miércoles, 10 de febrero de 2016

JUAN JOSÉ MONSANT ARISTIMUÑO, ALIENACIÓN TOTAL

            Han sido demasiados hechos abiertamente delictivos, o burlando la ley, que el gobierno de maduro, o vaya uno a saber quien en realidad gobierna en venezuela, ha venido cometiendo desde que la Nueva Asamblea Nacional se instaló el pasado cinco de enero; esa “n” de nueva va en mayúscula porque en realidad es la Nueva Asamblea, donde se va parlamentar, controlar y legislar en función del bien general. Llegaron para rescatar y retomar la función para la cual existen, representar la voluntad popular, al soberano, como solía llamarlo el presidente fallecido, a lo menos hasta que concluyó su primera y segunda votación.

         Llama la atención, entre tantos desafueros, rebeldías y desacatos a la Nueva Asamblea dos situaciones inexplicables, cuyos instigadores y actores deberían estar en la cárcel junto a delincuentes comunes; quizá en la de Santa Ana de Margarita, aunque esa paradisíaca isla y sus habitantes no merece esa cárcel ni la gente que la ocupa.
         La primera fue el saqueo descarado de los equipos y señal de ANTV, propiedad de la Asamblea Nacional, que no pueden ser donados, vendidos o permutados porque pertenecen a la República. Insólito este robo, ni en Nueva Guinea sucede tal extravagancia delictual, digna de quien la ejecutó. La Nueva Asamblea tuvo que crear su propio medio con otro nombre, y transmitirá por internet. Esa televisora no era de Cabello, es del pueblo; y, ni la Fiscal, ni el Procurador, ni el Contralor, ni el Poder Moral actuaron. Fue una canallada y un delito que deberá ser enjuiciado en su momento. 
       La segunda tiene que ver con la alienación, la condición más degradada del hombre cuando pierde su identidad, para diluirla en la voluntad del otro. Y tiene que ver con los beneficiados de la Misión Vivienda a quienes se les ha otorgado el permiso de ocupar el apartamento que se les ha asignado, siempre que mantengan su incondicionalidad.  Ante un proyecto de  ley de la Nueva Asamblea que convierte en propietarios a los ocupantes de esas viviendas, estos extraños seres que usurpan el Ejecutivo han logrado la plena alienación, llevarlos a manifestar contra de esa ley que les otorgará seguridad y derechos, como en justicia debe ser. Genocidio espiritual cometido contra la población mas débil del país.
      No hay que estudiar a Marx, Santo Tomás de Aquino, Marcuse o Mounier, para saber que esta degradacion solo se ha dado en regímenes totalitarios del pasado como el nazismo y el comunismo, en la Cuba de los Castro, en la Corea de kim Il Sun, y en la venezuela de chavez y su banda disociada.
Juan Jose Monsant Aristimuño
jjmonsant@gmail.com
@jjmonsant
El Salvador        

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