En Venezuela hay pugna entre Juan Guaidó, proclamado
presidente de Venezuela por la Asamblea Nacional, y Nicolás Maduro, electo
presidente en 2018 en elecciones cuestionadas, que dirige seis años de un
régimen represivo, abusivo y corrupto. Los izquierdismos venezolano y no
venezolano piden que se deje a los venezolanos esgrimir diferencias. Pero la
situación ha traspasado las fronteras del país que posee las mayores reservas
de petróleo del planeta, y más de 3 millones de venezolanos de ambos sexos,
niños, jóvenes y mayores, se han visto obligados a migrar a países vecinos y a
otros en condiciones muy precarias huyendo del hambre, represión, falta de
libertad política, de medicamentos y de enceres desde que entró en escena la
distopía de Hugo Chávez. Encima hay rumores de secuestro de adolescentes
disidentes para ponerlos dizque en primera fila en caso de guerra.
La injerencia extranjera ha sido y es obvia, ni hablar
de la cubana y ahora políticamente de otras. México, Uruguay, el Vaticano y
China piden que se negocie cuando es obvio que no hay nada que negociar. En
Venezuela hoy no caben ni pueden convivir el izquierdismo desbocado de Maduro y
el afán de democratizar el país de la gente de Guaidó. Por lo tanto, las
democracias del mundo tienen razón de exigir un cambio basado en la idea de que
cuando un “líder” de país practica pillaje durante su mandato, restringe
libertades y contraviene las leyes… es asunto que atañe a todos los países.
Venezuela tiene una pujante minería del oro y guarda
miles de millones de dólares en barras de oro en reservas en el Banco Central.
Pero ¿cuánto hay? El Observatorio de Complejidad Económica del Inst. Tec. de
Mass., EEUU, opina que mientras Venezuela exporta mayormente crudo, el petróleo
refinado y el oro generan divisas, pero la minería del oro y las reservas han
disminuido porque Maduro ha vendido oro para comprar alimentos y medicinas.
El World Gold Council dice, citado por Bloomber News,
que las reservas de oro de Venezuela, “según su Banco Central,” han bajado de
76% a 69%, u $8,4 mil millones, desde que Maduro tomó el poder en abril de
2013. No se sabe dónde ha ido a parar el oro. Se sabe que la producción de oro
ha ido disminuyendo desde 2011 cuando el país producía 25,5 toneladas anuales.
En 2017 acaso haya producido 23 toneladas extraídas mayormente del Arco Minero
del Orinoco, una zona selvática de 112.654 km cuadrados que va de Colombia a la
Guyana.
Un nuevo gobierno habrá de reducir la inflación, pero
el país necesitará dinero del exterior, también del FMI. Habrá que eliminar el
control de precios y otros distorsionantes a fin de instaurar nuevos medios de
ayuda social. Deberá reorganizar su industria petrolera. Su deuda extrajera
deberá ser reprogramada incluyendo las deudas con Rusia y China que hasta hoy
se han pagado con petróleo. A mismo tiempo el gobierno de Guaidó tiene que
celebrar elecciones y procurar la unión de las fracciones opositoras pero
antes, tiene que deshacerse de Maduro. No queda otra.
Jorge V.
Ordenes L.
@JvordenesV
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