Algunos amigos me dicen extrañar mis ásperos escritos acerca de México y es solo porque me he concentrado en los eventos internacionales que pienso van a cambiar la fisonomía mundial. Entonces, solo uso la expresión de Lord Byron: ”De todas las horribles notas de dolor, más triste que el canto de un Búho en una noche de tormenta. Es la escalofriante frase; ¡te lo dije!”. Yo fui uno de esa minoría que, lejos de embarcarme en un viaje de ilusiones ciegas, durante años estuve alertando acerca de la gran amenaza de una presidencia del Peje.
Un hombre quien, en su largo transitar, revelaba el peligro de un lunático al timón del país ahora convertido en una realidad. No escribo sobre México, porque no siento pueda ya aportar para la solución de los problemas que son más grandes de lo que percibimos. Tan graves como ese orate acaparando todos los poderes para construir otra Venezuela ante los ojos de los zombis que lo eligieron y, como los camisas pardas de Mussolini, fielmente participando en la masacre final del país.
Sin embargo, un buen amigo, Edgar Piña, un economista verdaderamente liberal, me ha enviado uno de sus artículos que, con dolorosa realidad, describe hasta donde ha llegado la mente de un psicópata armado con las peores ideas que forman la receta infalible para la destrucción de un país. Lo interesante del escrito es que ubica sobre la mesa, con evidencias, situaciones que en estos momentos ya son humillantes, peligrosas y poca gente las conocen. ¡Y lo voy a comentar!
El punto más impresionante del escrito es cuando narra cómo ciertos personajes aparecían en la celebración el día de la victoria de AMLO. El abogado cubano Bruno Rodríguez Padilla, Ministro de Relaciones Exteriores, puesto en el que permanece en la actualidad, traía una calurosa felicitación de Raúl Castro, jefe del Gobierno Cubano, y deseaba comunicarla. Alfredo Serrano Mancilla, economista español y asesor de Nicolás Maduro, Rafael Correa y Evo Morales, quería felicitar al líder de los mexicanos antes de su partida a España.
Afirma Edgar que, a casi dos años de tal evento, muchas reuniones y entrevistas han sostenido los dos personajes con el mandatario mexicano, con algunos de sus colaboradores, y los resultados han sido muy buenos para los intereses del Estado Profundo tercermundista en su estrategia para implantar en América Latina y en la misma España, el socialismo del siglo XXI. Y ¿por qué no? con esas impecables credenciales en Nicaragua, Venezuela, Cuba, se antoja como una poción milagrosa para nuestras enfermedades.
“Ya en el 2020, los entendimientos del gobierno federal mexicano con el canciller cubano y el ideólogo marxista español se han reflejado en el avance acelerado de la agenda actualizada del Foro de Sao Paulo (organización marxista promovida por Lula), cuyo objetivo para nuestro país es la implantación de la Cuarta Transformación cuyo modelo es el ya mencionado socialismo del siglo XXI que tan bien le funcionó a Chavez”.
“El trabajo de Serrano se ha reflejado en iniciativas legislativas y discursos. Destacan también docenas de miembros de las fuerzas armadas y de la Guardia Nacional tomando entrenamiento militar, cursos de espionaje, recopilación y análisis de información en la Escuela Militar Superior Arides Estévez Sánchez en las afueras de La Habana. Igualmente, sobresale la llegada a nuestro país de ciudadanos cubanos etiquetados como médicos con la misión aparente de prestar sus servicios en momentos críticos”, pero en realidad son adoctrinadores marxistas.
En 1977 yo estuve en Venezuela en una visita de mi padre a su compañero en la escuela de derecho en la Universidad de Bruselas, don Julio Báez, y quedamos impresionados con su desarrollo primer mundo. Pero Venezuela acabó por ser una inmensa cárcel para el pueblo hambriento. Los 6.5 millones de venezolanos que han escapado del país son el testimonio directo de la tragedia. Y esos venezolanos han llegado a EU, Colombia, Perú, Ecuador, Argentina. Se han esparcido por todo el continente y todo el planeta. Y llegan con su drama a cuestas y sus historias de opresión.
Si los mexicanos nos sacudimos las lagañas ante la reciente historia de Venezuela, veremos la tétrica realidad de nuestro futuro y nos daremos cuenta qué se perfila mucho peor. Si a la rica Venezuela Chavez la llevó al Holocausto, que podemos esperar de un México saqueado y el Peje dándole más hachazos. Porque México, como los boxeadores viejos que han recibido demasiados golpes, ya no resisten y con un débil rozón pueden caer a la lona para ya no levantarse. Esa es la realidad de un México medio noqueado por tantos garrotazos.
Cierra Edgar. “Hoy México es azotado por un virus que nos tiene paralizados y no alcanzamos a entender lo que está sucediendo. Tenemos diferencias con los países hermanos de Centro y Sudamérica: somos más habitantes, estamos más cerca del Imperio Capitalista, nuestra cultura y economía son más diversificadas. Pero, a final de cuentas, estamos en las mismas manos, bajo las mismas mentes perversas que han llevado Cuba, Venezuela, Nicaragua, Argentina y a otras naciones, a los terribles escenarios del desempleo, pobreza, hambre, el engaño, la tiranía, la represión sangrienta, la pérdida de libertad, la enfermedad y la muerte”.
Pero lo increíble, es que ahora muchos mexicanos se confiesan sorprendidos del resultado de su sabia decisión de entregar el país a un demente. Los mensajes eran tan claros qué, solo ignorándolos de forma irresponsable, alguien se pudiera haber sumado a la horda de aquellos inicialmente esperanzados, ahora quejosos desencantados. Especialmente, quienes razonaron su decisión porque “estaban cansados de la corrupción”.
Te ofrecieron un mundo en donde podrías dar rienda suelta a tus envidias, odios y rencores. Un edén donde solo tendiendo la mano tendrías lo que siempre has anhelado. El trabajo es un castigo por eso a ese mundo lo describen como el valle de lágrimas. Un mundo de igualitarismo especialmente fabricado para ti. Un mundo donde debas perder tu individualidad para sumarte a una manada. Un mundo en donde nada es bueno o malo, todo es relativo.
Hay otro y es muy difícil, pero es el correcto, el de principios, integridad, justicia, te ofrece la penitencia del trabajo, el estudio, el sacrificio, pero, siguiendo las reglas, sin lugar a duda tendrás las oportunidades que nunca has tenido. Pero nadie te lo garantizará y solo dependerá de tu dedicación, tu esfuerzo, tu trabajo, tu integridad. Un mundo en el cual la honestidad tiene rendimientos. En el cual se recupere el verdadero mercado libre, pero, sazonado con moralidad, diciplina, orden y, por supuesto, competencia. En donde los resultados sean de acuerdo a la capacidad, trabajo, esfuerzo y responsabilidad de cada participante.
Pero si continuamos por la misma ruta, pues como dice el poeta vaquero: “Viajar solo por las rutas inseguras. Camino largo del que nunca tornarás. Sendero triste en el que siempre vagarás. Mientras lamentas tu pasado y te torturas. Y llegará el tiempo de vivir las apreturas. Cosecha amarga la que tu levantarás. Frutas podridas las que tu cosecharás. Y así te hundes mientras más tú te apresuras”.
¡Te lo dije!
Los grandes hombres son como las águilas. Construyen sus nidos en una majestuosa Soledad. Porque un alto grado de intelecto tiende a convertir al hombre en un ser antisocial. Arthur Schopenhauer
Ricardo Valenzuela
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