miércoles, 17 de junio de 2020

AURORA LACUEVA, SALVAR LOS MARES, SANTUARIOS

El pasado lunes 8 fue el Día Mundial de los Océanos, oportunidad propicia para no olvidar que les debemos respeto y protección. Hasta por egoísmo, pues si no los preservamos nuestra vida está en riesgo. Al respecto, leí una interesante entrevista de la agencia AFP al oceanógrafo Philippe Cousteau, nieto del ya fallecido explorador Jacques Cousteau, famoso por sus documentales sobre los mares del mundo. Philippe se ha dedicado también a la investigación de los ricos y benéficos ecosistemas marinos. Nos advierte que los océanos y su fauna y flora están siendo gravemente afectados por la acción humana pero, por ser un mundo sumergido, a menudo no nos damos cuenta.

Explica que una selva como la del Amazonas, más “a la vista”, es magnífica y debemos preocuparnos por su conservación. Pero la mayor parte del oxígeno en nuestra atmósfera no proviene de los grandes árboles de los bosques del mundo, sino de microscópicos organismos que viven en las aguas marinas. Y los ecosistemas con mayor diversidad de vida no están en tierra: son los arrecifes de coral, fuertemente afectados hoy en todas partes. Estos arrecifes apenas cubren el 1% de la superficie oceánica, pero son lugares de hábitat o de reproducción de multitud de peces y otros animales y vegetales. De hecho, se calcula que unos mil millones de personas en el planeta se sustentan de lo que producen estos ambientes.

El investigador señala que aún estamos a tiempo de salvar la tan variada vida que existe en los mares y la salud de esos ambientes. Una medida importante es establecer santuarios. Actualmente, solo el 5% de la superficie del océano está protegida. La propuesta es aumentar esa proporción al 30% para dentro de diez años. Hacerlo implica invertir dinero, pero al final se saldría ganando pues los santuarios permiten que se recuperen las especies y aumente luego la pesca y la obtención de otros recursos. Se calcula que un 30% de santuarios aumentaría la masa disponible de animales y vegetales marinos en un 600%.

En Venezuela tenemos un ejemplo concreto con la prohibición de la pesca de arrastre desde 2009: ello ha traído recuperación de poblaciones de peces y beneficios a los pescadores. Es muy necesario el esfuerzo, junto a los demás países del área, hacia la mayor protección de nuestro Mar Caribe.

Aurora Lacueva
lacuevat@hotmail.com
Aurora Lacueva
@AuroraLacueva
@UNoticias

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