Estimado Diputado Guaidó, le toca a usted
ser Presidente de la Asamblea Nacional en la hora más difícil y tormentosa de nuestra
era republicana; le saludo como conciudadano preocupado por el destino de esta
Venezuela que a todos nos pertenece, pero que ha pretendido ser secuestrada
para provecho de unos pocos, al servicio de corporaciones criminales
internacionales, en detrimento de nuestros compatriotas.
En estas líneas solo pretendo desearle
toda la suerte, y el tino necesario para cumplir con éxito la titánica empresa
de conjurar la crisis dramática por la que atraviesa nuestro país, que de no
ser corregida, habrá comprometido la salud y desarrollo de nuestra nación
–ojalá que no- de manera irreversible.
Quiero ser franco y directo, para decirle
que estoy de acuerdo con su actitud mesurada, e inteligente hasta ahora,
evitando sembrar expectativas que no puedan llevarse a cabo, si no se cumplen
las premisas señaladas en su discurso de asunción de la presidencia del
parlamento venezolano.
Es absolutamente necesaria la
incorporación del pueblo venezolano de manera masiva y entusiasta para el
rescate de nuestro sistema democrático, toda vez, que en el reside la soberanía
plenipotenciaria recogida en la Constitución.
También tiene mucha importancia, y en ese
sentido nos hacemos solidarios de su llamado responsable a las FAN a que se
incorporen a las labores de rescate de la institucionalidad democrática de
nuestro país, habida cuenta de que ellos existen para coadyuvar en el
restablecimiento del orden, y en el desarrollo de la nación, y les está
prohibido expresamente respaldar a ninguna parcialidad política de conformidad
con el artículo 328 Constitucional.
Marcó usted una tercera pauta, también muy
acertada, que tiene que ver con el acompañamiento de la comunidad
internacional, hasta el presente siempre solidaria con la causa noble del
rescate de la democracia, partiendo de la premisa de que ello comporta por
sobre todas las cosas un esfuerzo de nuestras organizaciones políticas, y de
nuestra ciudadanía para darle plena legitimidad a la tarea.
Esta participación de la comunidad
internacional, no puede verse solo como un simple respaldo, sino como un deber
de los países civilizados, pues más allá de la interpretación retorcida e
interesada que los gobiernos populistas, nacionalistas y comunistas le dan a la
vetusta doctrina de la ¨libre autodeterminación de los pueblos¨, está el
interés universal por la conservación del orden democrático, especialmente en
una nación con la importancia estratégica y geopolítica evidente que tiene
Venezuela.
Esas tres herramientas de lucha expresadas
por usted claramente, pueden servir de motor impulsor del cambio, si es que con
ello logramos concitar la emoción y la razón de nuestros ciudadanos para
revertir un proceso deleznable de destrucción como el que hoy vivimos en todas
las instancias.
Nuestro pueblo no puede seguir soportando
hambre; desolación; inseguridad; miseria y muerte. Es tiempo de cumplir las
obligaciones que ordena la Constitución para la redención de la vida de los
venezolanos.
En nuestra tierra tenemos, los recursos
materiales necesarios para volver a comenzar; también tenemos talento humano
capaz y bien formado para promover el crecimiento y desarrollo, y tal como se
ha venido informando, también pudiéramos contar eventualmente con el apoyo
económico y financiero de factores internacionales y multilaterales para la
recuperación del sistema productivo de nuestro país.
Le pido a Dios todopoderoso le de
sabiduría, serenidad, inteligencia y paciencia para llevar a cabo con éxito
esta tarea que se le ha encomendado. Al propio tiempo, pido respetuosamente al
liderazgo opositor, y a toda la ciudadanía actuar con desprendimiento para
acompañar sin mezquindades el liderazgo del presidente de la AN y permitirle
conducir esta hora difícil. Viva Venezuela Libre!
Román Ibarra
@romanibarra
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