El 2 de Febrero fue un dia más de movilización
ciudadana y de protestas masivas tanto en
Caracas, la capital, como en otras ciudades del interior de
Venezuela. Las imágenes recogidas en fotos y en videos son impresionantes y
hablan por si mismas de la magnitud de dichas protestas, asi como de la contundente
demostración de rechazo al régimen de Maduro.
Algo que se repitió a menor escala, aunque de manera tambien significativa, en otras
partes del mundo, en donde el éxodo
venezolano, consecuencia principalmente de la situación actual del país
caribeño, encontró destino.
Sin embargo, en esta ocasión, contaron más
abiertamente con un elemento que ya se está haciendo costumbre en este tipo de
eventos politicos colectivos donde el clamor popular surge espontaneamente,
entre consignas y cánticos. Ya no se escucha solamente, el habitual !Maduro
vete ya!, sino que ahora se acompaña del !Guaidó es nuestro Presidente! de
manera recurrente, casi como un estribillo. Si habia algún vacio de poder o de
presidente, es obvio que el fenómeno Guaidó lo ha llenado; y es que mas que una
oquedad en la Ley o en la Constitución, lo que habia era una falta terrible de
liderazgo en la oposición venezolana, que ahora se está satisfaciendo.
Una de esas ciudades no venezolanas donde se realizó
dicha manifestación de apoyo a Guaidó y de repudio a Maduro fue Houston. Allí
tuve la oportunidad de asistir y de comprobar como el afán por reconquistar la
democracia en Venezuela no es simplemente un objetivo sino tambien un anhelo; regresar algún dia a
la vida dejada atrás, a la famila que no está, a la recuperación de los
recuerdos olvidados. Me sirvió, así mismo, para ver algunas caras conocidas que
no veía desde hace años o para
encontrarme con personas que ya casi había olvidado, pero que afortunadamente
tenían una memoria mejor que la mía.
Eché de menos a otras que pensé pudieran estar allí y a las que me hubiera
gustado estrecharles la mano una vez más.
Fueron momentos emotivos; mucha gente joven, risas,
música, canciones y una alegría contagiante, esa tan tipicamente venezolana,
tanto como el fervor y el entusiasmo que despierta Guaidó dentro y fuera de Venezuela. Y por
supuesto, no podían faltar las usuales pancartas y consignas contra Maduro y la
situación de crisis extrema que vive Venezuela, pues no se puede olvidar que
parte de los asistentes aún tienen allí a sus padres, hermanos o algún otro
pariente o ser querido.
No obstante la naturaleza del evento, me llamó la
atención el food truck situado al pasar
la entrada del sitio donde se realizaba, un amplio espacio que servía de
estacionamiento a un pequeño centro comercial en el cual destacaban algunos
restaurantes. Precisamente allí, frente a ellos, aireaba su oferta gastronómica
de comida rápida, conformada por varias especialidades venezolanas entre los
cuales destacaban los tequeños y la hamburguesa triple con queso venezolano y
toppings de cualquier clase. La cola que se formaba para adquirirlos, era
quizás la mejor muestra de su calidad y aceptación.
El tiempo se fue rápido y llegó el momento de la
despedida. En el trayecto de regreso, ya de camino hacia el lugar donde estaba
aparcado el automóvil de quienes me habían invitado a aquel acto político de protesta popular, alcancé a escuchar una
melodía típica venezolana, que venia de por alli cerca. En la medida que
avanzamos se hizo mas nítida y notamos que provenía de una pizzeria por la que
estábamos pasando justo al lado, la cual se encontraría a unos cien metros, mas
o menos, de la manifestación. Escuchar una “gaita zuliana” en aquellos parajes
a todo pulmón la verdad que era inusual, por no decir otra cosa. Alguien
comentó inmediatamente, que la pizzeria debía ser de unos venezolanos y que,
simplemente, sus propietarios buscaban aumentar sus ventas ese día,
aprovechando que la mayor parte de los asistentes a la reunión debían pasar por allí cerca.
Eran ya casi las cinco de la tarde y el clima estaba
empezando a cambiar, así que apuramos el
paso hacia el vehículo una vez que lo vimos. No pude evitar que algunos
pensamientos también se apurasen dentro
de mi. De repente, me vino a la cabeza Maduro, Venezuela y con ellos,
los Castro y Cuba, Putin y Rusia, Xi Jinping
y China, Erdogan y Turquía,
Salman bin Abdelaziz y Arabia Saudita, y por supuesto, también Trump y
los Estados Unidos de Norteamérica. La política resulta fascinante, es algo muy
importante; pero al final business is business.
José Luís Méndez La Fuente
@xlmlf
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