Esperemos que después
de tanto nadar, no nos ahoguemos en la orilla. Han sido 17 años de lucha; de
estira y encoge. En fin, llegó el momento ansiado; añorado; por el que han
cerrado empresas, acabado familias, muertos muchos venezolanos, emigrado
centenares de miles de nuestros hermanos. Llegamos al llegadero. Y se plantea
el reto: encuestas o votos. Porque las encuestas pueden entonar la hermosa
canción que todos quieren escuchar. Pero si no hay votos, los suficientes para
exhibir una victoria inobjetable, no hay llegadero posible; tampoco triunfo
convincente.
Nadando en una
inmensa cantidad de dinero con la que cualquier Faraón del antiguo Egipto nos
hubiera podido cubrir todo el territorio de Pirámides, aquí, sin embargo, el
2015 termina entre “visitas” gubernamentales a las empresas que producen
alimentos y tienen algunos inventarios, para “comprárselos” a precios de
regulación discrecional, mientras les aseguran que cobrarán tales bienes en el
2016. Desde luego, sin decirles cuándo, ni cómo. A la vez que les aclaran que
eso no es comiso, ni robo. Sólo un hecho “normal” en un acto de “intervención”
administrativa.
Se terminó el chorro
de dinero y el Banco Central de Venezuela
está con la aguja del tanque de combustible recostada de la E. Ni siquiera
tenemos recursos para cubrir el enorme, turbio y elástico Presupuesto Nacional
del 2016, a no ser con dinero inorgánico.
No hay dinero. No hay
suficientes alimentos. En cambio, sí hay hambre; mucha hambre. Lo único que no
escasea, son la angustia y la incertidumbre. La angustia es para quienes
financian, producen y comercializan bienes y servicios en el país, porque no
saben cómo evitar el cierre de sus empresas. La incertidumbre es para los
trabajadores y los consumidores, porque no saben si podrán seguir trabajando o
continuar comprando, aun cuando hagan colas, y también para los proveedores
internacionales que no saben si cobrarán lo que les adeudan los importadores
venezolanos.
El 6 de diciembre -el
próximo domingo- se sabrá, finalmente, de qué estamos constituidos los
venezolanos que nos autocalificamos de demócratas. Diremos con un voto si somos realmente
demócratas, o si, ausentes, expresaremos que no somos más que una simple
variable cómoda y poco seria del autocratismo tradicional que pulula en este
rincón del trópico. ¿Votaremos o iremos a la “playita”?. ¿Seremos observadores
o participantes?.
Lo cierto es que ese
día, al mejor estilo de cualquier boxeador criollo, entre tantos que se han
llenado de gloria a nivel mundial, se montarán en el ring los dos contrincantes
que se disputarán el derecho a legislar en Venezuela a partir del 2016.
Los contendores en
esta importantísima pelea serán el CONTINUISMO y la ESPERANZA. Mejor dicho, los
mismos rivales venezolanos de larga data, aunque siempre distinguidos por sus
muy distintos estilos de pelea. Se trata de contrincantes que, de entrada, se
lanzan amenazas y acusaciones relacionadas con el uso de prácticas no permitidas, de acuerdo a las reglas de combate impuestas
por las máximas reglas que fija la
autoridad comicial, es decir, "LA CONSTITUCION", a la vez que
ambos se proclaman vencedores.
A sólo 8 días de la
confrontación, el tablero de las apuestas le da una ventaja sustancial a la
ESPERANZA. Sin embargo, el CONTINUISMO amenaza con pelear y ganar como sea,
mientras hace alardes de disponer de serios refuerzos que les aseguran el
triunfo. La ESPERANZA, mientras tanto, también alega estar lista para la
victoria, sin citar refuerzos ni aliados para la ocasión. Se remite a lo que
expresa el público espectador y participante; tanto al de las gradas del
interior, como al público del exterior que lo apoyan y aplauden con entusiasmo,
a la vez que la declaran favorita.
