domingo, 19 de marzo de 2017

SUSANA MORFFE, VALIDAR A VENEZUELA

ENTRE CIELO Y TIERRA

Los “opositores” al régimen se han aferrado a la validación de los partidos y se les va la vida en ese ejercicio que, entre risas, activaron “Las Brujas de Eastwick” con poder electoral, más el otro, para jugar un rato y hacer ver la ficticia  “democracia” en el país. 

El complot es sabido por todos y ha servido, menos por los que se hacen idiotas, para entretener y entretener. Ha sido así desde que el régimen captó que invocando la Carta Magna, cada minuto, horas y días, estrujando las manos como el brujo del cuento, con medidas macabras, aumentan los seguidores y el miedo, especialmente el miedo si llegara a producirse una respuesta colectiva con presión y sin “razón”.

No es que los venezolanos nos acostumbramos a las ayudas de los políticos para mantener el rating. Hay que reconocer que abundan los venezolanos golilleros que si les dan, se colocan donde hay. Es la razón por la que el país vive en una fiesta nacional del reposerismo activo, ya que trabajando o no, siempre tienen su “ayudita”, aunque no sirva para mucho en estos tiempos de hiper inflación. Pero como diría el reposero mayor: ¡Eso es un jamón!

Es vergonzoso reconocerlo, pero Venezuela ha volteado todos sus valores morales y lo que impera es la vida fácil y de gratis, sin esfuerzo, ¡Ponme donde hay! Está más contextualizado hoy, al igual que esta cosa mal llamada gobierno, sin  tener raíces propias, solamente se merece como la impronta del tuerto negado a ver la realidad y administrar lo que le conviene.

En esa conveniencia y comodidad han caído los opositores y oficialistas del momento. Un experto en tecnología y marketing puede pensar que se trata de individuos medio idiotas, que intentan liberar del yugo comunista a toda una comunidad empobrecida, mediante las redes sociales.

Abrir un texto de nuestra historia con los personajes que libraron batallas a brazo partido, hoy no produce satisfacción por su heroísmo, más bien produce lágrimas de tristeza. Solo imaginar cómo un hombre, pequeño de estatura, con una inteligencia tan grande, pudo conquistar cinco naciones sin tener Whatsapp, Twitter y Facebook. No me lo imagino chateando. De haberlo tenido, estuviéramos aún bajo el yugo español, con Zapatero incluido. Simón Bolívar sabía lo que era validar a un país. Si argumentan que hizo política de escritorio solo fue para escribir y firmar proclamas y decretos.

Pasearse por la historia de la conquista de América, por un hombre acompañado de un ejército de coraje y patriotismo, nada que ver con el actual,  jugándose la vida para liberar a los pueblos, es una hazaña irrepetible. Así lo reseñan algunos historiadores: ¿Quién hubiera previsto que ese niño “huérfano de padre a los tres años, huérfano de madre a los nueve, y viudo a los 20”, libertaría a cinco naciones?

El Libertador medía “un metro con sesenta y cinco. “Hablaba con la cadencia y la dicción de las Islas Canarias, y con las formas cultas del dialecto de Madrid”. Simón Rodríguez fue su mentor y a su lado comenzó a leer a los románticos en su juventud. Bolívar era muy acaudalado, su fortuna personal “se tenía entre las más prosperas de las Américas”, gran parte de ella la “gastó en la guerra de la independencia”. Murió pobre, detestaba la corrupción, mientras José Antonio Páez murió siendo rico, sin tener fortuna familiar. Qué raro no haber dicho, en su caso, que ser rico es malo.

Al leer estos detalles fácilmente podemos apreciar y comparar que el socialismo de hoy no sirve para nada. Bolívar no ayudaba a los pobres para enriquecerse, sino para servir.

Sigo leyendo y me encuentro con un vaticinio del General: “El 4 de julio de 1817 “el General tuvo que pasar la noche junto con un grupo reducido de oficiales para ponerse a salvo de las tropas españolas que estuvieron a punto de sorprenderlos en descampado. Ese día lanzó una profecía que se cumpliría al pie de la letra, sobre todo lo que iba a hacer en el futuro: la toma inmediata de Angostura, el paso de los Andes hasta liberar a la Nueva Granada y más tarde a Venezuela, para fundar Colombia, y por último la conquista de los inmensos territorios del sur hasta el Perú.”

No se podría escribir de otra manera las glorias del Padre de la Patria, como fue bautizado con justa reverencia. No tuvo en contra una ley mordaza  ¿Se imaginan lo que se podría decir ahora de los “dueños del patio” que tenemos? ¿Cómo hacerlo o decirlo? Por ejemplo hoy habría que validar las Empresas Básicas, el Arco Minero, PDVSA y el Banco Central de Venezuela.

Mientras el Libertador construía la Patria en un siglo, Venezuela ha pasado 18 años derrumbando lo que tanto le costó esfuerzo a Simón Bolívar. Hoy atormenta la frase: “la ignorancia como instrumento ciego de nuestra propia destrucción”. Desde tal óptica, convendría actualmente validar el país con sus empresas y no a los partidos políticos para entretener a la población y seguirles el juego a “Las Brujas de Eastwick”, más el otro. (Recuerden la película)

Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
Nueva Esparta - Venezuela

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