Hay quienes hablan de la regularización, de la normalización del país bajo las actuales circunstancias, es decir, aceptar de hecho y de derecho las consecuencias de todas las tropelías contra la constitución, contra la democracia, contra los venezolanos, sobre todo, contra la venezolanidad, en pocas palabras, aceptar que el chavismo ganó y Venezuela es formalmente otra Cuba... ¿Qué opinan?
Recientemente, el secretario de la AN impuesta por el TSJ señaló en una entrevista televisiva que una de las grandes preocupaciones de esa directiva era que los Clap no llegaban a todos los venezolanos, por tal motivo, esa directiva acudía a ciertas comunidades caraqueñas a suministrar cajas de comida ¿Esa es la normalidad que queremos? ¿No prefiere usted comprar en cualquier supermercado, abasto o bodega lo que usted le plazca, cuando quiera?
Para algunos “normalizadores” es menester continuar participando borreguísticamente en procesos electorales pisoteados por una institucionalidad psuvizada, jadeada de irrespetar la voluntad del pueblo. Desde 2007, cuando Chávez perdió la reforma para la cubanización de nuestra constitución, inmediatamente comenzó ese irrespeto. A las pocas semanas aquellos TSJ y AN rojos rojitos inundaron a Chávez de leyes habilitantes donde enchorizadamente, en paquetes de 20, 40, 60 instrumentos, impuso el proyecto rechazado popularmente. Con mismo irrespeto, todo poder público que el régimen ha perdido por vía electoral lo recupera a la fuerza, incluyendo la AN 2015 el poder más votado en toda nuestra historia ¿Queremos eso sea lo normal?
Ya la gasolina cayó en la “normalidad chavista”, escasea, eternas colas, el bachaqueo, venta en dólares, por tickets asignados por “palancas” oficiales y pare de contar, ello es una demostración de lo que ocurre en los regímenes comunistoides, en los sistemas políticos donde la constitución y la democracia perecen, donde la élite gubernamental sostiene el poder controlando a placer las necesidades básicas de la población. Lo normal es que usted surta gasolina en la estación de su preferencia, lo demás es espeluznantemente irregular.
Tampoco podemos pretender regularizar, normalizar los racionamientos eléctricos, el que usted sufra de apagones constantes no es normal. Los venezolanos debemos exigir tener un sistema eléctrico de primera como lo teníamos décadas atrás, que incluso exportaba ese vital servicio a nuestros países vecinos ¡Ojo! La importación de cisternas nos advierte que el agua va por el mismo camino de racionamiento primitivo. Quienes destruyeron estos servicios por corrupción y decidía no pueden ser quienes lo compongan bajo mismo liderazgo, mismas directrices desinstitucionalizadas, bajo aberrante supremacía ideológica, partidista.
Venezuela se encuentra entre las naciones más inseguras del planeta, con la inflación más alta del mundo, el segundo proceso migratorio más grave, solo superado por el de Siria. Nuestra nación experimenta la descalidad de vida más acelerada, apunta hacia una innatural y forzada dependencia comercial con naciones lejanas cuyas, principales características es que son regímenes totalitarios, acusados de terrorismo como Irán, Corea del Norte, Siria, entre otros… somos ajenos en nuestra propia región y eso estimado lector ¡No puede ser normal!
Sepa que lo escrito aquí no es una opinión, es la realidad. La anormalidad, las irregularidades que hoy nos destruyen nuestras vidas tienen su génesis en la retención ilegal e ilegítima del poder por parte del castrismo venezolano, amén de otros graves delitos de los que se le acusa. Las sanciones, las distorsiones económicas, políticas y sociales son consecuencias directas del modelo que por más de 20 años el chavismo impone a la fuerza. Por tal motivo, todo lo que ocurre en esta Venezuela desdibujada, anormal e irregular continuará ocurriendo mientras los culpables permanezcan en el poder ¿Usted quiere que lo de hoy sea normal, regular?
Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
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