El viernes 27 de noviembre pasado
en la explanada de Les Invalides, un complejo arquitectónico creado por Luis
XIV a comienzos de 1670 para dar albergue a los sin hogar de las guerras, que
desde 1840 guarda los restos mortales de Napoleón Bonaparte, de su hijo
Napoleón II, de su hermano José I de España y de mariscales como Ferdinand Foch
y Philippe Leclerc de Hautecloque, François Hollande, arropado por un millar de
políticos, diplomáticos y familiares, lesionados y supervivientes de los 130
asesinados y 350 heridos en los atentados del 13 de noviembre, presidió una
liturgia donde prometió solemnemente aniquilar el Estado Islámico. No habló de
derrotar a los terroristas, ni de arrinconarlos, sino de aniquilarlos, de
exterminarlos.
"Francia mantiene intactos,
pese al drama, sus principios de esperanza y tolerancia. Si la cólera se
apodera de nosotros, la pondremos al servicio de la tranquila determinación de
defender la libertad". "Les prometo que Francia hará todo lo posible
por combatir al fanático ejército que ha cometido estos crímenes. Francia
actuará sin tregua para proteger a sus hijos". "Si ellos rinden culto
a la muerte, nosotros tenemos el amor por la vida". "Francia hará de
todo contra el terrorismo, sin piedad, para proteger a nuestros hijos".
La música dominó la
Mise-en-scène. La armonía, que para los terroristas islámicos es insoportable,
ocupó el ámbito de intenso silencio cuando el Coro de la Guardia Republicana interpretó tres veces La
Marsellesa:
¡Amor sagrado de la Patria,
/nuestros brazos sostén justicieros!/ ¡Libertad, libertad amada, /combate con
tus valedores! //¡Que la victoria acuda, /a tus voces viriles, bajo nuestras
banderas!/ ¡Que tus enemigos, al expirar vean,/tu triunfo y nuestra gloria!//¡A
las armas, ciudadanos!/¡Formad vuestros batallones!/¡Marchemos, marchemos!/¡Que
una sangre impura/remoje nuestros surcos!/
Mientras en una inmensa pantalla
entre el coro y las victimas, Camelia Jordana, Yael Naim y Nolwenn Leory
recitaban la letra de Quand on a que l'amour de Jacques Brel:
Cuando sólo hay amor/para ofrecer
en compañía/el día del gran viaje/que es nuestro grande amor/cuando sólo hay
amor,/mi amor tuyo y mío/para que estallen de gozo,/cada hora y cada día./
Hollande recordó que las víctimas
eran de todas las edades, de todas las profesiones procedentes de 17 países y
más de la mitad no habían cumplido los 35 años. La ceremonia terminó con
"Va pensiero", del coro de esclavos de "Nabucco" de
Giuseppe Verdi.
Y mientras esto sucedía, en
Colombia, en los últimos días de este mes de noviembre, Juan Manuel Santos se
empecina en conferir más y más beneficios a la banda terrorista, uno de los
carteles de droga más grandes del mundo. Olvida el malhadado ministro de
defensa de Alvaro Uribe que las FARC han cometido tantos crímenes atroces que
no hay razón alguna para librarles de pagar con cárcel, mejor que con la vida,
sus salvajadas.
