Similares actos de barbarie ejecutaron las
fuerzas militares de ocupación cubano castristas, en Etiopía, Siria, Argelia,
Guinea, y todos aquellos países donde la presencia de los ‘internacionalistas’
cubano-castristas ha sido documentada por investigadores independientes. En
América Latina la presencia de esta barbarie siempre se ha solapado con el
fantasma del ‘imperialismo norteamericano y sus lacayos’, propaganda que ha
servido para ocultar la presencia armada de las fuerzas regulares castristas,
en Bolivia, Nicaragua, Dominicana, Panamá, Chile, y en dos oportunidades en Venezuela.
En este último país, la ocupación
cubano-castrista se realizó a partir de un plan que incluyó, tanto a políticos,
empresarios, financistas, académicos, intelectuales, periodistas, como a
militares del propio país. Porque los ciudadanos son quienes tienen menos
responsabilidad en la ocupación que desde hace poco más de 20 años, disfrazados
de enfermeras, masajistas, asesores deportivos, culturales, militares, entre
otros, realizaron para lograr finalmente, ocupar todo un país con la excusa de
realizar actividades de ayuda humanitaria.
Una pequeña muestra de la barbarie
cubano-castrista en Venezuela, es la planificación, construcción y la ejecución
posterior de los centros de tortura, como ese sitio de terror llamado La tumba,
dirigido inicialmente por un oficial venezolano, Miguel Rodríguez Torres, bajo
asesoría de la ‘inteligencia’ cubana. La ‘formación y prácticas de tortura’,
sobre todo psicológicas, son copia fiel de las antiguas usadas en Cuba, a la
vez, heredadas de la URSS y la Alemania nazi (nacional socialista).
La presencia de esta gigantesca fuerza de
ocupación militar cubano-castrista en Venezuela, que en su tiempo Chávez, en un
Aló presidente, indicó en más de treinta mil internacionalistas, ha dado sus
claros y crueles resultados: una población que alcanza poco más de 96% en
situación de pobreza, de ese porcentaje, el 80% se encuentra en pobreza
extrema. La estructura administrativa del Estado, total y absolutamente
desarticulada. La industria pesada nacional, con su empresa emblemática, PDVSA,
destruida, saqueada y sin capacidad tecnológica para competir en el mercado
internacional, igual ocurre con las industrias siderúrgica, hierro, aluminio,
carbón, petroquímica. La estructura financiera nacional, con el signo
monetario, el bolívar, en la más profunda crisis monetaria, poco más de 140 mil
kilómetros cuadros (el Esequibo) de territorio en riesgo de perderse, los
sistemas sociosanitario, educativo, cultural, deportivo, en franco deterioro y
desarticulados.
La ocupación de las fuerzas militares
cubano-castristas, con la anuencia de empresarios, políticos oficialistas y de
oposición, militares, académicos e intelectuales venezolanos, ha significado un
claro, evidente y notorio retroceso en los procesos de modernización de la
sociedad y es un claropeligro para la plena vigencia de la República y el
Estado de Derecho como unidad histórica y cultural.
La realidad no puede ocultarse y se muestra
en la inexistencia de construcciones a lo largo y ancho del país.En poco más de
20 años de presencia efectiva del llamado socialismo del siglo XXI y del
‘internacionalismo’ cubano-castrista, asoman apenas dos edificaciones: el
segundo puente sobre el río Orinoco, en Guayana, y la reconstrucción del
Viaducto en la autopista Caracas-La Guaira. De resto, solo enfermedades que
habían sido erradicadas, vuelven como señales de atraso y penuria de una
presencia cruel y bárbara extrajera, con la anuencia de traidores nacionales:
tuberculosis, malaria, cólera, lepra, difteria, sarampión, sarna, junto con la
desnutrición infantil, es lo que deja la presencia del ‘internacionalismo’
cubano-castrista en Venezuela.
Difícil será levantar una sociedad mal
acostumbrada a la vida parasitaria, a la holgazanería, a realzar la pobreza
material, intelectual, espiritual como forma de vida. Un proceso acentuado de
exaltación de toda forma de violencia, civil y militar, resulta muy cuesta arriba
superar en un territorio dominado por el totalitarismo de militares y civiles,
por hampones y pillos que se disfrazan de humanistas, de progresistas y a su
vez, usan estrategias populistas para crear odio, resentimiento y hundir en la
ignorancia a millones de seres humanos.
En nombre del socialismo, del comunismo, del
populismo, el ejército de ocupación cubano-castrista invadió un país,
Venezuela, y sigue, disfrazado de ‘internacionalismo y hermandad’ diezmando a
toda una sociedad, aniquilando su historia, sus valores, principios y toda
forma de progreso. Es la neo esclavitud en pleno siglo XXI y ante la mirada,
unas veces cómplice, otras veces ingenua, pero siempre hipócrita, de quienes se
dicen defender la democracia y la libertad.
Resistir, insistir y seguir defendiendo lo
más sagrado que nos queda: nuestra historia, nuestra cultura, nuestro idioma,
nuestras creencias y principios, apoyando todo movimientoque impulse la
libertad, todo grupo cultural con iniciativas de producción y difusión del arte
y la literatura. Ahí somos invencibles y eternos.
camilodeasis@hotmail.com
@camilodeasis
Venezuela
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