jueves, 23 de julio de 2020

ENRIQUE PRIETO SILVA, ¡LA IMAGEN DE CHAVEZ!



No logramos comprender la irreverente idea que emanó y mantuvo un grupo numeroso de venezolanos, muchos autoproclamados y aceptados como intelectuales, inclusive ideólogos cultos y pronosticadores, que trataron de mantener y defender la llamada “imagen de Chávez”. Una estúpida y sin parangón idolatría, que luego de una llamada “revolución socialista”, condujo al país a la miseria en que vivimos; una, sin paralelo en la histórica, que transformó el también llamado “ideario nacional” en la abrupta miseria calificada por muchos como el mayor milagro de venezolano alguno, que logró transformar en dos décadas el país más rico del planeta en el país más miserable. 


“Los viudos de Chávez”, como los llamó Gustavo Coronel, quienes según él, tuvieron un plan para reconquistar el poder, consistente en hacernos creer que chavismo y madurismo eran diferentes. Idea que compartimos en el sentido de no solo creer, sino mantener la creencia segura, que los personajes impulsores del chavismo ignaro que logró reconquistar la anti política surgida en finales de los 80’ y todos los 90´, lograron engatusar a los venezolanos, y llegaron a la toma del poder con dulzura engolosinante, conduciéndonos a estos lodos de la Venezuela miserable, que pareciera ser el peor trauma de la república en sus más de 200 años de independencia. 

Sin dudas, es grande la desesperanza y el martirio de seguir creyendo que todo se perdió, y que llegamos a un destino imperecedero y atosigante, logrado como castigo fulgurante por la pérfida ilusión de haber soñado con una patria grande y poderosa, creyendo que los venezolanos nos merecíamos el disfrute de una riqueza dada por Dios. Eso que habíamos confundido con el llamado “sueño venezolano”, transformado en la “ilusión perdida”, luego del fulgurante engaño del chavismo, que aún quieren mantener como imagen gloriosa sin oprobio; a pesar de la verdad ruda que nos atosiga. Es imposible olvidar, que Maduro es la funesta extensión de Chávez impuesta por él agonizante, y debemos entender, que el madurismo y su secuela que aún perduran en el poder, representan al bloque histórico del Chavismo, creador de la desesperanza y el caos que solo tiene un nombre, “el legado de Chávez”. 

No podemos verlo de otra manera, aunque quieran “los viudos del chavismo” hacernos creer otra cosa, sino que es el resultado del antiapostolado creado por el ¡falaz chavismo!, el mayor engaño político que haya existido en nuestra historia patria, que quiso instaurar una doctrina política fundamentada en el desastroso comunismo con el fulgurante nombre de “chavismo del siglo XXI”; el mismo que concluyó en el fracasado socialismo soviético de la década de los 20´ del pasado siglo; sin descontar la inmensa propaganda surgida en el mundo, ante la insensata “revolución” desatada en muchos países, creyentes del “mito”.  

Muchos venezolanos, entre los que nos contamos, pronosticamos la miseria en que se convertiría Venezuela gobernada por Hugo Chávez, cuyo más lacerante maniobra, después del ¡por ahora!, fue la de querer medir la riqueza patria, buscando el límite de sus reservas internacionales, que con mente chica creyó tener la medida de los recursos necesarios y el cartabón para medir la pobreza; forzando desde el comienzo de su engaño la fábula del pedigüeño, que estuvo convencido de la atrocidad del pujante emprendedor, quien aprendió mediante el estudio en “la universidad de la vida”, que los recursos escasos existen y pueden multiplicarse como Jesús multiplicó los peces y los panes; pasajes bíblicos que descartan la expropiación y el reparto de lo ajeno, como fórmula para distribuir la riqueza; esa que solo es concebible como producto del trabajo del hombre cuando fuerza a la naturaleza a producir, o para extraer de las entrañas de la tierra los frutos existentes en ella. Solo así, ¡Dios proveerá!, y ojalá, que más nunca volvamos a creer en mesías salidos de la nada, como si viviéramos en la época de la magia de Merlyn y el Rey Arturo. 

@Enriqueprietos

No hay comentarios:

Publicar un comentario