domingo, 31 de enero de 2016

JOSÉ ANGEL BORREGO, CON EL RIESGO DE FASTIDIAR, REFLEXIONES

Arriesgándonos a fastidiar al más paciente de los lectores, comprendiendo además que el tiempo no sobra, nos obligamos a reflexionar mucho sobre el momento crucial por el que atraviesa nuestro país, con un Presidente mendigando auxilio a sus iguales en el sub-continente latinoamericano, tal vez suplicando que se recuerde, en especial a gobernantes como los de Brasil (inmejorable ejemplo) que Venezuela les entregó dinero a manos llenas que ellos avalaron se minimizara por la corrupción implícita en cada compra realizada. 

No en balde aparece Venezuela como el país más corrupto de la región, comparable en el mundo solo con otros dos, cuyos Estados semejan una mojiganga. Y la reflexión nos conmina a encontrar vías, no para sugerir propuestas que estamos hasta el cogote de inscribirlas, sino para tropezar con alguien capaz de acceder a la comprensión de quien pueda entender y se decida a tomar medidas heroicas. 

No es posible aceptar pasivamente este cepo en el que estamos atrapados, sabiendo que los ciudadanos no somos para nada responsables de la crisis. Porque aun quienes apoyaron a los gobernantes actuales lo hicieron de buena fe en el 99 % de los casos. 

No puede creerse que más de 50.000 personas (el 1 % de ese conglomerado elector) hayan votado masoquistamente para exacerbar los problemas que lo afectarían directamente a ellos y a sus familias. 

Estamos entrampados, sí, pero elegimos a 112 diputados que no pueden quedarse en el mero discurso, por interesante que pudiera ser, en lugar de enfrentar a la macolla gobernante con ideas inteligentes (no las hemos visto y podemos mostrarlas) que el pueblo digiera con facilidad para que también reflexione, juzgue y prosiga decidiendo con su voto. 

El discurso, aun altisonante, por florido que pinte, a la postre puede resultar frustrante.

José Angel Borrego
periodistaborrego@gmail.com
@periodistaborr1

Anzoategui . Venezuela 

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