domingo, 31 de enero de 2016

SUSANA MORFFE, A PREPARAR MALETAS (ENTRE CIELO Y TIERRA)

El desespero de la población general en el país ya se ha hecho evidente, en exclusiva, por la falta de alimentos y los pocos que aparecen a precios elevadísimos, igual ocurre con las medicinas, mientras que el Zika se apodera del país sin discriminar edad y sexo, falta control y procedimientos correctos para combatir al mosquito generador de la enfermedad.

A la par tenemos un régimen que cada día va cayendo en popularidad, y al mismo tiempo va mostrando las costuras falsas que han sostenido a los sinvergüenzas y descarados seguidores de la loca revolución impuesta en Venezuela, despojando de sus derechos establecidos en la constitución a la población. Años atrás, parte de la población, quiso encontrar, por arte de magia, la solución a sus carencias, sin mover con esfuerzo vertical la provisión a la que todos tenemos derecho, pero con esfuerzo. El facilísimo se apodero de la sociedad y mermo la capacidad de producir.

Entretanto, el tiempo se va acortando y el mandatario impuesto, en una de sus pernoctas en el país, exclamo: “El pueblo tiene que irse a las calles, a luchar con rebelión, rebelión del pueblo, con amor, paz y pasión”. Lo expreso con el propósito de rechazar la ley elaborada en el nuevo parlamento sobre lo que legítimamente le corresponde al pueblo beneficiario, nada menos que la titularidad de sus viviendas. En un modelo comunista las propiedades pertenecen al régimen con un pueblo subyugado.  Ellos podrán movilizar a sus escasos seguidores pero el venezolano más humilde y desprotegido, conoce que son cuentos de engaños tener viviendas flotando como nubes en el cielo.

Mas adelante el heredero agrego: “¡Díganle no a la Asamblea adeco-burguesa! ¡Esa ley no va! ¡Dile no a la Asamblea!”. Cada palabra pronunciada por el mandatario o por alguno de sus servidores, se escucha como un SOS en el último pataleo de un ahogado. Pretenden ir contra la corriente como el salmón y han llegado a ser un cardumen de sardinas. La temporada se agotó y la red los alcanzó.

Se habla con intensidad de una renuncia negociada o en su defecto esperar pacientemente hasta el 13 de abril para realizar un revocatorio. La presidencia de la nación le corresponde al mandatario de turno por un espacio determinado de tiempo, esta actual grosería de ostentar el poder de manera prolongada en el tiempo, es una aberración propia de los modelos comunistas, con el claro ejemplo de Cuba y su atrofiada revolución que solo ha servido para enajenar al pueblo.

Al régimen cada vez se le agregan mas obstáculos en su tortuoso camino, lo sucedido en el penal de San Antonio en la estropeada isla de Margarita, ha resultado un detonante para demostrar cómo se ha sostenido el régimen y quién manda realmente en la calle. Un libreto muy bien estructurado desde que el difunto estuvo tras las rejas por sus intentos de llegar al poder a punta de golpes. Una vez más quedo al descubierto que el régimen penitenciario es el gobierno paralelo del socialismo del siglo XXI.

Las cárceles en Venezuela nunca fueron centros de recuperación en décadas anteriores, pero jamás se convirtieron en guaridas de asesinos armados hasta los dientes como especie de reserva bélica nacional. Entre los expertos judiciales se habla de complicidad por parte de  funcionarios a cargo del control de los recintos carcelarios, en cuyos espacios hay entrada y salida para los delitos. La historia fácilmente puede llenar las páginas de un libro negro sobre los depredadores de Venezuela.

Sin dejar de ser prioritaria las materias que ocupan a la nueva Asamblea Nacional para resolver la crisis económica del país, hay un detonante gestado desde las cárceles auspiciado por el régimen,  una limpieza en los penales es necesaria comenzando por el resort de San Antonio, Isla de Margarita, tomando en cuenta el servilismo demostrado y falta de “mano dura” por parte de los carceleros.
El director del Observatorio Venezolano de la Violencia, Roberto Briceño León, se refirió a la complicidad existente de funcionarios y delincuentes."Hay un incremento de inseguridad por estas convivencias entre criminales y funcionarios gubernamentales que no han resuelto nada, y si no hay acuerdo, ni políticas adecuadas, cooperación de alcaldes y gobernadores, ayuda de los ciudadanos honestos de todos los rincones del país, ni Caracas ni cualquier otro lugar serán seguros", señalo.

Ningún venezolano desea que se le acabe la vida en la selva de la impunidad y hay un sentimiento general de final de pesadilla, ver a los enemigos del país recoger sus maletas para que podamos perdurar en nuestra tierra.

Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
www.susanamorffe.blogspot.com

Nueva Esparta - Venezuela

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