Mucha sangre, sudor y
lágrimas se ahorraría Venezuela si la dirigencia demócrata nacional que nos ha
tocado en suerte tomara la decisión de llamar las cosas por su nombre. Desde el
11 de abril de 2002, inicio formal de esta dictadura socialista, comenzó
también la aplicación de una muy conocida tesis: ¨La cohabitación ¨, por parte
de una dirigencia demócrata nacional que llamada a confrontar y liberar a
Venezuela de una tiranía gobernante peor que la anterior liderada por el
general Marcos Pérez Jiménez; pero que en base a la mentada teoría solo ha perseguido
¨convivir¨ con el régimen, conforme a las reglas de juego que este le señale,
ello –suponemos- hasta que su eventual inviabilidad posibiliten su fin. Bajo
ese esquema de ¨trabajo¨ perdimos 14 años.
Ahora bien, por sobre
la tragedia implícita en estos años bajo socialismo, con pérdidas humanas y
materiales solo concebibles en tiempos de guerra mundial, se impone la
necesidad de acabar con este horror en términos perentorios, antes que la
miseria de Venezuela alcance magnitud superior. Esta verdad, imposible de
ocultar por la fuerza de sus efectos, pareciera aún difícil de internalizar por
parte de nuestra dirigencia demócrata nacional hoy representada en la bancada
de la MUD, visto su actual accionar.
Decimos lo anterior
en virtud del mes transcurrido contado a partir del 5 de enero, con la
juramentación de nuestros 112 diputados demócratas, todo un mes, que a la fecha
presente sólo tiene como dato sorpresa la desincorporación ¨consciente y
voluntaria¨ de 3 de esos parlamentarios, ello a objeto de ¨merecer¨ el
reconocimiento institucional de los restantes órganos del Poder Público
Nacional, todos bajo posesión del PSUV; pues de resto, absolutamente nada ha
cambiado en medio de esta guerra de exterminio que nos declaró el socialismo.
Incluso ya resulta
evidente que nuestros 78 héroes demócratas, secuestrados por la dictadura
socialista en virtud de su valiente resistencia constitucional, no verán la
libertad mientras el usurpador Nicolás domine en Miraflores, prevalido como
está de su Poder Judicial en específico su Sala Constitucional.
Ante ello no queda
más que jugar nuestras cartas, a saber: Activar la salida constitucional de la
dictadura gobernante, a la brevedad posible, con base en la mayoría súper-calificada
con la que aún cuenta nuestra bancada demócrata, salida que entendemos será la
Enmienda Constitucional.
Por ende, llegó la
hora de llamar las cosas por su nombre, sin temer ni ofender. Que el mundo
entero comprenda a cabalidad la naturaleza del régimen que mantiene secuestrado
no solo a aquellos 78 valientes, sino además a todo un pueblo que por vía
constitucional trabaja con denuedo por restaurar la democracia, contando para
ello con un líder insigne, Leopoldo López, llamado ha constituirse en el primer
civil venezolano proclamado Presidente de la República durante su secuestro en
una cárcel militar, pero igual ¡Ni Un Paso Atrás¡
Ora y labora
Ronny Padron
caballeropercivall@gmail.com
@caballeroperci
Anzoategui -
Venezuela
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