La debacle no tiene precedentes. El Estado y la empresa petrolera venezolana están en default o cesación de pagos. En cualquier momento los fondos buitres se reunirán y vendrán contra los activos de la República. Pdvsa llegó a ser la segunda empresa petrolera más importante del mundo.
Si hubiéramos continuado con la apertura petrolera, hoy estaríamos produciendo más de 6 millones de barriles diarios. Al llegar el oficialismo al poder se empezó a desmontar todo lo que se había hecho en este orden bajo el gobierno de Rafael Caldera. En su mandato llegamos a producir 3.700.000 barriles diarios.
En cambio en el año 2002 se despidieron 20 mil trabajadores de PDVSA. A partir de entonces empezó una caída irreversible. En la misma dirección en el año 2008 Chávez modificó las condiciones petroleras, aumentó el impuesto sobre la renta del 35% al 50%, la regalía del 16% al 30% y aumentó la participación del estado al 60% en las empresas mixtas y al no ser un negocio rentable para los inversionistas, nadie puso más dinero.
El negocio petrolero venezolano se hizo muy poco competitivo. Las refinerías también se descuidaron. No se les hizo el mantenimiento debido y una a una empezaron a fallar. La gasolina que abastecía no sólo el mercado nacional, sino a todo el Caribe, se dejó de refinar. Fuimos exportadores de gasolina y hoy no producimos ni para suplir el mercado nacional. Regalamos petróleo a granel. Las sanciones son solo la guinda del pastel. La debacle ya era una realidad. De cualquier manera, ahora nadie quiere lo poco que produce el mercado nacional.
Si la producción cayó de más de 3 millones a unos 300 mil, ya no tenemos de qué vivir. Para rematar expropiaron más de 6 millones de hectáreas de tierra, y ahora ni hay alimentos, ni hay con que importarlos. La hambruna pica y se extiende.
Sin embargo, hay que ser optimistas. Las potencialidades están allí. El capital humano es abundante. Las reservas petroleras siguen en el subsuelo. Somos un país de tierras fértiles y uno de los que cuentan con más agua en el mundo. También tenemos mucho gas, y riquezas minerales de todo tipo. Tenemos una situación geográfica envidiable. Lo mejor una diáspora joven y preparada dispuesta a regresar si el desgobierno cambia.
Oscar Arnal
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@OscarArnal
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