Terminamos el capítulo anterior de esta serie, con un breve relato de lo acontecido con el interinato del Dr. Ramón J. Velásquez, quien fue designado por acuerdo parlamentario para culminar el período que dejó la vacante del Presidente Carlos Andrés Pérez, luego de su destitución, y que llevaría al país a prepararse para la celebración de nuevas elecciones presidenciales y escoger a un nuevo jefe de estado y de gobierno.
Sin embargo, necesito permitirme hacer un par de incisos muy breves, para relatar algunas cosas muy graves que están sucediendo en nuestro país actualmente, y que como se verá luego, forman parte de todo el deterioro que como consecuencia de estos largos años de dictadura, han llevado a que Venezuela colapse en grado terminal, aunque como se ha visto, siempre se puede descender más; siempre se puede estar peor.
En primer lugar, quiero referirme y con ello reclamar el deterioro institucional y el abuso que significa que el régimen comunista, a través de su brazo judicial el TSJ, dirigido por gente sin calificación profesional, ni moral, esté minando los resquicios de democracia que van quedando. Me refiero a la manera grotesca y absurda jurídicamente de arrebatarle a los dirigentes y militantes de los partidos políticos sus instituciones, en un manotazo, sin el debido proceso, ni derecho a la defensa. Un asalto impúdico y asqueroso, sin el más mínimo decoro.
El segundo aspecto al cual quiero referirme es al hecho de que las autoridades universitarias, y especialmente las de la UCV, estén actuando al margen de la Constitución y la Ley, obstruyendo investigaciones, cuya respuesta están obligados a dar. Todos los funcionarios públicos están obligados a brindar respuesta oportuna y veraz, frente a cualquier solicitud. Están obligados a rendir cuentas, y eso en la UCV, luego de la renuncia del Vicerrector Administrativo, se ha vuelto una caja negra.
Compraron, sin autorización del Consejo Universitario, un centro de diagnóstico denominado CEDIVI, con un presunto sobreprecio de más de 3 millones de dólares, y no solo lo niegan, sino que obstruyen la investigación al respecto. Pues bien, esa investigación hay que proseguirla hasta el final, así como investigar por qué se auto asignan con la complicidad del gobierno, unos bonos millonarios de ¨responsabilidad¨, mientras el conjunto de los profesores viven prácticamente en la indigencia por culpa de los sueldos miserables del sector educativo. Para
eso hay dinero, pero no para los profesores; empleados, y obreros, y mucho menos para mantener la infraestructura física de la universidad que se cae a pedazos, literalmente.
Regresando a lo nuestro, como vimos, la labor fundamental del interinato del Presidente Velásquez, tenía por misión garantizar la paz social y conducir al país a la celebración de elecciones para que el país escogiera un nuevo líder, luego de los duros acontecimientos vividos en la caída del gobierno del Presidente Pérez.
Se presentaron a la contienda varios candidatos, y entre los más significativos estaban: Oswaldo Álvarez Paz, quien derrotó en primarias abiertas de su partido Copei, al hasta entonces Secretario General y líder de ese partido, Eduardo Fernández. Haciendo abstracción de si fue o no un error hacer elecciones primarias abiertas, lo cierto es que de ese proceso emergió la figura del ex gobernador del Zulia hacia la Presidencia de la República.
Por el partido Acción Democrática, resultó como candidato Claudio Fermín, ex Alcalde de Caracas, quien se impuso contra la pre candidatura de Carmelo Lauría, impulsado por el gobierno del Presidente Lusinchi. Es decir, logró vencer a la maquinaria del gobierno y del partido desde las bases.
Es mucho lo que se puede decir de los candidatos Álvarez Paz y Fermín, pero se acabó el espacio. Continuará.
Román Ibarra:
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
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