Ya el inicio de la ruta populista nos es conocida y su finalidad también. La base del guion. es “ser rico es malo” y el todo para quienes practican el populismo es hacerse ricos ellos.
No voy a mencionar a los populistas de este siglo, y de los pasados, pues tengo la seguridad de que todo el mundo sabe quiénes son y más o menos a cuánto asciende su exorbitante riqueza personal. de la cual disfrutan ellos y sus allegados.
Los populistas como flautistas de Hamelín entonan la melodía de la demagogia, de pan y circo, ofreciendo villas y castillos a los desposeídos para luego hacerlos sus esclavos y dependientes de mendrugos, que les entregan con criterios de escasez, para solventar medianamente sus necesidades básicas y de seguridad conculcando la libertad, la igualdad ante la ley, la fraternidad y el bienestar, igualando a las poblaciones. en la base de la pirámide social y manteniéndose ellos en la cúspide del disfrute de todas las prebendas que les proporciona el poder, constituyendo oligarquías depredadoras de la riqueza que pertenece a la colectividad ante un país quebrado.
Mientras más necesidades insatisfechas tengan los pobladores los controlaran mejor teniéndolos como prisioneros de una esperanza de satisfactores que nunca llegan. pues si llegaran dejarían de generar la obediencia que hace fuertes a los opresores que recurren a la represión ante quien se atreve a levantar una voz de protesta. El populismo es el sendero por el cual toman los que juegan con las necesidades de las gentes prometiendo demagógicamente hasta lo que es imposible de lograr aprovechándose de la miseria y bloqueando la racionalidad para imponer así la dictadura.
La salida del populismo la consiguen los ciudadanos construyendo una república, originada democráticamente, conservándola y defendiéndola de sus degeneraciones, con una clara división de poderes autónomos y en sinergia con un poder ejecutivo limitado por un estado de derecho que genere un camino a los emprendedores hacia una descentralización responsable y autónoma.
Se que hay muchos que pensamos así, pero " cada cabeza es un mundo", cada cual tratando de abrirse camino en solitario, sin darnos cuenta que solo uniéndonos en una sola fuerza coaligada podremos logar nuestros ideales de bienestar en libertad.
Estas ideas están dirigidas a todos los que desean acercarse a mis modestas letras pero especialmente a quienes identificándose como liberales, por autodenominación o por planteamientos, creen fementidamente que son especiales y de un estrato de singularidades. A ellos, que afortunademente son pocos, les pedimos que se den cuenta del error en que están inmersos.
Me despido de mis amables lectores con la expresión final con la cual cierra sus notas Raul Amiel, "Y recuerda… Ciudadano en acción. ¡Juntos es mejor!"
Carlos Padilla
carpa1301@gmail.com
@carpa 1301
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