Hace unos días el Financial Times publicaba
un artículo autoría de John Paul titulado; "Falta de estado de derecho
socava las reformas en México", en el cual surge una advertencia:
"Existe el peligro de que el desencanto público con la podredumbre de las
instituciones pueda llevar a los mexicanos a sucumbir finalmente a las
tradiciones latinoamericanas del populismo. "Si bien Octavio Paz habló del
“ogro filantrópico” describiendo las estructuras estatales que alimentan el
populismo con recursos públicos, también es posible resaltar la existencia, en
un entorno de claro desborde popular, del otro rostro estatal, la faz del
“monstruo interventor”, especie de “Leviatán confiscatorio”. Éste, merced a un
proceso de reingeniería institucional y bajo el paraguas de una transformación
legal, se encarga de minar las bases de la seguridad jurídica colocando los
fueros del Derecho a merced del intervencionismo político.
Después de tres décadas de errores y aciertos
tratando de ejecutar reformas que nos rescaten del subdesarrollo, México ha
encontrado dos grandes obstáculos; el primero ha sido la reforma de su
macroeconomía. Sin embargo, reformar la macroeconomía, aunque vital, no es suficiente
para lograr la ansiada prosperidad. El segundo es contra esos elementos
culturales que nos han tenido atrapados--la corrupción y sus derivados que no
han permitido que el espíritu empresarial y una saludable sociedad civil se
desarrollen.
Las reformas macroeconómicas pueden limpiar
los escombros que han dejado los diabólicos sistemas populistas, pero ellas no
pueden, por sí mismas, crear las nuevas estructuras para generar la inversión,
el empleo y de esa forma sustituir los viejos esquemas. El espíritu empresarial
y una robusta sociedad civil, deben ser responsables de catapultar la economía
hacia esos estadios de prosperidad. Un país sin una clase empresarial libre de
las ataduras gubernamentales y sin una robusta sociedad civil, por más que le construyan
una hermosa macroeconomía, jamás podrá progresar.
México continúa atrapado en esa maraña de
corrupción, procedimientos burocráticos, leyes, mandatos y regulaciones que
solo sirven para oficializar la corrupción y establecer el entorno para los
sobornos que chupan la vida de los pocos negocios emergentes. Así como los
vampiros chupan sangre de una res a diario pero la mantienen viva flaca y
enferma para seguir succionando, esa red de complicidades sabotea la actividad
empresarial y no le permite emerja fuerte, competitiva y la sociedad civil se
desarrolle autónoma e independiente.
Colombia, Perú y de alguna forma México,
medio limpiaron los escombros de lo viejo pero no le han dado vida a lo nuevo.
Las empresas paraestatales han sido privatizadas, las economías se abrieron y
miles de gentes han perdido sus trabajos. En una economía con espíritu
empresarial, esos trabajadores estarían ya empleados en nuevas negocios
compitiendo en el mercado mundial. En Inglaterra, por ejemplo, las privatizaciones
de la Thatcher destruyeron miles de empleos, pero hoy día Inglaterra es más
rica y próspera que nunca y los nuevos trabajos se han generado en números
récord. Sin embargo, en América Latina no ha sucedido lo mismo.
Las reformas iniciales en México se han
implementado. Sin embargo, la segunda batalla tal vez lleve décadas el ganarla
y no es claro qué fuerzas puedan enfrentar tal reto. Cuando el Estado se retira
como el principal agente económico, la sociedad civil debe tomar esa
responsabilidad, por ello esa sociedad civil requiere de un entorno adecuado
para florecer.
Dada la importancia de esta segunda tarea,
vale la pena el considerar acciones radicales. Millones de mexicanos han
logrado que sus talentos empresariales florezcan creando riqueza y empleos.....en
Estados Unidos. Es la misma gente, con los mismos talentos, la misma lengua que
tenemos en México.
El ingreso de los treinta millones de
mexicanos en EU, es el triple del ingreso de los ciento veinte y cinco millones
que viven en México. Lo diferente es el entorno político y legal. Texas, Nuevo
México, Arizona y California tienen grandes concentraciones de población de
origen mexicano y la mayoría ha prosperado a niveles jamás imaginables. Sería
interesante llevar a cabo algunos experimentos audaces para establecer qué
elementos de su ambiente podrían ser duplicados en nuestro país, para el
beneficio de todos los mexicanos.
En Asia los países que se recuperaron con más
agilidad de los eventos tan críticos de los últimos años-Hong Kong y Singapur-fueron
colonias británicas cuyos sistemas legales, heredados de Inglaterra, sirvieron
como líneas de protección contra el nepotismo y cronismo que abatió al resto de
las economías en la región. En lugar de neo confusionismo, el sistema de estos
dos países se le ha llamado anglo confusionismo-la mezcla de legislación
inglesa con la ética de trabajo confuciana y el espíritu empresarial de una
sociedad civil que ha florecido.
Algunos mexicanos están familiarizados con
“common law”--la ley importada de Inglaterra y se adaptara a las condiciones
americanas. La “ley común” pude ser una herramienta muy poderosa para combatir
el cáncer mexicano; la corrupción, y establecer un verdadero estado de derecho.
Sería interesante llevar a cabo un experimento a través del cual, uno o varios
estados fronterizos pudieran adoptar un sistema legal a semejanza de las ley
común anglo americana, en una zona establecida abarcando hasta 100 Km de la
frontera. Es decir, una lengüeta fronteriza de aplicación del sistema de Common
law que, si funciona, se pudiera ir estableciendo en el resto de la geografía
estatal.
Los mexicanos conocen algunos conceptos de
esta ley como el juicio con jurado, la presunción de inocencia, el
requerimiento a la policía de presentar causa válida para retener a un
prisionero antes del juicio. Esta reforma promovería de una forma muy
importante la inversión al reducir al incertidumbre que promueve un sistema
legal corrupto.
México es una república federal. Una de las
grandes fortalezas del federalismo, es la habilidad que concede para
experimentar estado por estado con alternativas. Tal vez los estados
fronterizos con EU deberían de ser el campo experimental de reformas creativas,
agresivas y valientes. Tal vez deberían ser nuestros Hong Kong y Singapur en
donde se establecieran paraísos de libertad, legalidad y progreso. No hay motivo por el cual el sistema federal
de México, no deba experimentar con un sistema que millones de mexicanos al
otro lado de la frontera han usado para su beneficio y prosperidad, por más de
un siglo y medio.
“Law is the sister of freedom”, sostuvo en
1911 el gran historiador del Derecho Sir Frederic Pollock, durante un ciclo de
conferencias sobre el genio del common law en la Columbia University de Nueva
York. El tiempo, juez implacable, ha venido a confirmar la veracidad de dicha
afirmación.
Ricardo Valenzuela
@elchero
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