Observando el efecto del “Trump Derangement Syndrome”, odio mortal hacia el presidente acompañado de conductas psicóticas, podemos concluir qué el proyecto fue magistralmente operado por el EP. Yo pregunto a mis amigos ¿por qué ese odio enfermizo? Sus cantinflescas respuestas me divierten: “Porque es un tipo corriente, es antipático, no tiene la categoría de Obama, es muy agresivo y grosero. Entonces, si los americanos hubieran conseguido un Churchill para manejarlos, tampoco nos gustaría porque se desayunaba con martinis, almorzaba con vodka, cenaba con brandi y echaba madrazos en el parlamento.
El odio del EP hacia Trump es entendible pues les ha ganado todas las batallas. Pero hay algo intrigante. Ese odio, repentinamente se ha convertido en un desesperado pavor. Un pánico que tiene motivaciones muy profundas cuyas raíces habían permanecido invisibles durante más de 50 años; “Los archivos de la verdadera investigación del asesinato de JFK” que, por decreto judicial, no se deberían de abrir al público antes del 2038 y en ellos hay muchas respuestas a lo en estos momentos sucede.
Pero, aparece Trump y, con una orden ejecutiva, abre la compuerta de este poderoso tsunami que ha puesto a temblar no solo al EP, sino a toda la clase política mundial. Lo primero que arrojan esos registros es la relación de JFK con su mentor, James Forestal, quien encontrara una muerte de la forma más sospechosa y, de alguna manera, ligada a la de JFK. También su relación con IKE a quien conociera en 1945 en un viaje a Europa que hiciera con Forestal quien, como secretario de defensa, evaluaba su destrucción. IKE permanecía en Europa como gobernador de la Alemania libre.
Cuando se dieron la mano, nadie imaginó que 16 años después IKE le estaría entregando la presidencia a este joven congresista que estaba conociendo.
A finales de su administración, Truman formaba un grupo científico militar (Majestic 12) para estudiar el fenómeno extraterrestre que se pensaba era real. Inclusive, en Alemania encontraban claras evidencias en su impresionante avance tecnológico que ligaban a inteligencias superiores. Uno de los miembros de ese grupo era Forrestal. El M-12 reunió evidencias irrefutables de la realidad extraterrestre y, ante la negativa del grupo, Forrestal insistió en que se debía informar al presidente y al pueblo. Pero elementos de la CIA lo internaron en un hospital militar argumentando sufría un colapso nervioso y, al estilo Clinton, lo suicidaron lanzándolo del sexto piso. Para JFK su muerte fue un duro golpe
IKE, al entregar la presidencia a Kennedy, le hizo una advertencia del peligro que representaban pues estaban fuera de control ejecutando un programa divorciado de los objetivos que le habían dado vida. Le confesaba su error al darle mano suelta a Nelson Rockefeller, quien, a sus espaldas, le había dada una estructura legal convirtiéndolo en un país autónomo dentro de EU. Kennedy tenía antecedentes puesto que, como oficial de inteligencia de la Armada, le había tocado vivirlo. El grupo se había establecido en Nevada en una operación conocida como Área 51. Le informaba también que unos meses antes los había amenazado con una intervención del ejército y, aun así, lo ignoraban.
IKE, en su mensaje de despedida repetía la misma advertencia: “En los consejos del gobierno debemos evitar la adquisición de influencia no delegada, buscada o no buscada, del complexo militar-industrial. La posibilidad de un desastroso crecimiento de poder mal estructurado persiste. Nunca debemos permitir que el peso de esta combinación ponga en peligro nuestra libertad o el proceso democrático. No debemos ignorarlo. Solo una ciudadanía alerta y bien informada puede dictar el tejido de esa gran maquinaria industrial y militar para defensa, con nuestros objetivos y métodos de paz para que seguridad y libertad puedan prosperar juntas”.
Kennedy iniciaba su lucha para eliminar ese tumor incrustado en la anatomía del gobierno. Su pecado fue que, sin seguir el consejo de Ike, con sus declaraciones les comunicaba sus intenciones para combatirlos. Cuando ignoraran su solicitud de información. El 12 de noviembre de 1963 enviaba un agresivo memorándum al director de la CIA repitiendo lo solicitado. Pero la respuesta del M-12 fue atrincherase ignorando la autoridad presidencial. JFK iniciaba los preparativos para disolver el grupo transfiriendo sus responsabilidades al departamento de defensa y, sobre todo, dar a conocer su existencia. Allen Dulles, siendo director de la CIA y líder del grupo, siempre se había enfrentado a JFK y enviaba una directiva codificada a 6 miembros del grupo:
¡Directiva en relación del proyecto Medio Ambiente!—“Cuando las condiciones se tornan no conductivas para el crecimiento de nuestro medio ambiente, a Washington no se le puede influenciar y el clima permanece sin precipitación….debe ser empapado”. El documento, encontrado entre archivos de uno de los participantes, fue revisado por expertos concluyendo era la directiva para un asesinato. La expresión “debe ser empapado” era una clave de la KGB que significaba asesinato. En otro documento se referían a “Lancer”, el sobrenombre que el servicio secreto le dio a JFK como siempre lo han hecho con los presidentes.
El mismo 12 de noviembre, JFK había asegurado un compromiso con el premier soviético Khruhchev para unir fuerzas contra una amenaza común para la humanidad y juntos explorar el espacio. Luego anunciaba el retiro de EU de Viet Nam y su intención de disolver el FED. Esas eran malas noticias para el complexo militar-industrial pues sus negocios estaban a punto de un desplome. El 22 de noviembre 1963, diez días después del ultimátum que le daba al grupo, sería asesinado por elementos de la CIA y del FBI con toda la colaboración de Hoover.
El ex agente de la CIA, E. Howard Hunt, confirmaba su participación en el asesinato. En una confesión grabada por su hijo, John Hunt, declaraba que, para organizarlo, se había reunido en Miami con David Morales, un asesino de la CIA. Afirmó también que el proyecto bajaba a través de la cadena de comando iniciando con el vicepresidente Johnson. Todo esto sería confirmado por Roger Stone, un estratega republicano y, en su libro; “El hombre que mató a Kennedy. El caso contra LBJ”, concluye que Johnson fue quien arregló el asesinato en donde participaron todos lo que enemigos de JFK. El asesinato fue ejecutado por un grupo de golpe organizado por la CIA.
Así terminaba la vida de JFK y con él la lucha contra el M-J 12 que mutaba para convertirse en el Estado Profundo. La magnitud del intento asesino del EP llega mucho más lejos que nuestra horrible pesadilla. La desesperación de estas elites nos ha dado la oportunidad de atestiguar de lo que son capaces cuando su existencia está en peligro. Si espulgamos las comparecencias de los directores de la CIA, NSA, FBI ante el congreso simulando arrepentimiento con vergonzosas sonrisas, nos daremos cuenta de que luego llegan a sus lugares de trabajo para sembrar y cosechar el resultado de sus vilezas. Con ese panorama navega Trump hacia la elección de noviembre.
https://www.armstrongeconomics.com/international-news/politics/the-2020-election/
Ricardo Valenzuela
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Los grandes hombres son como las águilas. Construyen sus nidos en una majestuosa Soledad. Porque un alto grado de intelecto tiende a convertir al hombre en un ser antisocial. Arthur Schopenhauer
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