jueves, 23 de julio de 2020

FREDDY RIOS RIOS, COVID 19, COMERCIO INTERNACIONAL Y POLÍTICA COMERCIAL.

“Los hombres sólo aceptan el cambio resignados por la necesidad y sólo ven la necesidad durante las crisis.“ —  Jean Monnet

Venezuela viene arrastrando una profunda Crisis Económica desde  2014 y la Pandemia la complicó en todo sentido. Se erosionó o aún más el desabastecimiento, la caída de la producción nacional y las importaciones, a límites históricos desconocidos.

El Secretario General de la OMC, Roberto Azevedo declaró que es de esperar una caída del Comercio en 2020 entre 13% y 32%. Ello es sin duda consecuencia de los problemas generados en el circuito productivo, en la logística nacional e internacional y en las salvaguardias tomadas por los países para asegurarse el abastecimiento. El COVID 19 es la pandemia que más ha destruido la salud, la vida y la actividad económica en el mundo globalizado.

En general, los Organismos Internacionales y sus Agencias Especializadas, en razón de la materia de su competencia, ven con incertidumbre el 2021 e igualmente posicionan sus estimaciones y expectativas de recuperación en la efectividad de las políticas que pongan en prácticas los gobiernos, su efectividad, la respuesta, la duración de la pandemia y la capacidad de reconstruir el entramado afectado en el corto y mediano plazo.

Volver a la normalidad requerirá la mixtura de políticas realistas y pragmatismo con visión de futuro. La responsabilidad de los Estados en la aplicación de los correctivos necesarios de política monetaria y fiscal, ello teniendo muy en cuenta la facilitación del poderoso motor del Comercio Internacional.

Para crear un ambiente favorable, hay que alentar y promover la inversión extranjera, será necesario poner en prácticas las Normas de Kyoto Revisado (OMA) y Bali (OMC) que contribuirán  eficazmente y rápidamente a mejorar los tiempos de producción y evitar sobre costos innecesarios en Aduanas, Puertos, Aeropuertos y Almacenes que reducen las ventajas comparativas. No se debe ignorar que la mejor política económica es la seguridad jurídica.  

Es muy importante subrayar que el Banco Mundial ha adelantado que “(....) El comercio será un ingrediente muy importante aquí, junto con la política fiscal y monetaria.  Mantener los mercados abiertos y predecibles, así como fomentar un entorno empresarial más favorable en general, será fundamental para estimular la inversión renovada que necesitaremos.  Y si los países trabajan juntos, veremos una recuperación mucho más rápida que si cada país actúa solo ". 

La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) ha mantenido una narrativa coherente técnica y económica consciente de la necesidad de reactivar y mantener el flujo del comercio internacional, sobre las premisas que se “requiere cooperación y confianza (...) que el mercado proporcionará lo esencial, que los países no impondrán restricciones a la exportación y que las importaciones no representan riesgos para la salud”. 

Ante la Guerra Comercial iniciada por USA, que arrancó repuestas retaliatorias de China, UE, México, Canadá, e India, solo debemos confirmar que los tiempos del proteccionismo están enterrados en el siglo pasado. Sostiene la OCDE, que “No es este el tiempo de un desafío particular en un momento de tensiones comerciales, donde el sistema de comercio internacional ya estaba sujeto a un mayor número de nuevas restricciones y distorsiones, desde aumentos de tarifas entre los principales productores, hasta un importante apoyo del gobierno en sectores claves”

También la OCDE, preocupada por el curso de los acontecimientos, señaló apuntando al Foro por excelencia para la solución de disputas la OMC, que: “Los esfuerzos de diálogo para gestionar y prevenir tensiones a través de negociaciones en curso, ahora se ven complicados por las restricciones de movilidad. 

Pero en el contexto de la severa tensión económica del COVID-19, es más importante que nunca evitar la escalada de las tensiones comerciales actuales. Es necesario que las partes no incrementen el uso de restricciones arancelarias y no arancelarias al comercio recíproco y desmonten las barreras utilizadas.

La influyente tipología de Robert Gilpin en muchos años poco ha cambiado, sigue vigente en la economía política internacional. El scholar yuxtapone una visión mercantilista positiva ("la política determina la economía") frente a una liberal más estrecha y notoriamente normativa ("la economía debe determinar la política") su pensamiento realista lo desarrollo en su obra la Economía Política Global. Entre ninguno de estos parámetros está Venezuela, caída en manos del Crimen Organizado Transnacional.

El chavismo saco a Venezuela de la integración económica cuando la necesidad y la realidad obligaron a los chinos a promover la ASEAN. No hay sitio en Mercosur, ni en la CA, los acuerdos comerciales regionales y multilaterales quedaron en la estación 20 años atrás. Nos salimos del G3 que era nuestra puerta segura al Pacífico. Sobre la ALBA y la CELAC no vale la pena gastar dos líneas.

Las aduanas y las demás entidades gubernamentales de control fronterizo que la Autoridad Aduanera debe Coordinar andan por la libre y a disposición de la GNB. Vamos en retroceso a pesar del maloso Sistema Sidunea, la ignorancia y desidia no han implementado los procedimientos simplificados de aduanamiento y desaduanamiento que implican altos costos para el operador privado, la economía y el consumidor.

En Venezuela no existe la institución Aduanera, sino unos mabiles que usan ese nombre. La última modificación de la Ley Orgánica acabó con la institucionalidad kelseniana. No existe Política Aduanera, ni Política Arancelaria, ni instrumentos de aplicación de la Política Comercial, no se cumple la normativa legal y dejó de estar al servicio del desarrollo y del país como ente de promoción, control y seguridad. Solo es un peñero al garete al servicio de Tráficos Ilícitos. 

Venezuela es un país que carece de Instituciones, Políticas Públicas y Políticas Sectoriales, no tiene preparación ni planes algunos para la post pandemia. Tras 20 años de destrucción continua sólo queda chatarra y barcos para el desguace. El futuro cercano es tenebroso. Sin energía eléctrica, agua, electricidad, gas, teléfonos, internet y demás servicios públicos, impera el desabastecimiento, la hiperinflación y la especulación dolarizada. La única preocupación de la Dictadura es si el Sr Saab hará turismo en gringolandia. Somos el Territorio del Hambre y la Desesperanza.

Guaido debe examinar el Plan País en lo referido al desarrollo de la política comercial durante la transición, porque es una materia crítica e indispensable, que debe pasar por la creación de la Superintendencia General de Aduanas, cuyo proyecto está hecho, asi como también el Reglamento General de la Ley Orgánica de Aduanas. 

A dicho efecto para facilitar todas las reformas al Estado, se requiere contar con  una clara Política Comercial, entendida como la instrumentación legal que permite al Estado, intervenir, participar, regular  y negociar las relaciones comerciales del país en la globalización, con estricto apego a la legislación nacional y a los Acuerdos, Convenios y Tratados suscritos y ratificados por el país, de acuerdo a su estrategia de desarrollo. 

Como colofón no podemos olvidar que vivimos tiempos de neuropolítica y que “La neuropolítica como disciplina de las neurociencias considera que el comportamiento humano está definido por interacciones que pueden ser producidas por las emociones o por la racionalidad y que los procesos cognitivos incorporan ambas manifestaciones.” Hay que tenerlo en cuenta para tener éxito, no hay lugar para experimentos.
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F2R
@doserre

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