Las recientes declaraciones de las cabezas del
poder ejecutivo y del poder judicial, así como otras de calificadas figuras del
alto gobierno, reflejan una actitud que deja mucho que desear. No entienden que
el país les está exigiendo la necesaria rectificación para salir adelante en
medio de esta espantosa crisis que destruye al país. Para rectificar hay que
reconocer los errores y tener propósito de enmienda. Profundizar en lo malo del
presente conduce, necesariamente, a una confrontación definitiva, dura y
peligrosa pero indispensable para la reconstrucción nacional.
La nación les pide que lo hagan. De lo contrario
que renuncien. Que se vayan para poder acelerar una transición indispensable
con el consenso de todos los sectores de la vida nacional. Se han colocado en
una posición en la que ni hacen ni dejan hacer. Absolutamente inaceptable.
Mientras tanto seguimos a la deriva. Con la obsesiva declaradera en contra de las
indiscutibles facultades constitucionales y legales de la Asamblea Nacional,
quedan al descubierto las verdaderas intenciones del régimen. Mantener el poder
y el poco dinero que va quedando, a cómo de lugar. Ahora sí pareciera estar
andando aquel “como sea” de Maduro en la campaña electoral.
La actitud opositora es otra. Una lucha por la
vuelta a la legalidad constitucional, a la búsqueda de acuerdos en los temas
fundamentales y a la unidad del país en torno a los principios fundamentales
que guían la vida en libertad y democracia. El régimen se ha apartado de ellos,
mientras que el resto de los venezolanos nos aferramos a los mismos para
enfrentar y derrotarlo definitivamente. No se puede perder más tiempo.
Con la sola excepción del alto mando del oficialismo,
Venezuela entera aspira concretar el cambio necesario. Queremos hacerlo
civilizadamente, en paz y con la serena confianza de que todo irá para bien.
Esto no supone una actitud pendejil. Al contrario, a las cabezas del régimen se
le ofrecen todas las oportunidades para que reaccionen a tiempo, pero todo
tiene un límite. A veces pienso que ese límite fue traspasado hace tiempo. Hay
que actuar sin más demora.
En estos propósitos hay coincidencia entre los
grupos políticos opositores
Las recientes declaraciones de las cabezas del
poder ejecutivo y del poder judicial, así como otras de calificadas figuras del
alto gobierno, reflejan una actitud que deja mucho que desear. No entienden que
el país les está exigiendo la necesaria rectificación para salir adelante en
medio de esta espantosa crisis que destruye al país. Para rectificar hay que
reconocer los errores y tener propósito de enmienda. Profundizar en lo malo del
presente conduce, necesariamente, a una confrontación definitiva, dura y
peligrosa pero indispensable para la reconstrucción nacional.
La nación les pide que lo hagan. De lo contrario
que renuncien. Que se vayan para poder acelerar una transición indispensable
con el consenso de todos los sectores de la vida nacional. Se han colocado en
una posición en la que ni hacen ni dejan hacer. Absolutamente inaceptable.
Mientras tanto seguimos a la deriva. Con la obsesiva declaradera en contra de
las indiscutibles facultades constitucionales y legales de la Asamblea
Nacional, quedan al descubierto las verdaderas intenciones del régimen.
Mantener el poder y el poco dinero que va quedando, a cómo de lugar. Ahora sí
pareciera estar andando aquel “como sea” de Maduro en la campaña electoral.
La actitud opositora es otra. Una lucha por la
vuelta a la legalidad constitucional, a la búsqueda de acuerdos en los temas
fundamentales y a la unidad del país en torno a los principios fundamentales
que guían la vida en libertad y democracia. El régimen se ha apartado de ellos,
mientras que el resto de los venezolanos nos aferramos a los mismos para
enfrentar y derrotarlo definitivamente. No se puede perder más tiempo.
Con la sola excepción del alto mando del
oficialismo, Venezuela entera aspira concretar el cambio necesario. Queremos
hacerlo civilizadamente, en paz y con la serena confianza de que todo irá para
bien. Esto no supone una actitud pendejil. Al contrario, a las cabezas del
régimen se le ofrecen todas las oportunidades para que reaccionen a tiempo,
pero todo tiene un límite. A veces pienso que ese límite fue traspasado hace
tiempo. Hay que actuar sin más demora.
En estos propósitos
hay coincidencia entre los grupos políticos opositores.
Oswaldo Alvarez Paz
oalvarezpaz@gmail.com
@osalpaz
Desde El Puente
Caracas - Venezuela
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