Venezuela, no aprovechó el boom petrolero de los últimos años en
especial cuando el precio promedio de nuestro crudo saltó desde $ 7/barril en
1999 a $ 60/b en 2006 para luego mantenerse en un promedio de $ 100/b hasta la
penúltima semana de octubre 2015 cuando caen a unos $ 40/b para continuar
descendiendo hasta $ 24,53 (05/02/16) lapso donde ni siquiera se impulsó la
acumulación de reservas internacionales;
y ahora se enfrenta una nueva realidad de precios moderadamente bajos
que perdurarán durante un largo tiempo habida cuenta del descubrimiento de
nuevas tecnologías así como por la aparición de otras fuentes como el esquisto,
lo cual se traduce, por un lado, en un abaratamiento del costo de producción
que condiciona en más del 50% la baja del precio, y por otro lado, en un
incremento de la oferta impulsada mayoritariamente por el cambio del rol de
EEUU de gran comprador a importante vendedor al tiempo que Arabia Saudita
mantiene un alto volumen de producción que contribuye significativamente a
deteriorar el precio promedio del crudo a nivel mundial; escenario que en
conjunto se traduce en una obligación para nuestro país de intentar
diversificar las fuentes de ingresos en divisas complementarias a la industria
petrolera, que adicionalmente viene presentando un debilitamiento de su
capacidad de producción para un promedio en 2016 de 2,5 millones b/d a pesar
que en el documento Logros de la Revolución Bolivariana (16/09/06) en lo que se
refiere al Plan Siembra Petrolera 2006-2012 se manifestó que la producción
nacional de crudo pasaría de 3,3 millones de b/d en 1999 a 5,8 millones en 2012
(¡!), siendo que hoy se produce el 43% de la meta prevista. En general, puede
sostenerse que PDVSA está profundamente afectada negativamente en términos
operativos por el Primer Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social
2007-2013 donde se alteró su Misión medular hasta llevarla a una situación
caracterizada por un atraso en sus planes de desarrollo, falta de liquidez
financiera, disminución en la calidad y cantidad de personal idóneo y---lo más
grave---en una pérdida de sus mercados naturales en favor de una “cancillería
petrolera” de ínfimo retorno cualitativo.
Las potenciales exportaciones no tradicionales, que negligentemente
tampoco se han logrado materializar al extremo que en los recientes 15 años se
han mantenido en un promedio de $ 5.000 millones/año descendiendo a unos $
2.500 millones en 2013 y unos $ 2.000 millones en 2014 (ha de suponerse una
situación similar o inferior para el 2015-2016), configura un contexto que en
muy poco podrá contribuir, en lo inmediato, a contrarrestar la disminución de
los ingresos por exportaciones petroleras que conservadoramente se puede
estimar en $ 60.000 millones para 2016; es decir las “otras exportaciones”
apenas compensarían en un 3% la
disminución total incluida la contribución de otras estrategias consagradas en
la citada “siembra petrolera” como el Proyecto para la explotación del oro y la
Revolución Gasífera.
A tenor del panorama
“descubierto” ante la imposibilidad de continuar financiando ahora con
un precio bajo de nuestro crudo el “sueño socialista” apuntalado durante más de
3 lustros con la alta renta petrolera habiéndose despilfarrado y sustraído
corruptamente unos $ 2 billones, permite inferir un marco de debilidades en el
desenvolvimiento económico nacional cara al 2016 donde se destaca una
contracción en un -9% del PIB, una inflación superior al 750%, un déficit
fiscal cercano al 22% del PIB, una iliquidez total en reservas internacionales,
una brusca caída de las importaciones (soporte de un 70% del consumo nacional),
una insuficiencia en ingresos recurrentes de al menos $ 45.000 millones, con el
añadido de una pobreza poblacional superior al 75% , una escasez de alimentos
básicos regulados por encima del 70% y de un escenario de incertidumbre y
riesgo generado por la irresponsable mención gubernamental de una posible
cesación en el pago de los compromisos internacionales (default) que
propiciaría una cadena de embargos y un bloqueo de nuevas oportunidades de financiamiento
externo; facilita concluir con obviedad manifiesta que al Gobierno Nacional ( y
al tejido empresarial privado) le será arduamente difícil---o casi
imposible---procurar créditos a nivel internacional aisladamente o con apoyo de
las multilaterales en aras de enfrentar
la crisis financiera y desequilibrios macroeconómicos del presente y del futuro
inmediato sin que medie una inflexión en su obstinado enfoque ideológico del
Modelo Productivo Socialista sustentado en el Sistema Económico Comunal, hasta
cambiar su nefasta opinión entre la exclusiva participación del Estado a través
del gasto social como estrategia para alcanzar el bienestar, y la presencia del
neoliberalismo donde asumen solo la presencia de los desgastados mercados
abiertos y desregulados a diferencia del actual
Mercado convertido en un ente
propulsor de la producción y en un socializador de lo producido.
Emana una interrogante: ¿Podría el FMI cooperar en la búsqueda de
soluciones? El Fondo se creó en julio de 1944 con 47 países (hoy suman 188),
con el fin de evitar las devaluaciones competitivas que se suscitaron luego de
la Gran Depresión de los años 30, habiendo actualizado en 2012 su cometido
orientándose a la atención de la problemática de macroeconomía y del sector
financiero a la luz de supervisar la estabilidad del sistema monetario
internacional, para lo cual asesora en las políticas económicas aplicadas por
los países así como en lo referente a su situación económica y financiera
incluida la posibilidad de suscribir Acuerdos de Cooperación ajustados a las
reformas profundas introducidas en 2009-2010 y 2011 en materia de asistencia
financiera a efectos de brindar herramientas flexibles para la prevención de
crisis en aquellos países miembros que muestren solidez en sus parámetros
económicos fundamentales y en sus políticas económicas, en el entendido que el
FMI no financia proyectos específicos y su asistencia financiera se centra en
prestar colaboración a los miembros en sus esfuerzos para restituir sus
reservas internacionales, estabilizar la moneda, pagar las importaciones y para
restablecer las condiciones para un firme crecimiento económico. Es de
destacar, que el 13/03/13 el FMI afirmó tener relaciones “activas” con
Venezuela aun cuando desde el 2007 rechaza nuestro país cualquier evaluación de
su economía por parte del Fondo, lo cual no impidió que retirara recursos por
cerca de $ 2.000 millones en 2015 hecho que evidencia que no se retiró en 2007
como vociferó el Presidente de la República.
En fin, las puertas están abiertas.
Jesús Alexis González
jagp611@gmail.com
@jesusalexis2020
Miranda - Venezuela
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