En el acto de apertura del año
judicial la encargada por el Ejecutivo, Poder único del Estado, de la
Presidencia del T.S.J. relacionó los logros obtenidos por la ciudadanía con seiscientas mil sentencias en materia penal.
Nunca antes el pueblo habría estado
mejor servido que con este Poder Judicial al servicio del Ejecutivo que ha
tenido Venezuela en los últimos diecisiete años.
Lo mismo ha ocurrido con los
demás Poderes del Estado que controlados por el Ejecutivo-Poder Central
Único-sirven mejor al ciudadano aunque esto parezca contradictorio pues así sucede cuando se está en revolución.
El pueblo no necesita que lo defienda jueces independientes porque el Poder
Ejecutivo que lo controla todo lo
defiende.
Pero lo más simpático de esa
visita al T.S.J. fue cuando el actual encargado de la Presidencia aplaudió las
definiciones de la Institución fiel siempre a las sugerencias del Ejecutivo lo
que fue un protocolo para informar con toda razón y fortaleza que el T.S.J. es
un Poder independiente del Estado como también lo fue hasta hace poco el Poder
Legislativo y lo sigue siendo la Fiscalía, el Poder Electoral, la Defensoría
del Pueblo que pueden cumplir su misión gracias a la autonomía de que disfrutan
y aunque usted no lo crea así es. Su autonomía teórica le permite cumplirla.
Sin duda que Venezuela ha vivido
en una autocracia, o gobierno de uno solo, durante los años de la revolución
llamándole democracia participativa cuando el Poder lo tiene el Soberano
pero lo que nunca se aclaró es si el
Soberano era el pueblo, que manifestaba su voluntad en las urnas electorales o el titular del
Poder Ejecutivo del Estado que actuó como un autócrata, más o menos , pero
cuando el anterior fue sustituido por el actual la falta de carisma y
competencia unidos a las dudas sobre su
nacionalidad de origen que nunca fue confirmada, el autocratismo y la poca
capacidad para el ejercicio del cargo hicieron del Poder Ejecutivo no un poder
fuerte sino el más débil de todos los
Poderes del Estado.
Las autocracias antiguas no disimulaban
el ejercicio del Poder único o sea de la Dictadura, pero las autocracias
modernas optaron por vestirse de democracia y por eso conservan los diferentes
Poderes del Estado para simular que existe el sistema democrático que se
proponen destruir pero de una manera más elegante. Así se habló de una Asamblea
o Poder Legislativo pero controlada; de una Fiscalía pero siempre obediente; de
un Poder Judicial que recibe instrucciones previas para decidir, de un Poder
Electoral siempre en simpatía con el Ejecutivo
y un Defensor del Pueblo poco capaz de defenderlo frente a los repetidos abusos
del único Poder Real, EL PODER EJECUTIVO, que porque maneja todos los demás
Poderes del Estado en la práctica
funciona como la autocracia que es aunque celebrando las elecciones tratan de
esconderla.
Cuando un solo ciudadano controla todos los Poderes la autocracia
no se puede disimular pero cuando ese ciudadano lo ejerce a través de
“supuestos” poderes públicos que están controlados la simulación es más fácil.
Valentin Arenas Amigo
alenri@gmail.com
@laparapara2
Miranda - Venezuela
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