Fui para donde una bruja que vive por el barrio Machado en Boca de
Uchire, para que me echara las cartas y me fumara el tabaco, cuestión de
despejar la confusión que tengo en mi mente, frente a la profunda crisis
sociopolítica y económica que atraviesa Venezuela: Ustedes saben, como si le
diera vida a la canción de Billo, donde Víctor Morillo declama estupendamente,
pero en mi caso la curiosidad me llevó donde una bruja, que se llama Conchita.
Para mi sorpresa, la mujer presentía una visita y cuando me vio llegando
como si fuera un gringo turista de la cuarta república en la plaza Bolívar de
Caracas, dijo en voz alta: “Este es el hombre, ¿vienes buscando a Conchita
?”-me preguntó-.
Me hizo pasar a un cuartito que estaba lleno de santos con tres altares
en triangulo, en el centro de la habitación había una vieja mesa y a sus lados
nos sentamos. De su delantal sacó un fajo de cartas y entonces me preguntó:
“-¿Vienes por salud, amor o dinero?”
-Vengo para qué me diga lo que debemos esperar sobre el amedrentamiento
que el Presidente Maduro nos lanza cada vez que se siente grandote por alguna
circunstancia y entonces ofrece un mandato con los militares y sus seguidores
extremistas por encima de la Constitución, si y solo si, lo oposición gana las
elecciones parlamentarias. Usted sabe señora Conchita, que semejante
ofrecimiento hace pensar en una guerra civil; en un caos político, en un
verdadero enfrentamiento civil contra una dictadura. A menos, que el Presidente
sea un bocón de barrio.
La señora Conchita me dio a beber una taza de café servida por una
sobrina bien simpática, más grande que mi persona, con unas piernotas preciosas
y unos ojazos cautivadores, que me dejaron sin aire; entonces, barajó sus
cartas y las fue regando boca abajo sobre la mesa para luego ir destapándolas
poco a poco.
“Mira mijo”, me dijo:
“Una cosa es querer y otra cosa es poder. Tal vez, el señor Maduro
considera que semejante barbaridad es una cosa muy fácil y que cuenta con apoyo
popular para mantenerse por la fuerza sin reconocer a las nuevas tendencias
democráticas que comienzan a aparecer, pero te digo, que no tiene gente
suficiente para instalar una frontal dictadura: Con un pueblo parado no hay
gobierno que aguante, así tenga inicialmente el apoyo de unos militares que
lamen la miel del petróleo”.
Yo me fui pensando la cosa, evaluando las palabras de Maduro que
demuestran el miedo al tener que reconocer el fracaso de la revolución, lo cual
no puede ocultar con la inauguración de puentes, vías de autobuses, regalos de
taxis y todo eso, cuando la gente tiene hambre, los precios se pierden en las
nubes y el país se va parando aceleradamente.
Entonces, como hacen los pacientes que requieren la segunda opinión de
un sabio ante el chequeo de una enfermedad penosa, me dije: “Voy a buscar una
segunda opinión…me voy a Cumaná para pedir revisión con la brujita Carolina
Isava, así comparo y pongo bajo la lupa las amenazas de Maduro”.
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Luis Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
Anzoategui - Venezuela
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