El
vicepresidente nacional de AD, Antonio Ecarri Bolívar explica el alcance que
tendrá el Plan de país que la oposición democrática está redactando para, entre
muchos aspectos, promover un marco jurídico que genere confianza y estimule la
producción.
El
pasado 19 de diciembre fue presentado, por la alternativa democrática, la
materialización de un reclamo nacional e internacional que hacía mucha falta:
la presentación de un primer “Plan para el país” o, más bien, para la nación
que soñamos los demócratas de Venezuela, hoy esparcidos involuntariamente por
todo el mundo. Este evento fue celebrado, a casa llena, en el Teatro Chacao. Es
una especie de “Plan de Barranquilla,” aggiornado, de cara al siglo XXI que aún
no comienza, porque su propósito fundamental es reconstruir Venezuela al salir
de esta distopía, tal como lo soñaron los padres de la democracia poco antes de
la muerte del dictador Juan Vicente Gómez.
Inició
el acto Gerardo Blyde, con un discurso brillante y unitario, en representación
del Frente Amplio Venezuela Libre en el cual dejó claro que este es un primer papel
de trabajo, para luego seguir amalgamando al resto de la alternativa
democrática. Leyó los principales acuerdos Marianella Herrera (del CENDES), los
que fueron comentados por dos mujeres jóvenes y talentosas, con sensibilidad
social, como Manuela Bolívar y Lustai Franco.
Tuvieron
una brillante participación los destacados economistas José Guerra, Alejandro
Grisanti y Juan Andrés Mejías, con la estupenda moderación de la presidenta de
Consecomercio María Carolina Uzcátegui; en el área Energética intervinieron Yon
Goicochea con su prestancia conocida y José Toro Hardy, con la elocuencia y
conocimientos en la materia, que nadie duda. Mientras Stalin González, uno de
los líderes fundamentales del partido Un Nuevo Tiempo, anunció todo el tema
legislativo que está por venir. Ah, y para cerrar con broche de oro, la bella
líder de la juventud Sairam Rivas leyó el “Credo de la Democracia” que va a
renacer en Venezuela.
En
ese acto, antes de la intervención de Stalin, hice algunas consideraciones
sobre los acuerdos que, en apretada síntesis, les quiero referir a mis
lectores. Allí dije: (…) “es vital, para lograr un proceso de cambio hacia una
Venezuela libre, celebrar acuerdos en materia de políticas tendentes a
empoderar a los ciudadanos; pero es necesario adecuar nuestra legislación para
alcanzar esos objetivos.
Desde
la Asamblea Nacional, a pesar del saboteo continuado del régimen a la labor
legislativa, se ha logrado ir desmontando toda una legislación paralela,
inconstitucional, promovida desde el Ejecutivo Nacional y la ilegítima Asamblea
Nacional Constituyente; sin embargo, estamos conscientes de que esa labor
nuestra, aunque desconocida por el gobierno, formará parte del Derecho Positivo
venezolano cuando salgamos de este gobierno.
Se
está promoviendo un marco jurídico que genere confianza y estimule la
producción, a la par que proteja efectivamente los derechos de los
trabajadores, su capacitación y la libertad sindical que han sido vulnerados
por este régimen que ha acabado con la contratación colectiva y la
progresividad de los derechos de los trabajadores. También vamos a reformar la
“Ley de Consejos Comunales” para poner esos entes al servicio de las
comunidades y no de ninguna parcialidad política para chantajear a nuestro
pueblo.
Pensando
en la dolorosa diáspora de compatriotas que han tenido que irse de su patria a
aventurar a otras tierras, la fracción de la unidad democrática ha presentado a
la Asamblea Nacional el “Proyecto de Ley de migración del retorno” a través del
diputado William Dávila. Es una Ley de transición que va a favorecer a nuestros
compatriotas para regular y promover el retorno de todos ellos, sobre todo para
que sepan nuestros muchachos y contemporáneos que el día de mañana, cuando
vivamos en democracia, no se sientan desarraigados y garantizarles, entonces,
la reinserción a su patria con toda dignidad.
Son
muchas las leyes que habrá que derogar y otras promulgar. No planteamos aún una
nueva Constitución, porque la vigente se hizo de todos los venezolanos cuando
el presidente Hugo Chávez la quiso reformar para hacerla involucionar y el
pueblo se opuso a ello, provocando la primera gran derrota del régimen en una
consulta electoral.
Ya
llegará el día de tener un gobierno que respete el Estado de Derecho y será,
entonces, cuando podamos emular al gran constitucionalista que fue Andrés Eloy
Blanco quien dijo, al promulgar la primera Constitución democrática de
Venezuela, en 1947, palabras muy actuales, como las siguientes:
“La
democracia está de pie en la encrucijada de las más trágicas codicias. Por eso,
como las hermosas mujeres, tiene sus dientes y sus uñas para los sátiros de la
voluntad de dominio. Pero ella sola no lo es todo. Cuando una Asamblea hace una
Constitución, hace el espejo de un pueblo. Cuando se hace el espejo de un
pueblo, tiene que haber un buen pueblo para mirarse en él. Cuando se hace una
Constitución, se hace un código de moral, pero no se hace una moral; cuando se
hace una Constitución se hace una norma de conducta; cuando se hace una
Constitución, se hace una ley de buen gobierno, pero no se hace un buen
gobierno. Es el uso de ella, es el empleo de las facultades que ella confiere,
es el timón bien llevado, es la proa siempre puesta a la justicia, lo que de
ella va a infundir la grave responsabilidad en la conducta de los gobernantes.
Ella es la Constitución”.
Vamos
a salir de esta pesadilla para no tener que repetir la triste admonición del
mismo Andrés Eloy, ahora como poeta del pueblo, cuando decía que nuestra patria
estaba “más poblada en la gloria que en la tierra, la que algo tiene y nadie
sabe dónde, si en la leche, en la sangre o en la placenta, que el hijo vil se
le eterniza adentro y el hijo grande se le muere afuera”.
Finalmente
recordé lo que decía el filósofo español Julián Marías, discípulo del famoso
Maestro José Ortega y Gasset, a la muerte de Franco y el renacer de la libertad
en la Madre Patria: “con la llegada de la democracia se le ha devuelto España a
los españoles”. Parodiándolo, digamos hoy al mundo que este Frente Amplio
Venezuela Libre, cada vez más amplio e inclusivo, muy pronto le va a devolver
Venezuela a los venezolanos”.
Y
vamos a continuar discutiendo, en lo que resta de diciembre y enero, con los demás
sectores democráticos para seguir sumando y pedirles que contribuyan a
enriquecer este plan, porque allí, en esa gran Venezuela libre que está por
llegar, cabemos todos.
aecarrib@gmail.com
@EcarriB
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