El Socialismo del Siglo XXI, es el mismo fracaso de
siempre, ahora con nuevo ¨apellido¨ para lavar la cara de sus malos gobiernos.
Bajo su dirección el país no ha hecho otra cosa que
retroceder, pero la oposición tampoco ha sido capaz de convertirse en
alternativa confiable para el ciudadano.
Recurriendo a la historia, vale la pena recordar que
mientras los bandos combatían a muerte en territorio de Vietnam, en París había
una mesa de negociación política para tratar de ponerle fin a la guerra. Ergo,
las negociaciones son siempre útiles y necesarias.
La crónica de la Guerra de Vietnam, 1988; Editorial
Planeta-De Agostini-Barcelona, nos narra las dificultades que había hasta para
escoger que tipo de mesa usar en las reuniones: ¨Vietnam quería mesa cuadrada
al estilo de la conferencia de Ginebra; EEUU quería una mesa redonda donde no
hubiera bandos. Finalmente se pusieron de acuerdo en una mesa ovalada¨.
También fue motivo de disputa la forma de entrar al
salón de reuniones, y qué delegación debía esperar a las demás, indicando que
había perdido. Luego de varios días, ¨se llegó al acuerdo de usar una sala con
cuatro entradas, de tal modo que todas las delegaciones entraran a la vez¨.
Como se ve, negociar es esencial para avanzar.
La oposición venezolana no ha sido capaz de negociar
con el gobierno, ni sacar provecho. Por el contrario, permitieron que el
adversario ganara tiempo, y luego sabotearon la propuesta hecha por el gobierno
de Noruega.
El diseño concebido por la oposición luego de los
dislates golpistas, y abstencionistas de los primeros años de gobierno de
Chávez, devolvía la esperanza a la racionalidad.
El carácter cívico, pacífico; constitucional, y
electoral de ese diseño empezó a dar resultados parcialmente favorables, como
ocurrió con la candidatura presidencial de 2006, el proyecto de reforma
constitucional de 2007, y la participación en los procesos electorales
convocados en 2010; 2012; 2013 hasta alcanzar el triunfo más significativo de
la oposición el 6/D-2015 cuando la oposición obtuvo 2/3 de la representación
parlamentaria.
A pesar de ese triunfo espectacular, algunos
dirigentes con poca inteligencia y ambición extemporánea, cambiaron el rumbo
hacia salidas radicales y de fuerza para tumbar a un gobierno astuto, con
asesoría internacional y el apoyo total de la cúpula de la FAN, un gobierno
sostenido por los cañones de la fuerza militar.
Esos errores y torpezas minaron la confianza de la
gente en esa dirigencia, y por supuesto se generó una respuesta despiadada del
gobierno en materia de persecución, hostigamiento y cárcel para un número
importante de venezolanos, e incluso la muerte de gente inocente que creyó
equivocadamente en esa forma de hacer oposición.
Pero, aparte de los errores señalados, quizás el más
importante de todos ha sido el abandono del esquema electoral, dejando en manos
de los más perversos, el control institucional del Estado.
La oposición decidió abstenerse de participar en las
elecciones de 2018, y 2020, alegando con razón el ventajismo y atropello del
gobierno. No obstante, creemos que había que luchar y convertir la adversidad
en oportunidad para derrotar al gobierno.
La oposición no supo conectar el clamor de la gente,
con la necesidad de la participación electoral, y a cambio prefirieron confiar
en salidas de fuerza e invasiones, que fracasaron o no ocurrieron.
Hoy urge buscar soluciones a la crisis, y presionar
para negociar una salida democrática, evitando sanciones que afectan a la gente
que sufre la carencia de servicios.
Actuar sin complejos, y negociar la participación
electoral en todos los procesos. Es la única manera de acumular fuerzas hasta
derrotarlos definitivamente.
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela
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