Por la catástrofe que le trajo a la humanidad en este 2020 el Covid, la Navidad se convierte en esperanza, en vista de que los sufrimientos que ocasionó la pandemia únicamente pueden tener consuelo con la venida del niño de Belén, que según el libro de Isaías 9;6, proclama: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, su nombre es Admirable, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”, entonces solo es posible salir de la crisis que vive la tierra con mujeres y hombres de buena voluntad; en virtud de lo cual hay que defender la esencia de la Navidad que no es una celebración pagana, como sectores fanáticos y mal informados pretenden hacer creer.
Los
evangelios sinópticos narran el nacimiento de Jesús, cuya celebración la mayoría de cristianos la realiza el 25 de diciembre, a lo cual se
le debe agregar que en algunas ocasiones la fiesta judía de las luces o
Hanukkah coincide con la Navidad Cristiana. Advirtiendo que sectas religiosas
fundamentalistas, especulan bastante
sobre el origen pagano de la Navidad
y todo lo que tiene que ver con la terminación del año y el inicio de
uno nuevo, no obstante cabe recordar que
los judíos celebraron en este 2020
la fiesta de las luces o Hanukkah
del 10 al 18 de diciembre, también llamada de la Dedicación del templo,
que el mismo Jesús conmemoró según
el evangelio de San Juan 10:22,23: “Se celebró en Jerusalén la fiesta
de la Dedicación. Era invierno. Jesús se
paseaba por el templo, en el pórtico de Salomón”.
La
fiesta judía de las luces fue el
resultado de una gesta heroica de Judas Macabeo, que en el año 164 a.c logró liberar
a Palestina del paganismo
helénico, que era impuesto por el rey
seléucida, Antioco IV Epifanes,
el cual había ordenado construir un templo a Zeus en Jerusalén. Eso significa que los
señalamientos que se le hacen a la
Navidad acerca de su origen pagano, por parte de algunos grupos anticristianos, diciendo que el Imperio Romano acomodó la fiesta de Mitra, dios persa del sol, al nacimiento
de Jesús, no corresponden a la verdad,
porque fue hasta el año 274 d.c a instancias del emperador Aureliano que la
fiesta del sol pasó a ser parte del
Imperio, consagrando la autoridad del sol-invictus como culto oficial estatal
dedicándole el campo de Marzio. Sin
embargo desde mucho antes los cristianos
ya celebraban el nacimiento de Jesús en la fecha que conocemos hoy.
Hay que resaltar que
los primeros cristianos
conmemoraban la fiesta Judía del
Hanukkah o de las luces, como Jesús
había enseñado, por esas circunstancias fue que Teófilo de Antioquia, propuso entre los años
171 y 183 d.c celebrar la natividad el 25 de kislev del calendario judío, que
coincide con la fiesta luminaria, sabiendo que Jesús es la luz del mundo,
y esa
iniciativa fue acompañada por San
Hipólito de Roma tomando como fecha la propuesta anterior, ello ocurrió
aproximadamente en el año 204 de nuestra era.
Con lo anterior se desprende que parte de la
confusión sobre la Navidad, se
presenta porque la Biblia evangélica, solo tienen 66 libros, pues en el año de
1862 las Sociedades Bíblicas le sustrajeron los llamados libros apócrifos, en
donde se encontraba 1 y 2 de Macabeos, los cuales hacen mención a la
fiesta de las luces en primera de
Macabeos 4:36,52-59 y la segunda en
1:18; 10:5. Las sociedades Bíblicas
Unidas en una edición de Reina y Valera
llamada “la Biblia del siglo de Oro” en el 2009, corrigen e incluyen nuevamente los libros
Deuterocanónicos o apócrifos
entre ellos los dos de Macabeos.
Por esa
situación con la Biblia al no
conocerse todos los libros por parte de las denominaciones evangélicas, ello ha sido
aprovechado por sectores marginales y fundamentalistas religiosos,
para decir que el 25 de diciembre día del nacimiento de
Mitra dios iraní de la luz y dedicado al
sol, fue la base para instituir la
natividad de Jesús, lo cual reiteramos
no es verdad.
Es
bueno referirse a algunos Evangelios apócrifos, que sirven de consulta para
conocer más sobre el nacimiento de Jesús, como es el caso del
evangelio Armenio de la Infancia que en el capítulo 8 versos 5
y 6, habla del frío
que hacía por ser invierno y que la fecha fue el
21 del mes de Tébeth, o sea el 6 de enero, además habían pastores y
boyeros que habitaban y trabajaban en los contornos, e
hicieron un pesebre, también en el
capítulo X habla de los pastores que
vieron y adoraron al niño.
El capítulo once del mismo evangelio Armenio, menciona a los tres reyes
magos que visitaron al mesías, y sus
nombres eran Melkon de los persas, Gaspar de los indios;
y el tercero Baltasar rey de los árabes,
así mismo el evangelio apócrifo de pseudo-Mateo, el cual es tomado como referencia por el Corán, libro sagrado del Islam, se refiere al buey y
al asno que adoraron al
niño, cumpliéndose lo dicho por el profeta Isaías en 1:3 “el buey conoce a su dueño, y el asno al
pesebre de su Señor”
No hay duda que la purificación del templo
judío o fiesta de las luces en el año
164 antes de Cristo, instituida por Judas Macabeo, tiene que ver
indiscutiblemente con la
celebración del nacimiento del salvador,
pues en esa ocasión durante 8 días se pudo encender el candelabro del templo, con el aceite que no
alcanzaba sino para un día, siendo la fiesta de Hanukkah el 25 de kislev tercer mes del calendario hebreo
entre finales de noviembre y fines de
diciembre del calendario gregoriano.
Así
que la encarnación del hijo de Dios, es
un acontecimiento trascendental que busca la armonía universal entre los
seres humanos, sin importar las creencias religiosas, recalcando que en todas
estas festividades, hay que recordar que Jesucristo es el sol de Justicia y la
luz del mundo, por lo tanto se deben de
superar los sofismas que se tejen
alrededor de la Navidad y las fiestas de fin de año, porque existe la
tradición, la palabra de Dios y el magisterio de la Iglesia, que durante 2000
años, han servido para guardar el depósito de
la fe.
San Pablo en la
segunda carta a Timoteo 3, 16 dice “toda la escritura es inspirada por
Dios” lo cual conduce a una pregunta ¿de cuál escritura habla el apóstol? Indudablemente que de la Biblia
Septuaginta o de los setenta, que fue la traducción de los textos
antiguos del arameo y hebreo al griego, cuya terminación fue alrededor del año
100 a.c, esa Biblia fue la que utilizó Jesucristo y la Iglesia primitiva, y ahí
se encontraban los libros deuterocanónicos que muchos siglos después fueron
amputados en 1862 por las Sociedades Bíblicas Unidas, incluyendo el de Macabeos
que hace alusión a la fiesta judía de las luces o el Hanukkah que coincide con
la Navidad Cristiana.
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@arielpenaG
Colombia
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