martes, 20 de octubre de 2015

LUIS GARRIDO, MEJOR FIRME LA RENUNCIA

Causa risa la arrogancia de Nicolás Maduro al anunciar su disposición a firmar el acuerdo de aceptación  -cualquiera fuere-   de los resultados electorales del 6 de diciembre.  No está demás recordarle a Maduro su compromiso de   "tu a tu" con Capriles, referente al reconteo de los votos que lo hicieron presidente, haciéndose acreedor a un "jalón de oreja" por pecar de ingenuo.   El resto lo sabe el país, Capriles recurrió a las instancias competentes -el  tribunal de injusticia-  recibiendo por respuesta que eso era competencia del Consejo Nacional Electoral. 

No es una travesura política decir que sería mejor visto por los venezolanos,  si firma  su propia renuncia.  Difícil  es entender que, después de tantas demostraciones de  incompetencia,  permanezca al frente de la Presidencia de la República.  Los 16 años de tan mala política gubernamental no son de su única responsabilidad, pero forman parte de ese modelo  caudillista de las designaciones a dedo que terminan haciendo excesivo  daño, porque además de no estar preparados para el fin escogido, resultan unos enanos  con una carga de complejos que  manifiestan en un yoísmo recurrente  y una arrogancia desbocada.   
"Lo que está a la vista no necesita anteojos".  El período  de Maduro  culmina en el  2019,  pero hay  que preguntarse de qué santo se aferraría para conservar la banda presidencial siquiera seis meses más.  Cada día que pasa nuestro personaje se va quedando más solo;     en la realidad interna la solidaridad es de apariencia y de los últimos intentos por raspar la olla. Su patriotismo improvisado para la defensa de la soberanía y los golpes efectistas contra el hampa son reflejos de un temor que en el argot popular se conoce como "pancadas de ahogado".  El 6 de diciembre no está inscrito en el calendario como la fecha de la entrega de la presidencia, pero sí la de la preparación de sus maletas.                  
Nada de lo dicho asoma una salida diferente a la contemplada en la Constitución.  En la oposición ni somos golpistas ni tenemos vocación de aventureros, pero sí  la convicción de que un gobierno de transición está a la vuelta de la esquina.  Venezuela reclama un acuerdo nacional ante la crisis de gobernabilidad.  El seis de diciembre es el primer paso: votaremos por el regreso   a un país sensato, productivo y con presente  para que todos volvamos a soñar con el futuro.    
Luis Garrido

@luirgarr

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