jueves, 17 de enero de 2019

ROMÁN IBARRA, CARTA A JUAN GUAIDÓ


Estimado Diputado Guaidó, le toca a usted ser Presidente de la Asamblea Nacional en la hora más difícil y tormentosa de nuestra era republicana; le saludo como conciudadano preocupado por el destino de esta Venezuela  que a todos nos pertenece, pero que ha pretendido ser secuestrada para provecho de unos pocos, al servicio de corporaciones criminales internacionales, en detrimento de nuestros compatriotas.

En estas líneas solo pretendo desearle toda la suerte, y el tino necesario para cumplir con éxito la titánica empresa de conjurar la crisis dramática por la que atraviesa nuestro país, que de no ser corregida, habrá comprometido la salud y desarrollo de nuestra nación –ojalá que no- de manera irreversible.
Quiero ser franco y directo, para decirle que estoy de acuerdo con su actitud mesurada, e inteligente hasta ahora, evitando sembrar expectativas que no puedan llevarse a cabo, si no se cumplen las premisas señaladas en su discurso de asunción de la presidencia del parlamento venezolano.  
Es absolutamente necesaria la incorporación del pueblo venezolano de manera masiva y entusiasta para el rescate de nuestro sistema democrático, toda vez, que en el reside la soberanía plenipotenciaria recogida en la Constitución.
También tiene mucha importancia, y en ese sentido nos hacemos solidarios de su llamado responsable a las FAN a que se incorporen a las labores de rescate de la institucionalidad democrática de nuestro país, habida cuenta de que ellos existen para coadyuvar en el restablecimiento del orden, y en el desarrollo de la nación, y les está prohibido expresamente respaldar a ninguna parcialidad política de conformidad con el artículo 328 Constitucional.
Marcó usted una tercera pauta, también muy acertada, que tiene que ver con el acompañamiento de la comunidad internacional, hasta el presente siempre solidaria con la causa noble del rescate de la democracia, partiendo de la premisa de que ello comporta por sobre todas las cosas un esfuerzo de nuestras organizaciones políticas, y de nuestra ciudadanía para darle plena legitimidad a la tarea.
Esta participación de la comunidad internacional, no puede verse solo como un simple respaldo, sino como un deber de los países civilizados, pues más allá de la interpretación retorcida e interesada que los gobiernos populistas, nacionalistas y comunistas le dan a la vetusta doctrina de la ¨libre autodeterminación de los pueblos¨, está el interés universal por la conservación del orden democrático, especialmente en una nación con la importancia estratégica y geopolítica evidente que tiene Venezuela.
Esas tres herramientas de lucha expresadas por usted claramente, pueden servir de motor impulsor del cambio, si es que con ello logramos concitar la emoción y la razón de nuestros ciudadanos para revertir un proceso deleznable de destrucción como el que hoy vivimos en todas las instancias.
Nuestro pueblo no puede seguir soportando hambre; desolación; inseguridad; miseria y muerte. Es tiempo de cumplir las obligaciones que ordena la Constitución para la redención de la vida de los venezolanos.
En nuestra tierra tenemos, los recursos materiales necesarios para volver a comenzar; también tenemos talento humano capaz y bien formado para promover el crecimiento y desarrollo, y tal como se ha venido informando, también pudiéramos contar eventualmente con el apoyo económico y financiero de factores internacionales y multilaterales para la recuperación del sistema productivo de nuestro país.
Le pido a Dios todopoderoso le de sabiduría, serenidad, inteligencia y paciencia para llevar a cabo con éxito esta tarea que se le ha encomendado. Al propio tiempo, pido respetuosamente al liderazgo opositor, y a toda la ciudadanía actuar con desprendimiento para acompañar sin mezquindades el liderazgo del presidente de la AN y permitirle conducir esta hora difícil. Viva Venezuela Libre!   
Román Ibarra 
@romanibarra



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