A menos de un mes para las elecciones parlamentarias de Venezuela, la
presencia de una observación electoral internacional independiente se ha
esfumado. El régimen en la cabeza de Tibisay Lucena, presidente del CNE, hizo
todo lo posible para evitarlo y lo logró. Pero, ¿a qué costo?
Además de Unasur, dos instituciones del calibre de la OEA y del
Parlamento Europeo (PE) habían venido tocando la puerta a fin de participar
como observadores internacionales. Le dieron largas hasta que los interesados
apreciaron que sin un tiempo suficiente para hacer sus evaluaciones pondrían en
peligro el prestigio de sus instituciones. Por esto, el Tribunal Electoral de
Brasil y su equivalente uruguayo optaron por no integrar una misión de
“acompañamiento”, que aunque aprobada, sigue sin una cabeza y un cuerpo
definido. Como decimos en Venezuela: “nadie quiere rallarse”. El primero
advirtió que no había “las garantías necesarias” para una “observación objetiva
e imparcial” y el segundo que esas condiciones se produciría un desprestigio de
Unasur.
Pero fue una carta -de 18 páginas- del Secretario General de la OEA,
Luis Almagro y un comunicado de la misión exploratoria del PM, las que pusieron
los puntos sobre la íes, al describir la situación que enmarca las elecciones
del 6D. Coinciden en muchos puntos. Uno es la parcialización del CNE que no
solo no garantiza “la plena igualdad entre los participantes” sino que
“reproduce el discurso oficial” a lo que el PE agrega “la notoria falta de
respeto al principio de separación de poderes”. Otro es la “ausencia de
garantía de acceso” a los medios de comunicación (MC) para la oposición; el PE
puntualiza “la concentración abusiva de MC en manos del gobierno”. A ambos les
preocupa los decretos de “estado de excepción y sus limitaciones de las
libertades públicas y los derechos civiles”. En fin, “no hay la igualdad de
oportunidades en el proceso electoral” y señalan la persecución a los líderes
políticos y los cambios en las reglas del juego para favorecer al régimen.
Si como dice Almagro lo que sucede “reviste una enorme gravedad en el
funcionamiento del sistema democrático”, habría bases para invocar la Carta
Democrática Interamericana que en su artículo 3º establece como elementos
esenciales de la democracia las “elecciones… libres [y] justas …”. Él lo sabe
pues termina diciéndole a Tiby que “el nivel de transparencia y justicia
lectoral, que usted desde el CNE debería garantizar” no está garantizado. El
desprestigio del CNE ahora está oficial e internacionalmente sancionado.
Alfredo Michelena
alfredomichelena@gmail.com
@Amichelena
Caracas - Venezuela
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