Los que nacimos en los años 60, vivimos en un país pleno de oportunidades. Cada 5 años el pueblo eligió un presidente distinto. Se habló incluso de la ley del péndulo, donde se alternaba el poder. El bipartidismo fue la constante y la izquierda no levantó vuelo. Había además sido derrotada cuando intentó la lucha armada contra los gobiernos democráticos. La pacificación se concretó en el primer gobierno de Rafael Caldera. La izquierda sufrió una transformación cuando sus dirigentes se dieron cuenta del fracaso que se estaba operando en Cuba y en la Unión Soviética. Eran regímenes marxistas y dictatoriales, donde se violaban los derechos humanos, el pluralismo, la alternancia y la libertad.
A mediados de los años 80 arrancó en Venezuela una corriente denominada la anti-política que estigmatizó a todo el involucrado. Todo lo que sonara a política o a político estaba mal visto. Los partidos se vieron afectados. El grupo de los llamados “Notables” le echó leña al fuego. De repente llegó el intento de golpe militar chavistas que aunque fracasó, terminó con la salida de C.A.P.. Prácticamente todo el país clamó por la libertad de Chávez. Al salir sin ninguna popularidad, ni conexiones con el poder, empezó a recorrer el país, hasta lograr una importante suma de apoyos, prometiendo lo imposible.
Desde Cuba, Fidel Castro puso todos sus esfuerzos en captar a Chávez, quien sucumbió a la estrategia de la Habana. La isla había perdido el apoyo de la Unión Soviética, que se desintegró al colapsar. Antes de contar con todo el apoyo de Chávez, Cuba tuvo que enfrentar la severa crisis que llamó el “periodo especial”. En medio de la abundancia petrolera, debido a que el barril pasó de los $100 se empezó a imitar al sistema cubano y se botó y regaló mucho petróleo. Se expropiaron miles de empresas y tierras. Al negocio petrolero se le impusieron impuestos, regalías y participaciones que lo hicieron muy poco competitivo.
Las inversiones desaparecieron. Las políticas de corte marxista y la caída de la producción petrolera en más de 3 millones de barriles diarios, ha dejado al otrora país rico, en una situación precaria.
Hay que cambiarlo todo y renacer en medio de las cenizas como el ave fénix. Ante la crisis terminal se impone un gobierno de emergencia y salvación nacional. Hasta cuándo vamos a esperar. Ahora o nunca.
Oscar Arnal
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