“Nuestro sol es una de 100 billones de estrellas en nuestra galaxia. Nuestra galaxia es una de billones en el universo. Sería infantil pensar que somos los únicos seres vivientes en esta inmensidad”. Wernher von Braun. Director de NASA
En 1979 visitaba Bank of América en LA e, invitado por el banco, asistí a un festejo en el rancho de Ronald Reagan. Al llegar, mi anfitrión me condujo a un grupo para presentarme a John Gavin diciéndole; “John, te presento a un paisano tuyo”. La madre de Gavin era originaria de Obregón, Sonora. No disimuló su alegría y me invitaba a su mesa en donde platiqué largo con él. Lo vi de nuevo en otras visitas a LA. Un hombre impresionante que orientaría mi interés hacia ese 1% de información verdaderamente importante, que él manejaba con maestría. En una ocasión me decía algo que me impactó: “cuando escuches que algo es una conspiración, investígala con más profundidad”.
Años después, asistí a una charla que daba William Cooper. Un hombre que parecía salido de las novelas de Ian Fleming dándole vida a James Bond. Miembro de las fuerzas especiales había combatido en Viet Nam. Después tendría una carrera en los más altos niveles de inteligencia de la Armada. Estando en un buque espía en altamar, una semana antes de la renuncia de Nixon, recibía el comunicado del Estado Mayor Conjunto dirigido a los comandantes alrededor del mundo, de no obedecer órdenes de la Casa Blanca.
Para él era un Coup d’Etat contra el presidente y una traición de los más altos niveles políticos. El asesinato de Kennedy lo había marcado profundamente y, en esta ocasión, abandonaba su carrera militar. Dedicaría vida a penetrar las entrañas de un gobierno que, ignorando la constitución, se dedica a tender cadenas para engañar a su gente y cometer crímenes atroces.
Me pareció un hombre interesante y decidí seguir sus actividades. Pero, al enterarme que, en un intento contra su vida perdía una pierna y poco después fuera asesinado, pensé debía haber tenido más que habilidad para recabar información secreta, conexiones con gente que, por miedo, sus investigaciones son en la penumbra, y gran dote para comunicar el resultado de sus viajes a esos subterráneos que nadie conoce. Fue cuando decidí asomarme a ese mundo al cual el gobierno le cuelga la etiqueta de “conspiraciones” para desacreditarlo.
Hubo algo que hasta la fecha me tiene pensativo. Días antes de la muerte de mi yerno, Robert Bennen, sin aviso aparecía en mi casa. Lo recibo y medio nervioso me dice, “suegro, acabo de leer este libro que me ha dejado dejó muy inquieto. Te lo regalo pues sé que te interesa el tema y te va a provocar profundizar en lo que expone. Espero que te guste”. Nos despedimos y fue la última vez que lo vi. Miro el libro y quedo boquiabierto, el autor era William Cooper con un preocupante título; “Behold a Pale Horse”. Frase tomada del libro de Revelaciones en la biblia.
Al avanzar su lectura se me helaba la sangre. Cooper hace afirmaciones insólitas y las acompaña de pruebas irrefutables que, en mi opinión, las elevan al estadio de axioma. Sus escrutinios fueron profesionales, fundamentados y, por supuesto, desafiantes para los círculos de poder. Y hombres como Cooper reciben siempre avalanchas de agresiones para destruir su reputación y su mensaje. Para ello cuentan con legiones de seudo periodistas, expertos en redes sociales, cineastas. Si esto no funciona, toman otras medidas extremas.
Él se sumergió en áreas donde los gobiernos operan en las sombras y la ilegalidad. Y aun despreciando a villanos que ejecutan sus crímenes a la vista (Clinton, Obama, Pelosi), son solo vasallos de los invisibles. De los que tienen el poder para manejar el mundo, desatar guerras, depresiones económicas, fabricar virus y vender su vacuna, manipular monedas. Son los que asesinaron a Gadafi por su oro y su petróleo, a Saddam Hussein, a los Kennedy, al Gral. Patton en Europa. Son los que, a través de la CIA, intervienen Smart TVs, celulares, los browsers que todos utilizamos. Y así caminan por el mundo repartiendo vida y muerte, perdones y sentencias, victorias o derrotas.
Describió el golpe de estado contra Nixon al negar la entrada de EU en el GATT. Un gobierno emergente residiendo en una ciudad subterránea de Virginia conocida como Mount Weather, con presidente y gabinete. La verdadera función de FEMA para, decretando estado de emergencia, suspender la constitución y tomar control total del gobierno (orden ejecutiva #11490). De las actividades de la mafia más grande del mundo, la CIA, controlando el narcotráfico, venta de armas, siembra de amapola en Afganistán, intromisión ilegal en campañas políticas. Planes para destruir la familia y reducir la población del mundo vía AIDS, virus, el aborto masivo, guerras, revoluciones, matrimonio homosexual.
Pero su afirmación más controversial sería que seres de otros planetas hace tiempo han establecido contacto con humanos. Y lo más dramático es su narración de un encuentro entre el presidente Eisenhower y extraterrestres en la base militar Edwards Aire Force en febrero 20, 1954. Uno de los testigos, Gerald Light, famoso metafísico, lo que describía en una carta.
“Vengo regresando de la base. ¡El reporte es devastadoramente cierto! Hice el viaje acompañado de Franklin Allen de Hearst, Edwin Nourse, economista, y el Cardenal de LA MacIntyre. Al entrar, sentí que el mundo había llegado a su fin. Tantos seres humanos en colapso total cuando se daban cuenta que su mundo terminaba con el final de un pordiosero. La realidad de otros planos de Aero formas ha sido removida del dominio de la especulación y es ahora parte en la consciencia de todo grupo político y científico responsable. Durante mi visita de 2 días vi cinco tipos diferentes de naves estudiadas por oficiales de la Fuerza Aérea, con asistencia de los Etherians” (extra terrestres).
“No tengo palabras para expresar mis emociones. Finalmente ha sucedido. Ahora es parte de la historia. El presidente fue llevado a la base una noche durante su visita a Palm Springs.”.
“Dejo a tu deducción y construyas una fotografía mental del infierno que ahora estremece a miembros de nuestra comunidad científica, y a expertos en áreas que forman nuestra física corriente. No puedo sofocar la ola que brota en mi interior cuando veo el patético enredo de mentes brillantes, luchando para encontrar explicación racional que les permita aferrarse a sus teorías familiares. Doy gracias al destino por haberme impulsado hacia los bosques metafísicos y darme las armas para abandonarlos. Ahora esas mentes rechinan ante aspectos irreconciliables de la ciencia. Había olvidado cosas tan comunes como la desmaterialización de objetos sólidos y llegan para incrustarse en mi mente. El transitar del cuerpo de un espíritu, ha sido familiar para mí durante años y había olvidado que tales manifestaciones podrían afectar el balance mental del hombre no condicionado. Nunca podré olvidar estas 48 horas”.
El cardenal MacIntyre y el Sr. Nourse, asesor económico del presidente, esbozaban un panorama similar para la religión y la economía. Días después, el cardenal viajaba a Roma para entrevistarse con el papa Pio XII y nacía el SIV.
Ricardo Valenzuela
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@elchero
Desde Mexico
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