Del público
espectador y participante, le gritan a la ESPERANZA que tenga mucho cuidado,
porque el referee está vendido y que, junto con el CONTINUISMO, ha organizado
muchas mañas para derrotarlo. De igual forma, le alertan que el rival ha dicho
que está preparado para vencer, porque, además, cuenta con la solidaridad de
veedores en las cuatro esquinas, para cantar intento de pelea sucia, cuando la
ESPERANZA dé demostraciones de fuerza, resistencia y seguridad de triunfo.
Los especialistas o expertos en este tipo de confrontaciones opinan que si gana el CONTINUISMO, sería su última pelea, porque no cuenta con reemplazo y los integrantes de su cuadra ya están cansados, además de que han diseñado sus propios centros de entrenamiento, por si acaso se abriera la posibilidad de subir al ring en un momento no muy lejano, y alejados de quien se ocupa de organizar futuras confrontaciones.
Inclusive, entre
ellos, abundan las diferencias y muchos tienden a ser cuidadosos de no pedir
ser incorporados a ningún cartel, cuando consideran que lo inteligente es,
antes que una pelea, no correr riesgos y evitar la posibilidad de perder la
fortuna que han ganado durante los 17 años como sparring, cargadores de
guantes, masajistas o auxiliares de esquina. Más vale eso, antes que retornar a
precarios orígenes.
Por otra parte,
¿quién duda que, aún perdiendo el 6 de diciembre, la ESPERANZA no pudiera
presentarse a corto plazo seguramente más fuerte, mejor entrenada, con más
respaldo, por lo que sólo habría un escaso margen -por no decir mínimo- para un próximo combate en el que, sin duda alguna, el CONTINUISMO
estaría condenado a desaparecer definitivamente?.
Hace pocos días se realizó un combate similar en el ring argentino. Y allí el vencedor inobjetable fue la ESPERANZA, en una revancha posterior a la primera confrontación que fue calificada de empate técnico. En esta nueva disputa, al principio de la contienda y hasta más allá de la mitad de la pelea, la ESPERANZA se había venido imponiendo con mucha ventaja. En el último cuarto de final, inexplicablemente, remontó el CONTINUISMO y casi empata. Pero, finalmente, ganó la ESPERANZA por escasa ventaja, aun cuando los entendidos no le encuentran explicación técnica.
Pero como quiera que
allí las reglas de la CONSTITUCIÓN se respetaron y el referee también era
observado por instituciones públicas no comprometidas con nada distinto a esa
misma CONSTITUCIÓN, el ganador terminó siendo ganador. Eso, realmente, se
tradujo en que no hubo necesidad de mayores explicaciones. Sencillamente, el
CONTINUISMO reconoció el triunfo de la ESPERANZA elegantemente, más allá de que
el mánager femenino, como era de esperar,
calificara la ventaja de pírrica.
Por supuesto, el
resultado de la ESPERANZA en el ring argentino le ha dado un ánimo adicional a
la ESPERANZA venezolana. Considera que es ganadora, además, porque su técnica y
comportamiento ya fueron probados en esa parte del Sur del Continente.
Por otra parte, ante dicho caso, los expertos y los técnicos internacionales consideran que “el plus” lo aporta el renacimiento de una nueva corriente de los equipos de la ESPERANZA en esta parte del mundo, y que ella barrerá con todos los equipos del CONTINUISMO, como con la equivocada vocación hegemónica de ciertos grupos en varios países de América Latina.
¿Por qué habría que
dudar que Venezuela, con trayectoria Democrática y reconocida por su apego
histórico a la libertad, sí será el segundo lugar de la región en donde esta
nueva corriente de la ESPERANZA comenzará a vestirse de triunfadora
progresiva?.
Desde luego, es asunto de saber entender lo que realmente significa llegar al sitio a donde siempre se quiso llegar, y ante lo cual no puede haber dudas ni titubeos. Lo que se necesita, es decisión, coraje y valentía.
Egildo Lujan Navas
egildolujan@gmail.com
@egildolujan
Miranda – Venezuela
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