Podemos
reconocer que la visita de Obama a la Argentina representa asimismo un cambio
trascendente en la política exterior argentina, que significa restaurar las
relaciones con Estados Unidos. Recordemos las palabras de Alberdi y Sarmiento
al respecto. Así dijo Alberdi: “Mi convicción es que sin la Inglaterra y los
Estados Unidos la libertad desaparecería en este siglo”. Y dice Sarmiento:
“Solo la Inglaterra y los Estados Unidos tienen instituciones fundamentales que
ofrecer al mundo futuro”. Más aun en sus “Comentarios de la Constitución”
escribió: “Lo que nos hemos propuesto en los comentarios a la Constitución de
la Confederación Argentina que principiamos es aplicar al texto de sus
cláusulas las doctrinas de los estadistas y jurisconsultos norte-americanos, y
las decisiones de sus tribunales”.
Lamentablemente, con respecto al significado favorable de la visita del
presidente americano hay un punto con el cual no puedo coincidir, que es la
visión de Obama respecto a la dictadura militar argentina y a la vez su
manifiesta amistad con Raúl Castro. Respecto al primer caso no pretendo ignorar
los errores y excesos cometidos por el gobierno militar en su lucha contra la
guerrilla, pero ello en modo alguno justifica ignorar los crímenes de los
Montoneros y el ERP, y la amenaza que constituían de hacer de Argentina una
nueva Cuba en el continente.
Al
respecto Obama aparece pidiendo perdón por la política americana respecto a la
dictadura militar y por el contrario valora el cambio de política seguida por
Jimmy Carter al respecto. Diría que fue tomando en consideración esa actitud
que Jeane Kircpatrick escribió “Dictaduras y Dobles Standards”, donde percibe
la contradicción de la política americana y refiriéndose a Carter dice: “En
1979 los Estados Unidos sufrieron dos golpes importantes -en Irán y en
Nicaragua- de estratégico significado. En cada país la administración de Carter
no sólo falló en prevenir el indeseado resultado, sino que colaborara
activamente con en el reemplazo de moderados autócratas amigos de los intereses
de Estados Unidos por menos amigos autócratas de postura extremista”. Me
permito añadir que antes ya Kennedy había entregado a Cuba a la órbita
soviética y por supuesto se ignora que de no haber sido por Pinochet Chile
habría sido la segunda Cuba de la mano del presidente Allende. Fue a partir de
ese cambio que Chile se convirtió en un ejemplo para Latinoamérica.
No puedo
menos que considerar una contradicción política el planear un viaje a Cuba, la
presente cuna de la dictadura y seguir a la Argentina donde como antes dijimos
se ha dado un vuelco fundamental hacia la libertad. Pero no faltaba más para
demostrar la pobreza ideológica de Barack Obama que su reciente declaración
respecto a que no hay diferencia entre el comunismo y el capitalismo. Ya
debiéramos saber que el mal llamado por Marx capitalismo fue el sistema al que
le debemos la libertad y la creación de riqueza por primera vez en la historia.
Al comunismo le debemos el totalitarismo, la falta de libertad y la pobreza de
la que Cuba sigue siendo el mejor ejemplo en el continente, por más que Obama pretenda
ignorarlo en su acuerdo con Raúl Castro. En un reciente artículo Thomas Sowell
se refirió a Obama y dijo: “Él es ciertamente un enemigo del mercado libre y
quiere que los políticos y los burócratas tomen las decisiones fundamentales
acerca de la economía”.
Si duda
había del fracaso del pretendido acuerdo de Obama con Raúl Castro ahí tenemos
las recientes declaraciones de Fidel Castro al respecto y dijo: “No necesitamos
nada que el imperio nos regale, nada. Nadie tenga la ilusión de que el pueblo
de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos y a la
riqueza espiritual que ha ganado”. En estas palabras está la muestra de la
falacia en que vive este criminal, que sometió a los cubanos a la pobreza, en
un país que a su llegada al poder tenía el nivel de vida más alto de América
Latina. No me cabe la menor duda de que Raúl Castro es el presidente de Cuba
pero el que continúa mandando es Fidel. Por ello considero una vez más que este
acuerdo de Cuba con Estados Unidos difícilmente puede resultar en un
mejoramiento del nivel de vida de los cubanos, que surja la libertad y que Cuba
no continúe siendo el país de más emigrantes en el continente.
Solo hay
un factor positivo que rescato de la presencia de Obama en la Argentina. El encuentro
con Macri puso de manifiesto el cambio en las relaciones con Estados Unidos y
el mundo. Ello implica un mejoramiento indiscutible de la visión del mundo de
la Argentina. Por tanto contribuirá igualmente a un mejoramiento en las
relaciones comerciales y por supuesto una Argentina abierta al mercado de
capitales internacional. Esperemos las inversiones y recuperemos el status que
caracterizó a la Argentina a principios
del siglo XX.
Armando Ribas
aribas@fibertel.com.ar
@aribas3
Argentina
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