Para cualquier venezolano medianamente
informado, así como para todos los que sufrimos a diario los rigores de la
incompetencia; la falta de profesionalismo; las excusas irracionales, y hasta
la mentira cotidiana para intentar justificar el incumplimiento de sus
obligaciones a lo largo de estos 20 años desgraciados, nada puede
sorprendernos.
Los nuevos apagones ocurridos en el
país, son solo el anuncio de lo que llegó para quedarse si no se acometen las
inversiones y correcciones en el sistema eléctrico nacional que en su momento
no se hicieron, a pesar de que se anunciaron y se otorgaron los recursos para
ello, tal como han advertido los expertos del colegio de ingenieros, y otros
especialistas.
Pero no se trata exclusivamente del
sector eléctrico. Se trata del colapso general del país, en vista de que todos
los servicios fueron destruidos por desidia; corrupción; incompetencia, y falta
de profesionalismo.
En ese sentido, estamos sufriendo
los rigores de los apagones recurrentes; de la insuficiencia del suministro de
agua; la destrucción de los sistemas de transporte
(superficial, subterráneo,
marítimo y aéreo); la telefonía fija y celular; los servicios de cable para
televisión; internet. Es decir, en apenas 20 años pasamos de ser uno de los
países más modernos y avanzados de América Latina hasta convertirnos en un país
africanizado de los más pobres.
Hoy somos comparados –por desgracia
del socialismo- con los países más pobres del mundo y de peor desempeño
económico, social, y político.
La primera etapa fue la del payaso y
estafador eterno; quien con su estilo grandilocuente, e hiperbólico celebraba
anticipadamente las ̈obras ̈ que nunca
hizo, y cuyos presupuestos fueron a parar a los bolsillos de su pandilla de
ladrones y aliados.
Enriqueció a sus amigos, familiares
y aliados, sin que al país le quedara absolutamente nada de la orgía
multimillonaria de la que dispuso a su antojo, y sin reglas por el secuestro
que hizo de las instituciones para ponerlas a su servicio.
Luego, con la proximidad de su
muerte le impuso al país al sucesor que sus amos cubanos le ordenaron para
preservar el enriquecimiento de la claque comunista de esa Isla. Desde
entonces, Venezuela está sometida a los designios del peor y más incompetente
régimen de que se tenga memoria en el hemisferio.
Hoy todos somos víctimas de la falta
de servicios básicos, pero también de la represión brutal por atrevernos a
criticar su forma de actuar, y por intentar organizar en los términos de la
Constitución la alternativa para el cambio, generando el renacimiento de la fe
y la esperanza de nuestros compatriotas por un futuro mejor.
La intención del socialismo es
desmoralizarnos para someternos a perpetuidad, y disponer de nuestras vidas y
la de nuestros hijos.
En esta ocasión se equivocaron, pues
si bien es cierto que hasta ahora se aprovecharon de la buena fe de la mayoría
de los venezolanos que cedieron a la manipulación y el chantaje, se acabó.
Nuestra gente, de tanto sufrimiento y engaño, terminó por abrir los ojos para
decirles no más.
Toda la gente de bien, en nuestra
tierra y allende nuestras fronteras, hemos decidido avanzar para recuperar la
democracia y la libertad. Para ello, hemos depositado nuestra confianza en el
liderazgo que encarna el Presidente de la Asamblea Nacional, y Presidente (e)
de la República, Juan Guaidó.
Nos toca ayudar en el cumplimiento
de la agenda diseñada hasta alcanzar elecciones libres y supervisadas. El
camino ha sido duro, pero no desmayamos.
Que nadie se rinda, pues la
esperanza debemos construirla entre todos y garantizar un futuro luminoso para
el país de nuestros hijos. Tenemos todo para lograrlo!
Román Ibarra
@romanibarra
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