Recordemos brevemente algunos de
los crímenes cometidos por la banda desde los años noventa: el ataque a la base
militar de Las Delicias en la Amazonia donde asesinaron 27 militares y
secuestraron 60; el asalto a la base militar de Patascoy donde asesinaron 10
militares y 18 fueron secuestrados; el ataque a El Billar en Caquetá donde
asesinaron 65 militares y 43 fueron secuestrados; el asalto a Miraflores en
Guaviare donde mataron 40 policías y militares y secuestraron 56; la toma de
Mitú con 16 policías y militares asesinados y 61 secuestrados; el secuestro de
tres indigenistas norteamericanos asesinados en la frontera con Venezuela; el
rapto del congresistas Oscar Tulio Lizcano; del canciller Fernando Araujo en
Cartagena; del gobernador del Meta Alan Jara; del senador Luis Eladio Perez en
Nariño; el asalto al edificio de Neiva donde retuvieron los dos hijos del
senador Jaime Lozada, a su esposa y doce vecinos; el secuestro del congresistas
Orlando Beltran en Huila; de la congresistas Consuelo Gonzales en el mismo
departamento; el asesinato de la ministra de cultura Consuelo Araujo; la
incautación del avión donde viajaba el senador Jorge Eduardo Gechem; el
secuestro de Ingrid Betancur y Clara Rojas; el fusilamiento de tres campesinos
en la plaza de Venecia en Cundinamarca con la destrucción de la estación de
policía; el secuestro y asesinato del gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria
y su asesor de paz Gilberto Echeverri junto a ocho militares más; el asalto a
la Asamblea Departamental del Valle donde secuestran y luego asesinan a doce de
sus diputados; el secuestro de los norteamericanos Keith Stansell, Marc
Gonsalves y Thomas Howes tras la caída de la avioneta en la que viajaban en las
selvas del Caquetá; la masacre de Bojayá con 119 personas asesinadas; el ataque
a El Cartucho con 14 personas asesinadas y 25 heridas; el ataque al barrio
Villa Magdalena en Neiva con 15 personas asesinadas; el secuestro del poeta
Rogerio Tenorio de 83 años preso en una jaula de hierro durante cinco meses a
tres metros bajo tierra en las goteras de Buga por orden de Pablo Catatumbo; la
bomba a El Nogal con 35 asesinados y más de 200 personas heridas; la masacre de
La Gabarra con 34 personas asesinadas; el asesinato de 5 concejales de Puerto
Rico en Meta; el ataque contra un comando de la policía en Cali, con un muerto
y 42 heridos; la masacre que 17 indígenas Awá en Nariño; el informe de
Fondelibertad según el cual a la fecha [2012] las Farc tenían retenidos 405
civiles, de los cuales 104 habían muerto prisioneros porque “primero piden
entre dos a cien millones de pesos para liberarlos pero luego los matan y
siguen pidiendo entre 30 y 40 millones por entregar los cadáveres”; el
secuestro y tortura de los patrulleros Víctor González y Cristian Yate en
Pradera o el general Rubén Alzate Mora, comandante de la Fuerza de Tarea
Conjunta Titán del Ejército y su posterior humillación al destituirle con
renuncia voluntaria en presencia de Pastor Alape, y los once militares
asesinados, mas veinte heridos, en la vereda La Esperanza, de Buenos Aires, en
el norte caucano, etc.
Todas estas infamias y crímenes
atroces ha ignorado Juan Manuel Santos al proteger por más de tres años, a
cuerpo de rey, a no menos de un centenar de fratricidas vegetando en el barrio
más caro de La Habana mientras toman el pelo a los colombianos. Un invento
salido de la cabeza derelicta de su hermano Enrique, empeñado en pasar a la
historia como el esquirol de clase que logró vengarse de sus parientes
entregando Colombia a las FARC.
Que a eso aspiran lo confirman
los hechos y demandas de los últimos días.
El 23 de setiembre JMS hizo creer
al mundo que había llegado a un acuerdo para sellar el fin del conflicto con
los narco terroristas, pero al día siguiente los facinerosos le desmintieron.
