Cuando vemos
un hermano de patria comiendo de la basura y solo se nos ocurre tomarle una
foto para poder subirla en redes sociales y hacer de ello una gran noticia, sin
pensar en hacer algo para tratar de cambiar esa situación aunque el responsable
sea un gobierno indolente.
Cuando ves
que el frente de tu casa está lleno de basura y solo esperas que sea ese mismo
gobierno indiferente quien la recoja.
Cuando sales
a votar por quien sabes que no solucionara tu problema porque por el contrario
ellos son el problema, pero se aprovechan de tu hambre y te ofrecen villas y
castillos que no llegan.
Cuando no te
importa jugar con la salud de los niños, ancianos, enfermos terminales, etc,
porque solo te interesa sumar unas cifras más a tu cuenta bancaria vendiendo a
altos costos los medicamentos.
Cuando
llegamos a los hospitales públicos y solo encuentras desesperanza y una inmensa
desolación al ver que en muchos casos hay médicos que sacan de sus carteras
alguna pastillas para aliviarte tu mal, pero, en otros casos solo están
sumergidos en sus redes sociales con la presente excusa “no tenemos nada“,
cuando en muchos casos el solo hecho que el paciente se sienta seguro y que se
está haciendo algo para aliviar su mal le da un poquito de esperanza, en muchos
casos hay que dejar de ser ciencia y colocarse el disfraz de humano. Reconozco
y aplaudo la labor de los médicos y enfermeros venezolanos en su gran mayoría,
que además de su juramento hipocrático están llenos de una sensible calidad
humana que sobre pasa las barreras de un gobierno ineficiente que los limita en
su trabajo diario. Sin embargo, otros están arropados con la misma cobija con
la que se cubre el gobierno, la indolencia e incapacidad y no salen de la zona
de confort de sus redes sociales sin importarles que al frente este muriendo un
ser humano, total sin insumos no podemos hacer nada, sáquelo de aquí es la
frase más utilizada en los hospitales venezolanos. Dando como resultado la
muerte masiva de venezolanos por falta de atención y medicamentos. Esto no es
una película de ficción, tal vez hasta se pueda hacer pero basada en hechos
reales de
los
distintos hospitales de un país petrolero. Una película con personajes reales,
como por ejemplo Egdy Alexander Marin Ulasio, venezolano de 50 años de edad,
muerto después de recorrer varios hospitales de la ciudad de Maracaibo
incluyendo el “grandioso” Hospital Militar, muerte causada por más de cinco
infartos, por el simple hecho de no haber algo tan vital como lo es el oxígeno,
y puedo mencionarlo porque lo viví, pero ¿cuántos venezolanos más murieron ese
mismo día?, víctima de este sistema que si no nos mata la falta de medicamento,
es por hambre, por la inseguridad, por accidentes causados por el mal estado de
las carreteras, por la anarquía o por simplemente vivir bajo el régimen
disfrazados de socialista, donde lo único que reparten es la pobreza, en donde
la única igualdad es ser todos pobres, mientras ellos viven en su capitalismo
salvaje.
Un país que
ahora invitan a “ahorrar” en Petros, que tiene tres satélites en el espacio,
que está lleno de los minerales más envidiados, que posee la segunda reserva de
gas del planeta, (pero que en sus estados no hay gas), el segundo caudal de
agua dulce más grande del planeta, pero el agua no llega por tubería
regularmente, tiene una de las reservas de oro más grande del mundo, pero con
todo esto, tiene la tasa de mortalidad más alta tanto por inseguridad,
desnutrición, indolencia. Y además seamos unos de los países con más pobreza en
el mundo.
Hoy se nos
mueren los venezolanos, se nos mueren nuestros abuelos, nuestras madres,
nuestros hijos pero también se muere nuestra amada Venezuela y tu venezolano:
¿qué harás para evitar que muera nuestra amada Venezuela? Qué hacemos con tanta
capacidad, inteligencia, voluntad, nuestro país está lleno de riquezas, no solo
las naturales también es rico en talentos, los venezolanos somos admirados en
el mundo por nuestra inteligencia, por nuestra educación, si nos tomamos de las
manos como hermanos y unimos nuestras fuerzas no habrá poder humano que pueda
detenernos, venzamos la apatía, la tristezas, la desesperanza y levantémonos
como el ave fénix y reconstruyamos lo que hoy han destruido los que reparten
pobreza, descubramos nuestros corazones y a través del espejo veámonos
reflejado en cada uno de los que hoy seguimos caminando nuestras calles y
recordemos que a pesar de lo que vivimos los buenos somos más. Desde Unidad
Visión Venezuela aquí seguiremos luchando por un mejor país, por el país que
queremos y merecemos, un país sin odio, sin rencor, sin división y sin un
gobierno hambreador que se burla y alimenta de las necesidades de su pueblo.
¡Sigamos adelante que si se puede!
Esther Perozo,
@stherp1
@visionvenezuela
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