Es esa combinación de factores y circunstancias que caracterizan una situación en un momento determinado. De eso se trata. En momentos donde las realidades contextuales son cada vez más complejas y cambiantes, es evidente que no es suficiente la lectura cotidiana de los diarios o la información que cuenta la radio, la televisión o las redes sociales. Se hace necesario contar con una versión mucho más profunda y amplia de los hechos y acontecimientos que envuelven nuestras realidades del momento.
En este mundo ruidoso de la política, es nuestro trabajo hacer mucho más que traer una noticia u oferta transformacional al ciudadano.
“He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro” decía Saramago. Ahora bien, reflexionar los escenarios situacionales si es menester. Definido literalmente como el guión de una obra para ordenar las alternativas futuras a partir de las cuales las decisiones pueden ser tomadas. Como una descripción acerca de cómo podría resultar el futuro; que básicamente están entre el mundo de los hechos y el mundo de las percepciones. Sin embargo, el conocimiento sin acción es solamente arrogancia.
Te confieso que me preocupa seriamente el hostil ambiente político actual; y te pregunto ¿Existe el liderazgo con moral que busque vías de entendimiento y siente a estos sectores políticos en pugnas. O nos enfrentamos a momentos complejos con destino incierto. Sobre todo para los más vulnerables.
El acuerdo al que llegaron hace nueve meses los partidos minoritarios de la oposición en la Mesa de Diálogo Nacional con el desgobierno de Maduro se materializo. La designación del Consejo Nacional Electoral (CNE) por parte del Tribunal Supremo de Justicia es la más reciente de esas concreciones.
El desgobierno jugó a que quedara claro que la AN no cumplió su función, para así aplicar la omisión legislativa y poder designar a los rectores, como ha ocurrido en los últimos 20 años en cuatro ocasiones (2003, 2005, 2014 y 2016).
La AN tuvo la oportunidad de designar a los rectores del CNE siguiendo el procedimiento jurídico y en los tiempos establecidos. Sin embargo, esto no ocurrió por falta de voluntad política y entendimiento necesario para organizarse desde el mes de noviembre y diciembre para determinar si se hubiese cerrado 2019 con al menos la lista presentada de los candidatos. A los mejor ellos estarían jugando a no realizar las parlamentarias. A lo mejor estarían jugando a aumentarle el volumen a la conflictividad política. La única manera de que la AN hubiera podido designar rectores pasaba por un acuerdo para votar en una proporción equivalente a los dos tercios entre oficialismo y oposición.
La realidad es que la intención de la Constitución cuando dicen que los rectores tienen que ser elegidos por los dos tercios es que todas las partes que tienen representatividad política tengan que negociar para decidir entre ellos quiénes van a ser los árbitros que van a tomar las decisiones en sus propias elecciones. No es para que uno se imponga sobre el otro porque entonces la única manera de que tú tengas rectores nombrados por la AN es que alguien tenga la mayoría calificada, y la verdad es que la mayoría calificada normalmente es una singularidad.
El actual escenario es que una de las partes no reconoce al nuevo CNE, y al no reconocerlo, ocurrirá que una parte de la comunidad internacional lo va a desconocer, así que la legitimidad del CNE y de sus decisiones quedarán en entredicho.
Al desgobierno le conviene que la oposición mayoritaria no participe en los comicios parlamentarios porque si lo hace y logra convencer a sus electores de ir a una elecciones, el resultado posiblemente sería como el de 2015, pero si la oposición mayoritaria decide no votar, entonces obviamente quien va a sacar la mayoría de la AN es la bancada del PSUV.
Seria lógico que la sociedad sienta desconfianza hacia el nuevo Poder Electoral, pues aunque Tibisay Lucena ya no está en la presidencia del órgano la forma en la que fueron elegidos los nuevos rectores posiblemente hará que la desconfianza que había se transmita a los nuevos rectores del CNE. El problema con esto es que cuando la gente va a un proceso electoral bajo el paradigma de una elección democrática, la gente quiere una elección para elegir. Y la realidad del asunto es que cuando tú no estás en democracia, no vas a una elección para elegir, sino que vas a una elección para confrontar la trampa. De eso se trata. El acertijo radica en cómo frustrar sus planes. Un desafío muy arduo.
Los partidos de la oposición mayoritaria tendrán que tomar una decisión que es trascendental. ¿Es bueno abstenerse? depende de lo que vayas a hacer con eso. Si tú tienes una estrategia que se deriva de la abstención, como pasó con la elección de Maduro en 2018 y en enero de 2019, bueno entonces podemos considerarlo, pero la abstención por la abstención no te da nada.
Sugerimos un movimiento unitario cohesionado para enfrentar electoralmente al desgobierno, a pesar del ventajismo. Una oposición cívica, civil y desarmada, que se base en el apoyo que pueda conseguir de la sociedad civil en su conjunto, al estar obstruidos sus mecanismos de participación, busque recuperar la democracia y sus partidos mediante una masiva votación. Convertir las parlamentarias en un Plebiscito contra Maduro. El 16 de Julio de 2017 se efectuó la rebelión cívica más grande de la historia de nuestra Nación. Ese es mi mejor ejemplo. En mi muy particular opinión debemos participar aún en las peores condiciones.
Construyamos un objetivo de acción común. Llámalo Foro de Participación Ciudadana y sobre lo ya aprendido, vuelve arma la red ciudadana al método Parlamentarias2015 y la mas reciente, la RED 16J… Invoquemos el coraje ciudadano. Hay que ser astuto, distinguir y saber usar el músculo disponible; “ser zorro para conocer las trampas, y león para espantar a los lobos“, dice Maquiavelo. Todo indica que el debilitamiento propio de la atomización podría encontrar alivio en el reducto de una coalición repensada y amplia, sostenida por un propósito, un plan de largo aliento y divorciado de la fantasía; guiada por un pensamiento audaz, dúctil y pragmático. Convirtamos el voto en nuestra arma de lucha.
En tiempos de tanta incertidumbre, un renovado liderazgo político y social tiene la responsabilidad de asumir la defensa y el rescate de los valores y principios. Postular los mejores candidatos con participación de ciudadanos reconocidos en la cabeza de las listas y los circuitales. Vamos a sorprender al desgobierno y nos lanzamos todos a votar a última hora. Una campaña contundente por todos los medios posibles para arengar el propósito de derrotar al desgobierno. Con verdadera convicción de que todos unidos lo podemos lograr. Así los agarramos de sorpresa en nuestro arrollador afán y les ganamos al mejor estilo de la jornada de las parlamentarias del 2015.
El tema no es solo llamar a votar. El tema es comprometerte y respetar las consecuencias de tu llamado al voto. Si tú llamas a votar, y te hacen fraude, estás obligado a denunciarlo y actuar en consecuencia. Si tú llamas a votar, tienes que defenderlo en los centros de votación con coraje. Ahora, si llamas a votar o a no votar para desentenderte de lo que pase después, estás colaborando con la dictadura de este desgobierno. Piénsalo. Cosas para reflexionar.
Por cierto, hemos decidido suspender hasta nuevo aviso nuestro Conversatorio Liberal de Caracas. Las condiciones de confinamiento e inmovilidad anunciadas por el desgobierno nos obligan a ello. Sin metro, ni transporte público es poco lo que podemos hacer. Entendemos que esta situación va para largo. ¿VirusChino o algo más? Eso no lo sabemos. En ese sentido, estamos trabajando en la implementación del encuentro por la vía de escenarios virtuales. Ya pronto anunciaremos los progresos.
Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es Mejor!
Raul Amiel
raulamiel@gmail.com
@raulamiel
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