“El Jefe del Secretariado de las Farc y yo hemos acordado que a más tardar en 6
meses deben concluir las negociaciones. Es decir, que a más tardar el 23 de
marzo de 2016 debe estar firmado el Acuerdo Final”. Era un boletín de prensa
donde anunciaban que discutían, con la ayuda de unos abogados de ambas partes,
como solucionar el problema de que los asesinos no paguen cárcel ni un solo
día. Ni cárcel ni entrega de dineros, ni de armas, ni nada. Timochenko llegó a
afirmar que Enrique Santos se había comprometido a que luego de la firma podían
quedarse en La Habana y pasear para siempre en El Vedado y nada les iba a pasar
porque Juan Manuel garantizaba que nadie los pondría presos. Pero una cosa
piensa Enrique y otra el gobierno americano que sigue sosteniendo que,
contrario a Venezuela, en los Estados Unidos si hay división de poderes, y el
ejecutivo no puede interferir el poder judicial. Santos fue entonces hasta
Naciones Unidas y ofreció cinco mil soldados para sus futuras guerras a cambio
que el Consejo de Seguridad vigile el cumplimiento de los acuerdos, recibiendo
como respuesta que para ello deben también las FARC pedir el favor, porque para
bailar se necesitan dos. Es decir que, entre Santos y las FARC, van a
“entregar” a Colombia a las Naciones Unidas. Pero las FARC no confían en Santos
ni están interesados en firmar nada.
A renglón seguido, Santos aceita
su maquinaria política derrochando mermelada y obtiene poderes extraordinarios
para cambiar la constitución a punta de decretos leyes por seis meses y hace
expedir un plebiscito rebajando el umbral de la votación y preguntando si
queremos o no la paz, cosa que todos queremos, pero sometiendo a la justicia
los patibularios más feroces de nuestra historia.
Entonces Timochenko volvió a
sacar el conejo de su manga: el acuerdo firmado [“Jurisdicción especial para la
paz: Principios básicos del componente de justicia del Sistema Integral de
Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR)”] tiene 75 puntos atados
a una garantía de total impunidad para sus crímenes y la capacidad para juzgar
y aniquilar a sus contradictores y enemigos. En plata blanca, meter a la cárcel
y aniquilar a todo aquel que se oponga en su camino hacia el poder total. De
ahí la necesidad de una Constituyente que funde un nuevo estado social y
político, que les permita arroparse en 80 lugares a todo lo largo y ancho de la
patria con sus armas en las manos hasta que el gobierno títere termine de
implementar los acuerdos; mientras ellos son elegidos y llevan a cabo la
destrucción del ejército, la policía y por supuesto “los paramilitares”, el nuevo
coco y nombre para sus objetantes.
Todo ya ha comenzado. En los
medios de comunicación cuando no funciona la censura previa, trabaja la
mermelada, el ninguneo y el veto mondo y lirondo. Santos, como su maestro López
Michelsen, otro renegado de clase que pretendió dislocar el estado burgués
fomentando el narcotráfico, ha convencido a la camarilla canalla, mediante los
dictados de Enrique su hermano, que van hacerse ricos con el Ministerio para el
postconflicto, porque “la familia” va a prestar y recaudar millonadas de
dólares que se repartirán en toda clase de contratos y prebendas. Los
intelectuales ya están a su servicio. Mariana Garces Cordoba los ha hecho ricos
con las fabulosas compras de sus productos para sus miles de bibliotecas
fantasmales. Como dijo García Marquez en sus memorias, un escritor se hace
millonario siempre y cuando trabaje para el gobierno. El congreso no se diga.
El ejército, comiendo en total silencio. Sola ha quedado una franja lunática, a
la cual pertenezco, que sabe que amanecerá y veremos. Si hay plata para tanta
estulticia.
En Francia, como se sabe, la
libertad fue alcanzada a golpe de guillotina. Premiar con la muerte a los
verdugos de tantos compatriotas deshonraría el patíbulo. Sólo la cárcel,
efectiva por no menos de cuarenta años para cada uno de los asesinos, nos
garantizaría una luz hacia la paz. La legalización de la droga la garantizaría
para siempre. Así le firmen Ivan Marquez y sus secuaces un papel a Juan Manuel
y Enrique Santos, y ellos se queden en La Habana esperando los pedidos de
extradición de los Estados Unidos a la tiranía de los Castro, los miles de
traficantes de la banda seguirán en las mismas. No hay razón para abandonar el
mejor negocio del mundo.
Harold Alvarado Tenorio
asdfghjkl.123456@arquitrave.com
@arquitrave
Colombia
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