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