Se fue el carnaval. Triste. Sin mayores
celebraciones, inconcebibles para un pueblo sumido en la mayor de las tragedias
sufridas a lo largo de la historia contemporánea.
No me refiero sólo a lo
institucional, sino y fundamentalmente, a la situación de las personas
naturales y jurídicas, a las familias y a las dificultades para poder conseguir
o mantener un trabajo estable y más o menos bien remunerado. Palabras y más
palabras. Estupideces y necedades al por mayor por parte de un régimen agotado,
en terapia intensiva. Trata de eludir su enorme responsabilidad señalando a
otros, a quienes podrían tener en sus manos la respuesta eficiente e inmediata
para las necesidades básicas del país.
Me refiero a la oposición mayoritaria en la
Asamblea Nacional, poder básico del estado para controlar, fiscalizar y
legislar de manera correcta y oportuna.
Pero más que a ellos que están
cumpliendo bien a un mes del inicio de sus funciones, quiero invitar a la
acción directa a todos los demás sectores de la vida pública y privada de la
Nación. A los empresarios de la ciudad y del campo y a sus órganos de
representación. A los colegios profesionales y a sus miembros, a todas las
universidades del país, a las Iglesias y en especial a la Conferencia Episcopal
Venezolana, a las Organizaciones No Gubernamentales conocidas como ONG´s que
con su constante accionar han ayudado a mantener viva la esperanza de la gente
en un futuro mejor.
En este inicio de la Cuaresma, también enviamos unas palabras
llenas de comprensión y ánimo a los millones de decepcionados que encandilados
por el estilo de Chávez sienten ahora la decepción provocada por la probada
incapacidad y el estilo de la dupla Maduro-Cabello que dirige al alto gobierno.
La invitación es para que trabajemos todos juntos por el cambio que Venezuela
necesita sin demora. Las soluciones a los problemas existen. También los
hombres y mujeres capaces de hacerlas realidad a corto y mediano plazo. Lo
imperdonable sería perder este tiempo valioso e irrepetible.
A todos debemos recordar que lo electoral es
importante en el sistema democrático, pero no es lo único y ni siquiera lo más
importante. Se trata de la existencia misma de la República, de principios y
valores que estamos obligados a sostener y defender frente a la arremetida de
los bárbaros más caros del mundo. Ya están sin dinero, sin prestigio y
cuestionados hasta por muchos de sus seguidores más cercanos. Es la hora.
Oswaldo Alvarez Paz
oalvarezpaz@gmail.com
@osalpaz
Desde El Puente
Caracas - Venezuela
Debacle total pero LA TRAGEDIA NOS UNE ALLI ESTA LA FUERZA LA FE UNAMONOS EN UN SOLO CLAMOR CAMBIO Y FUERA
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