Aunque
Lasso había perdido en la primera vuelta con una diferencia de casi 13 puntos
porcentuales frente a Arauz, los votos de los otros candidatos que no entraron
en el balotaje fueron determinantes para el triunfo de Lasso, comenzando por
los del candidato indígena y ambientalista Yaku Perez, quien al no entrar por
escasos votos a la segunda vuelta alegó fraude, destacándose que aunque pidió a
sus seguidores anular el voto, sin embargo su postura anticorreista, pudo
ayudar electoramente a Lasso con los indígenas que dividieron el voto, entre
las opciones de anularlo o apoyar al candidato triunfador.
El estilo
totalitario marxista de Rafael Correa, durante los 10 años que estuvo en el
poder, fue la principal causa de la derrota de su candidato, dado que persiguió
a los partidos tradicionales, arrinconó a la prensa y ridiculizó a los
ambientalistas encabezados por los líderes indígenas, además de usar la treta de la
corrupción para señalar a sus enemigos, sin ningún fundamento.
La crisis
sanitaria que vive el Ecuador, con el Covid-19 o peste china, unida a la crisis
económica y a las dificultades en la gobernabilidad son retos para el nuevo
gobierno, a lo que se le debe agregar que no tendrá mayoría en el Congreso, por
lo que el presidente Lasso necesariamente deberá hacer una negociación política
con otras fuerzas, para no tener contratiempos en su gestión, especialmente con
las movilizaciones sociales que se dan en Ecuador de manera masiva y
beligerante.
Indudablemente
que fue una sorpresa el triunfo de Guillermo Lasso en el vecino país, en vista
de que la llamada izquierda en Latinoamérica se esta recomponiendo y ha tenido
triunfos significativos en México y Bolivia de la mano de la internacional
comunista del Foro de Sao Paulo con su apéndice del Grupo de Puebla, de ahí que
las fuerzas democráticas en la presente situación deben en la región
desarrollar tareas ideológicas y organizativas, para contrarrestar los embates
del comunismo totalitario, que camuflándose en diferentes remoquetes busca
empobrecer al máximo a las masas, como lo ha hecho en Venezuela, para llevar a
nuestros pueblos a una condición de postración que le permitan a las dictaduras
totalitarias convertir a los ciudadanos en despojos humanos, y así consolidar
el despotismo.
Ecuador se
salvó el 11 de abril de caer nuevamente en la garras del totalitarismo marxista
que representa Rafael Correa, debido a que el pueblo ecuatoriano supo
reaccionar para salvar al país vecino y no permitir una calamidad similar a la
que se vive en las naciones que se encuentran soportando el yugo comunista, por
lo que los partidos demócratas latinoamericanos frente a la arremetida
totalitaria, tienen que prepararse para cerrarle el paso a las conspiraciones
extremistas, que buscan por todos los medios envilecer a la población.
El ejemplo
electoral en Ecuador debe servirle al pueblo colombiano de lección democrática,
para evitar que en las elecciones de 2022, partidos y movimientos con atuendos
de progresistas o alternativos, lleguen al gobierno para montar una tiranía que
exterminaría a la libertad y cuya victima principal serán las masas
empobrecidas, que es donde el comunismo ejerce con toda rigurosidad su
dictadura, puesto que las personas acaudaladas no tienen problema ya que se
marcharan del país, y los más humildes serán los que aguantarán el látigo
liberticida, para que una camarilla oprobiosa consolide su dictadura, ello, si
la ciudadanía no reacciona a tiempo ante el peligro que se cierne sobre
Colombia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario