Media hora después de
conocerse la victoria de Iván Duque, Petro se despachó con un discurso en el
que vaticinó el regreso de la guerra, amenazó que intentaría volver a la
presidencia antes de 4 años y prometió el caos, anunciando que la
palabra Resistencia marcaría los próximos años con el fuego de su oposición.
Dicho y hecho. Terminada
la campaña presidencial, Petro siguió con la de la Resistencia destructora,
convocando al desorden estudiantil mediante marchas “pacíficas” que rompen
edificios, arrojan bombas incendiarias; tratan de quemar policías y detienen el
transporte público condenando a los usuarios a caminatas que por lo general son
de más de cien cuadras.
Petro es un ser
soberbio, autoritario y revanchista; reconocido por sus actitudes vengativas
contra quien se le enfrenta y hoy tiene sed de venganza contra Duque y los diez
millones de colombianos que frenaron su carrera de odio, por lo menos desde la
presidencia.
Los actos vandálicos
recientes llevan su sello y, ojo, que hasta ahora comienza y en los próximos
días volverá a lucirse con marchas indígenas y campesinas que sumará a las
estudiantiles, como entrenamiento de paros nacionales en los cuales FECODE, los
camioneros y los sindicatos, con ASONAL JUDICIAL a la cabeza, serán protagonistas.
La destrucción ha sido
evidente en Popayán, Bogotá, Pasto y otras ciudades, a la vez que el
desbordamiento de la violencia, con tanta audacia, que en la última marcha los
vándalos se metieron a la Universidad Militar, confiados en que las Fuerzas
Armadas no los tocan y en plena entrada de la Escuela Superior de Guerra
cogieron a patadas a los policías que pretendieron contenerlos.
El ex candidato llama a
la protesta social para romper, destruir y quemar, porque “Hasta París debería
llegar la voz de estudiantes y trabajadores por presupuesto para la universidad
pública y en contra del IVA a la comida.”
Nunca habíamos tenido un
presidente con tanta transformación en sus primeros cien días de gobierno y
jamás a la universidad pública se le había asignado tanto presupuesto, pero los
estudiantes no lo reconocerán, ni acabarán con el desorden aunque reciban los
billones que exigen, porque no es la calidad educativa lo que quieren, sino
deslegitimar al gobierno.
El proceso de
adoctrinamiento mamerto en escolares y universitarios está dando frutos y urge
diseñar la estrategia de control para este nuevo frente de guerra, que es
ideológico y semántico, en el cual las FFAA están inermes, son sus primeras
víctimas, mientras se bombardea a los colombianos a través de textos virtuales,
redes y medios de comunicación interactivos.
Finalmente hago un
llamado a los abogados para que tomen las acciones que se requieran en relación
al oficio presuntamente emitido hace unos meses por la Dirección de Justicia
Transicional, en el que informa que “Gustavo Petro Urrego no ha sido amnistiado
o indultado por el Gobierno Nacional, es decir que al citado señor no le fueron
concedidos los beneficios jurídicos que establecen las citadas normas”
Estos beneficios deben
solicitarse de manera personal y no cobijan per se a los miembros de los grupos
criminales amnistiados o indultados. Siendo así, Petro es sujeto de denuncias y
demandas y el país podría quitarse de una vez por todas al delincuente ex
candidato, y hacer que responda por sus crímenes, antes de que termine de
incendiar con su Resistencia al país.
Importante atender a su
amenaza del discurso del 17 de junio sobre qué quiso decir con intentar llegar
a la presidencia antes de que el presidente Duque termine su mandato.
Mario Javier Pacheco
García
mariojavierpacheco@gmail.com
@mariojpachecog
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