VERDADES DOLOROSAS
Qué triste sensación de frustración se siente cuando la desidia oficial,
el robo descarado y la corrupción a todos los niveles ya no perturban a la
ciudadanía, la cual muestra una grotesca indiferencia ante la destrucción
sistemática del país. Todos portando esa cobarde y cómplice conducta evasiva
frente a un chavismo que nos ha hecho corruptos y que mediante un nauseabundo
tráfico de influencia nos ha conducido a la degradación moral.
Todo lo empezó el que se creía eterno, con su “robar no es malo si se
tiene hambre”. Ahora que todos tenemos hambre y ante una situación económica
desastrosa provocada adrede por un gobierno forajido que nos está convirtiendo
en otra Cuba, el ciudadano común, no se ha convertido propiamente en un
delincuente pero es incapaz de conservarse totalmente honesto.
Lo notamos en el otrora virtuoso técnico que repara artefactos
domésticos quien ahora diagnostica costosísimas reparaciones, en el médico que
indicas cirugías o tratamientos innecesarios, en el vendedor que comercia con
sobreprecio. Es la consecuencia de la desesperación provocada por la
“peladera”; simplemente el dinero no alcanza. Los seguros de cirugía y
maternidad cubren dos a tres días y los hospitales públicos ya no son una
alternativa y hasta resultan tan caros como una clínica privada. En ese sentido
hemos retrocedido 20 años.
Los militares de alto rango
hasta las ñatas en la corruptela más desvergonzada del mundo, con el dólar a
seis bolívares. Empresas privadas con generales corrompidos en su nómina ¡Dios!
Los de menor rango compitiendo descaradamente con la policía en el matraqueo,
el chantaje y el soborno al indefenso ciudadano. Pidiendo hasta la fe de
bautizo. Si no consiguen nada. Dame pa´ los refrescos.
En el barrio, el “pata en el suelo” jefe de la comuna, de repente con
tremenda camioneta y nuevas queridas. Inscrito en todas las misiones, jefe de
los Claps, traficante de viviendas sociales, sanguijuela de la patria. Y los
vagos de oficio reproduciéndose como conejos, invadiendo terrenos, bachaqueando
los bienes subsidiados, parásitos de la patria. Se trata del nuevo hombre
socialista. Tremenda maldición que nos dejó el que se fue para no volver. Que oiga quien tiene oídos.
Ernesto Garcia Mac Gregor
garciamacgregor@gmail.com
@garciamacgregor
Zulia - Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario